Evidencia de una corteza continental en Marte

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Rocas ricas en sílice, similares a los componentes de la corteza terrestre continental más antigua, han sido encontradas en el lugar de aterrizaje del rover Curiosity de la NASA en Marte, según un estudio publicado recientemente. Estos resultados añaden nuevas evidencias de que el Planeta Rojo pudo haber sido más similar a la antigua Tierra de lo que se creía previamente.

Los científicos pensaban que la corteza continental, que es menos densa y de composición diferente a la que hay bajo los océanos, era única de la Tierra. Se atribuye a los procesos magmáticos complejos, posiblemente relacionados con la aparición de las placas tectónicas.

Hasta ahora se suponía que la corteza marciana no había sufrido ese proceso magmático y, por lo tanto, debía estar compuesta predominantemente por basaltos (pobres en sílice). Sin embargo, recientes misiones orbitales y Curiosity habían detectado apariciones aisladas de materiales ricos en sílice.

Los investigadores analizaron los datos geoquímicos de más de 20 rocas sondeadas por el instrumento ChemCam de Curiosity en el cráter Gale, y comprobaron que en las rocas de color claro abundaba el sílice, junto a otros componentes diversos.

Algunas de estas rocas son de composición similar a la de ciertos materiales continentales conservados más antiguos de la Tierra. El estudio indica que los compuestos hallados podrían ser los restos de una antigua corteza de Marte parecida a la primigenia corteza continental terrestre.

Los investigadores reconocen que los hallazgos no confirman actividad magmática en el planeta ni la existencia de placas tectónicas, simplemente sugieren que es una posibilidad. Las muestras de roca pueden ser el resultado de la fusión parcial de basaltos que luego se hundieron en la corteza. Como siempre, se necesitará un mayor estudio para comprender la verdadera historia de estas rocas.

El artículo “In situ evidence for continental crust on early Mars” fue publicado en línea el 13 de julio de 2015 por la revista Nature Geoscience.

Fuente: SINC

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