
Durante más de cuatrocientos años, los astrónomos han utilizado sus telescopios con el fin de estudiar la gran variedad de estrellas que existen en nuestra galaxia. Se han catalogado millones de soles lejanos. Hay estrellas enanas, estrellas gigantes, estrellas en explosión, estrellas binarias y, hasta el momento, se podría suponer que se ha visto ya todo tipo de estrella que exista en la Vía Láctea.
Es por eso que un descubrimiento reciente resulta tan sorprendente. Investigadores que utilizaban el telescopio Subaru, en Hawái, encontraron una estrella con brazos en forma de espiral.
El nombre de la estrella es SAO 206462. Se trata de una estrella joven, localizada a más de cuatrocientos años luz de la Tierra, en la constelación de Lupus, el lobo. SAO 206462 atrajo la atención por su disco circumestelar; o sea, un disco ancho de polvo y gas que yace alrededor de la estrella. Los investigadores tenían la gran sospecha de que en el interior del disco, el cual tiene un ancho que es cerca de dos veces la órbita de Plutón, descubrirían nuevos planetas.
Cuando observaron con mayor detenimiento a SAO 206462, no hallaron nuevos planetas, sino brazos. Los astrónomos han visto brazos en forma de espiral con anterioridad; se encuentran comúnmente en las galaxias espirales donde cientos de millones de estrellas conviven en forma de espiral alrededor de un núcleo central. Encontrar un caso indiscutible de brazos en forma de espiral alrededor de una estrella individual es, sin embargo, algo sin precendentes1.
La presencia de estos brazos podría ser un indicador de que hay planetas que están formándose en el interior del disco.