El Evento del Río Curucá: El Tunguska Brasileño

Por Mariano Andrés Peter

 

Así quedo el bosque siberiano en la región de Tunguska luego de la explosión

Para hallar registros de grandes explosiones de objetos espaciales en la Tierra no es necesario retroceder miles o millones de años en el pasado. En los últimos cien años se han producido al menos un puñado de explosiones de gran poder que afortunadamente han sido en sitios muy remotos, aislados y casi despoblados del planeta.

El incidente de Tunguska

El primero y más conocido de estos incidentes ocurrió en Siberia, Rusia, muy cerca del río Tunguska el 30 de Junio de 1908. Aún se desconoce la naturaleza del objeto que provocó la  explosión equivalente a 40 megatones (un megatón equivale a un millón de toneladas de TNT, la bomba atómica lanzada en Hiroshima, Japón, era de 13 kilotones, es decir, de 13 mil toneladas de TNT).
Las teorías incluyen una explosión de antimateria, una prueba nuclear, una prueba del rayo de la muerte de Nicola Tesla, el impacto con un mini agujero negro, el choque de una nave espacial extraterrestre y la colisión de un pequeño asteroide o cometa. Si bien ninguna de estas teorías se ha podido confirmar, la que cuenta con mayor consenso y aceptación es la del impacto atmosférico de un objeto de entre 50 a 100 metros de diámetro desprendido de un asteroide o cometa que barrió con más de dos mil hectáreas de taiga (bosque siberiano) y que fue detectado por sismógrafos en toda Rusia, Asia y Europa. Si el objeto se hubiera demorado 4 hs. y 47 minutos, habría estallado sobre la ciudad de San Petersburgo, causando cientos de miles de víctimas fatales. Oficialmente solo hubo un muerto por este acontecimiento.
Según las crónicas de la época, el polvo de la explosión reflejaba tanta luz solar que la gente podía leer de noche en Londres a más de 10 mil km de distancia.

Por Mariano Andrés Peter

 

Así quedo el bosque siberiano en la región de Tunguska luego de la explosión

Para hallar registros de grandes explosiones de objetos espaciales en la Tierra no es necesario retroceder miles o millones de años en el pasado. En los últimos cien años se han producido al menos un puñado de explosiones de gran poder que afortunadamente han sido en sitios muy remotos, aislados y casi despoblados del planeta.

El incidente de Tunguska

El primero y más conocido de estos incidentes ocurrió en Siberia, Rusia, muy cerca del río Tunguska el 30 de Junio de 1908. Aún se desconoce la naturaleza del objeto que provocó la  explosión equivalente a 40 megatones (un megatón equivale a un millón de toneladas de TNT, la bomba atómica lanzada en Hiroshima, Japón, era de 13 kilotones, es decir, de 13 mil toneladas de TNT).
Las teorías incluyen una explosión de antimateria, una prueba nuclear, una prueba del rayo de la muerte de Nicola Tesla, el impacto con un mini agujero negro, el choque de una nave espacial extraterrestre y la colisión de un pequeño asteroide o cometa. Si bien ninguna de estas teorías se ha podido confirmar, la que cuenta con mayor consenso y aceptación es la del impacto atmosférico de un objeto de entre 50 a 100 metros de diámetro desprendido de un asteroide o cometa que barrió con más de dos mil hectáreas de taiga (bosque siberiano) y que fue detectado por sismógrafos en toda Rusia, Asia y Europa. Si el objeto se hubiera demorado 4 hs. y 47 minutos, habría estallado sobre la ciudad de San Petersburgo, causando cientos de miles de víctimas fatales. Oficialmente solo hubo un muerto por este acontecimiento.
Según las crónicas de la época, el polvo de la explosión reflejaba tanta luz solar que la gente podía leer de noche en Londres a más de 10 mil km de distancia.

 

Tunguska, antes y después de la explosión

La región de Tunguska es tan remota y el clima político en Rusia era tan convulsionado en las primeras décadas del siglo XX que recién en el año 1929 se pudo realizar la primera expedición de investigación liderada por el científico soviético Leonid Kulik.
Se determino que fue una explosión aérea, el objeto estalló a una altitud aproximada de 10 km. No se halló cráter de impacto en el suelo aunque recientemente unos investigadores italianos han señalado al pequeño lago Cheko, distante a 8 km de la zona cero, como el posible cráter. Pero no hay evidencias suficientes para confirmar esta hipótesis. Se detectaron elevados niveles de radiación en toda el área afectada por la explosión que no son propios de los impactos de asteroides y cometas.

Algunos científicos han señalado como causa de la radiación presente en la región a las pruebas nucleares realizadas varias décadas después del evento, pero esta explicación tampoco se ha podido comprobar. Aún hoy, más de un siglo después, la vegetación no se ha recuperado en la zona próxima a la explosión. El evento Tunguska plantea interrogantes que todavía, en pleno siglo XXI, siguen desafiando a los científicos de todo el mundo.
 

Tunguska, la zona cero en la actualidad

El evento Curucá

En las primeras horas de la mañana del 13 de Agosto de 1930, un meteoroide ingresó a la atmósfera terrestre sobre la amazonia brasileña, en la región del río Curucá, muy cercana a la frontera con Perú.
En una primera explosión, el objeto se fragmento en tres partes. Los tres bólidos atravesaron el cielo a gran velocidad proyectando largas estelas luminosas ante la mirada atónita de los pescadores locales.
Luego de sucesivas explosiones y temblores del suelo, el Sol adquirió una tonalidad rojiza y comenzó a caer sobre la selva una fina ceniza blanca. Las explosiones pudieron ser escuchadas a 90 km de distancia.
Se ha vinculado este evento a la lluvia de meteoros de las Perseidas, que tiene su pico en esa fecha, pero no hay evidencia concluyente que sostenga esta hipótesis.
Este suceso habría pasado al olvido si no fuera por el reporte que hizo un monje capuchino, Fedele d´Alviano, que se encontraba casualmente en la zona realizando una misión apostólica justo al tiempo del evento.
La noticia fue publicada en 1931 por el diario del Vaticano y por el periódico londinense The Daily Herald, pero jamás se ha tenido acceso al documento original del padre Fedele d´Alviano debido a que el Vaticano guarda celosamente sus archivos astronómicos como secretos de Estado.
 

Ubicación geográfica del río Curucá

Impacto en Rosario – 1932

Un posible “Micro Tunguska” de entrecasa

Por Edgardo Rolan Minniti Morgan

No hace mucho manifestamos “a medida que se avanza en la exploración del espacio próximo, se acentúa la certeza de que es poco lo que conocíamos realmente del mismo cuando se dejaban  de lado las estructuras planetarias y satelitales visitadas por sondas, para penetrar en el ámbito de los cuerpos  menores de nuestro sistema solar. La historia reciente es elocuente de ello”. Sí, hoy en base a un hecho extraño acaecido el 13 de Abril de 1932 en la ciudad de Rosario, podemos agregar algunos elementos de juicio que permitan ampliar el conocimiento adquirido hasta la fecha sobre esas estructuras, incorporando a las mismas un nuevo protagonista: los “Mini cometas” (O “Micro cometas”, si se prefiere extendiendo abusivamente el lenguaje).
Investigando para una relación de la astronomía en la ciudad de Santa Fe, en la que actuamos intensamente durante muchos años, sorpresivamente nos encontramos con un evento inesperado que fuera registrado por la crónica cotidiana como “un rayo” y olvidado a poco de dar vuelta la página de nuestra historia menor.
El análisis de los acontecimientos nos ha sorprendido profundamente; pues los mismos ponen en evidencia un fenómeno del cual no teníamos antecedentes a esa escala y solo existen dos posibilidades que lo puedan explicar, a nuestro limitado juicio:
– El impacto de un “Mini cometa” o “Micro cometa” (Trozo de hielo, pues no se registran impactos de objetos a nivel del suelo, ni lluvia de partículas sólidas).
– Una extraordinaria descarga eléctrica atmosférica “en seco” provocada por material en suspensión cargado electrostáticamente por efecto de las corrientes de chorro en altura; pues la precipitación  de cenizas volcánicas probablemente asociadas por ese “efecto capacitor”, se acusa intensamente en la región.
Veamos algunos hechos anteriores antes de dedicarnos a lo elocuentemente expuesto en la prensa sobre el tema aludido.

Un posible “Micro Tunguska” de entrecasa

Por Edgardo Rolan Minniti Morgan

No hace mucho manifestamos “a medida que se avanza en la exploración del espacio próximo, se acentúa la certeza de que es poco lo que conocíamos realmente del mismo cuando se dejaban  de lado las estructuras planetarias y satelitales visitadas por sondas, para penetrar en el ámbito de los cuerpos  menores de nuestro sistema solar. La historia reciente es elocuente de ello”. Sí, hoy en base a un hecho extraño acaecido el 13 de Abril de 1932 en la ciudad de Rosario, podemos agregar algunos elementos de juicio que permitan ampliar el conocimiento adquirido hasta la fecha sobre esas estructuras, incorporando a las mismas un nuevo protagonista: los “Mini cometas” (O “Micro cometas”, si se prefiere extendiendo abusivamente el lenguaje).
Investigando para una relación de la astronomía en la ciudad de Santa Fe, en la que actuamos intensamente durante muchos años, sorpresivamente nos encontramos con un evento inesperado que fuera registrado por la crónica cotidiana como “un rayo” y olvidado a poco de dar vuelta la página de nuestra historia menor.
El análisis de los acontecimientos nos ha sorprendido profundamente; pues los mismos ponen en evidencia un fenómeno del cual no teníamos antecedentes a esa escala y solo existen dos posibilidades que lo puedan explicar, a nuestro limitado juicio:
– El impacto de un “Mini cometa” o “Micro cometa” (Trozo de hielo, pues no se registran impactos de objetos a nivel del suelo, ni lluvia de partículas sólidas).
– Una extraordinaria descarga eléctrica atmosférica “en seco” provocada por material en suspensión cargado electrostáticamente por efecto de las corrientes de chorro en altura; pues la precipitación  de cenizas volcánicas probablemente asociadas por ese “efecto capacitor”, se acusa intensamente en la región.
Veamos algunos hechos anteriores antes de dedicarnos a lo elocuentemente expuesto en la prensa sobre el tema aludido.

El choque del cometa Shoemaker-Levy  con Júpiter entre los días 16 y 22 de julio de 1994 puso en crisis esa ingenua seguridad de los habitantes del tercer planeta de la estrella Sol; nos quitó la tranquilidad de siesta provinciana con que abonábamos nuestros esquemas intelectuales sobre la paz y el orden del universo, que nutrían nuestras narraciones y poemas; para poner en crisis esa cosmovisión de entrecasa,  haciéndonos pensar seriamente en otra realidad; más inquieta tal vez,  pero más apasionante.
Consternados, observábamos con nuestros pequeños telescopios esos gigantescos “ojos oscuros” que le iban apareciendo a Júpiter en su hemisferio Sur; comprendiendo así que nuestro universo próximo, esconde jugadas extremas que lanza a la carpeta caprichosamente. 

 

Impactos en Júpiter –Telescopio Espacial Hubble

Ocurre que nos hemos hecho – y nos hacemos – los distraídos.
El autor, en compañía de sus hijos Dante y Horacio, observó por proyección el tránsito de un objeto puntual por delante del Sol, el 25 de Mayo de 1974 a las 12:42 horas. Recién ahora toma conciencia de que se trató de la observación de un objeto cometario – o asteroidal – muy próximo, que nos colocó entonces al borde un cataclismo como el que se anuncia como posible para el año 2029 o 2036 con el asteroide 99942 Apophis, descubierto el 19 de Abril de 2004 por Roy A. Tucker, David J. Tholen y Fabrizio Bernardi, con órbita sub joviana. Fue catalogado como 2004 MN 4.
Hay antecedentes de eventos similares, el autor ha podido encontrar uno:
1 de enero de 1886, en “L’Astronomie” con el título “Paso sobre el disco solar de un enjambre de corpúsculos observados en el observatorio de Zacatecas, México”, José Árbol y Bonilla expresa:
“Tengo por costumbre en el observatorio de Zacatecas, situado a 2502 metros sobre el nivel del mar, realizar la observación diaria del estado de la superficie solar; dibujando  por proyección las manchas y granulaciones; como también las protuberancias de la cromosfera solar, valiéndome para ello del espectroscopio (…) El 12 de agosto de 1883  a las 08:00 horas de la mañana, comenzaba a dibujar las manchas cuando percibí de golpe un pequeño cuerpo luminoso que penetraba en el campo de la lente  proyectándose en el papel que me servía para reproducir las manchas; recorría el disco solar como una sombra casi circular.
No había salido aún de mi asombro cuando el mismo fenómeno se reprodujo nuevamente  y esto con una  frecuencia tal que en el espacio de dos horas pude contar hasta 283 cuerpos atravesando el disco solar.Poco a poco las nubes dificultaron la observación, que no pudo reiniciarse hasta el momento del paso del Sol por el meridiano y sólo por 40 minutos; durante ese lapso se contaron de nuevo otros 48 cuerpos. Las trayectorias seguidas por esos objetos acusan un desplazamiento de oeste a este, más o menos inclinado de norte a sur. En algunos minutos de observación noté que los cuerpos que parecían negros y sombríos –unos perfectamente redondos y otros más o menos alargados– al proyectarse sobre el disco solar ofrecían imágenes luminosas al abandonar los bordes y cruzando los campos del lente. Los intervalos de  pasos eran variables; tanto transitaba  un cuerpo o dos – no empleando más que un tercio, medio segundo, o un segundo como máximo para atravesar el disco y un minuto o dos transcurrían antes de que aparecieran otros – como también pasaban 15 ó 20 a la vez, de manera tal que era difícil contarlos.(…) Después de diversos ensayos para enfocar correctamente esos cuerpos, logré tomar algunas fotografías, de las que he elegido la que considero más interesante para enviarla a la revista “La Astronomía”.(…) En la tarde las nubes me impidieron toda observación. Tomé entonces ciertas medidas y establecí un plan de observación en caso de que el fenómeno se produjera al día siguiente. El 13 de agosto, el cielo estuvo nublado hasta las ocho de la mañana; después las nubes se despejaron un poco y pude hacer observaciones. Rápidamente el fenómeno se presentó otra vez, y durante los 45 minutos de observación que nos permitió el estado del cielo, contamos 116 cuerpos que atravesaban el disco solar”.

 

 Foto obtenida por el astrónomo zacatecano del extraño objeto observado

Historia Alterna: Si la Unión Soviética no hubiera desaparecido

 

 

Despegue del transbordador Buran junto al cohete Energya

A primeras horas del 25 de diciembre de 1991, Mijaíl Gorbachov dimitió de su cargo y cedió los pocos poderes que aún retenía a Borís Yeltsin, mandatario electo de la Federación Rusa. El que fuera el primer y último presidente de la Unión Soviética liquidaba así el estado soviético. El mundo contempló atónito un hecho insólito. Nunca antes una superpotencia había desaparecido de la faz de la Tierra por decisión propia. Sin ningún conflicto externo o interno de envergadura, la URSS dejó de existir oficialmente el 31 de diciembre de 1991. El resto es historia. Pero, ¿podrían haber tomado los acontecimientos un curso distinto?

Un ejercicio de historia alternativa
En estos días que se cumplen dos décadas de la disolución de Unión Soviética, resulta interesante desde el punto de vista de la historia de la conquista del espacio imaginar un mundo alternativo en el que la URSS no hubiese desaparecido en la navidad de 1991. Porque lo cierto, y esto es lo que me parece especialmente curioso, es que la Unión Soviética se desintegró justo cuando había logrado alcanzar la cumbre de su poder espacial. A finales de los 80, la URSS tenía en marcha la estación espacial Mir, el transbordador Burán, el cohete gigante Energía y un renovado programa de sondas interplanetarias.

Rusia heredó el programa espacial de la URSS, pero la crisis económica que trajeron consigo las caóticas y contradictorias políticas de la Perestroika y los primeros años del gobierno de Yeltsin puso freno a las ambiciones espaciales del país. Otros proyectos, como el Energía-Burán, fueron simplemente abandonados. Literalmente, como atestiguan las ruinas oxidadas de los complejos de lanzamiento del Energía en Baikonur. De hecho, podemos considerar una especie de milagro que Rusia todavía mantenga un programa espacial tripulado después de la catastrófica crisis económica de finales de los 90.

Antes de nada, conviene aclarar que el objetivo de esta historia no es ensalzar la URSS o su sistema político, ni tampoco denigrarlo. No es este el lugar adecuado para llevar a cabo un análisis político de la Unión Soviética, ni tengo intención alguna de hacerlo. Se trata de un simple ejercicio mental, un juego similar al que ha realizado David F. Portree en su blog Beyond Apollo al imaginar una realidad alternativa en la que el Programa Apolo continuó existiendo hasta bien entrados los años 80.

Bases de la historia
Toda historia alternativa tiene que tener un punto de divergencia con nuestra realidad. En este caso, este punto es la prematura muerte del Secretario General del PCUS Yuri Andrópov en 1984, apenas quince meses después de ocupar su cargo. En nuestra línea temporal, el fallecimiento de Andrópov propició el ascenso al poder de Konstantín Chernenko y, posteriormente, de Mijaíl Gorbachov. Y sin un Gorbachov que iniciase las políticas de Glasnost y Perestroika, la URSS podría haber continuado existiendo un par de décadas más como mínimo. Por supuesto, podríamos haber elegido otro punto de ruptura con el presente, pero si nos remontamos hacia atrás en el tiempo habría muchas más variables en juego, lo que complicaría demasiado la historia. Por otro lado, si situamos la divergencia en una fecha más tardía, con Gorbachov ya en el poder y la Perestroika a toda máquina, los recursos económicos destinados al programa espacial serían muy probablemente bastante escasos.

Por otro lado, y para que la secuencia de acontecimientos sea mínimanente interesante, he supuesto que el nivel de enfrentamiento entre las dos superpotencias se mantendría dentro de unos límites. Es decir, sin llegar a la guerra nuclear o a un conflicto armado a gran escala. Por lo demás, y aunque obviamente todo esto no deja de ser una simple fantasía, he intentado ser lo más fiel posible a los planes espaciales soviéticos de mediados y finales de los 80. Solamente he cambiado alguna que otra fecha para que case mejor con el marco temporal. También he añadido una pequeña dosis de fallos y tragedias de forma aleatoria para darle más “realismo” al asunto. Por supuesto, cualquier sugerencia u opinión es bienvenida, así que espero los comentarios.

Con estas premisas en mente, prepárate para viajar a una realidad espacial alternativa donde la URSS no desapareció en 1991. ¿Estás preparado? Allá vamos.

 

 

Despegue del transbordador Buran junto al cohete Energya

A primeras horas del 25 de diciembre de 1991, Mijaíl Gorbachov dimitió de su cargo y cedió los pocos poderes que aún retenía a Borís Yeltsin, mandatario electo de la Federación Rusa. El que fuera el primer y último presidente de la Unión Soviética liquidaba así el estado soviético. El mundo contempló atónito un hecho insólito. Nunca antes una superpotencia había desaparecido de la faz de la Tierra por decisión propia. Sin ningún conflicto externo o interno de envergadura, la URSS dejó de existir oficialmente el 31 de diciembre de 1991. El resto es historia. Pero, ¿podrían haber tomado los acontecimientos un curso distinto?

Un ejercicio de historia alternativa
En estos días que se cumplen dos décadas de la disolución de Unión Soviética, resulta interesante desde el punto de vista de la historia de la conquista del espacio imaginar un mundo alternativo en el que la URSS no hubiese desaparecido en la navidad de 1991. Porque lo cierto, y esto es lo que me parece especialmente curioso, es que la Unión Soviética se desintegró justo cuando había logrado alcanzar la cumbre de su poder espacial. A finales de los 80, la URSS tenía en marcha la estación espacial Mir, el transbordador Burán, el cohete gigante Energía y un renovado programa de sondas interplanetarias.

Rusia heredó el programa espacial de la URSS, pero la crisis económica que trajeron consigo las caóticas y contradictorias políticas de la Perestroika y los primeros años del gobierno de Yeltsin puso freno a las ambiciones espaciales del país. Otros proyectos, como el Energía-Burán, fueron simplemente abandonados. Literalmente, como atestiguan las ruinas oxidadas de los complejos de lanzamiento del Energía en Baikonur. De hecho, podemos considerar una especie de milagro que Rusia todavía mantenga un programa espacial tripulado después de la catastrófica crisis económica de finales de los 90.

Antes de nada, conviene aclarar que el objetivo de esta historia no es ensalzar la URSS o su sistema político, ni tampoco denigrarlo. No es este el lugar adecuado para llevar a cabo un análisis político de la Unión Soviética, ni tengo intención alguna de hacerlo. Se trata de un simple ejercicio mental, un juego similar al que ha realizado David F. Portree en su blog Beyond Apollo al imaginar una realidad alternativa en la que el Programa Apolo continuó existiendo hasta bien entrados los años 80.

Bases de la historia
Toda historia alternativa tiene que tener un punto de divergencia con nuestra realidad. En este caso, este punto es la prematura muerte del Secretario General del PCUS Yuri Andrópov en 1984, apenas quince meses después de ocupar su cargo. En nuestra línea temporal, el fallecimiento de Andrópov propició el ascenso al poder de Konstantín Chernenko y, posteriormente, de Mijaíl Gorbachov. Y sin un Gorbachov que iniciase las políticas de Glasnost y Perestroika, la URSS podría haber continuado existiendo un par de décadas más como mínimo. Por supuesto, podríamos haber elegido otro punto de ruptura con el presente, pero si nos remontamos hacia atrás en el tiempo habría muchas más variables en juego, lo que complicaría demasiado la historia. Por otro lado, si situamos la divergencia en una fecha más tardía, con Gorbachov ya en el poder y la Perestroika a toda máquina, los recursos económicos destinados al programa espacial serían muy probablemente bastante escasos.

Por otro lado, y para que la secuencia de acontecimientos sea mínimanente interesante, he supuesto que el nivel de enfrentamiento entre las dos superpotencias se mantendría dentro de unos límites. Es decir, sin llegar a la guerra nuclear o a un conflicto armado a gran escala. Por lo demás, y aunque obviamente todo esto no deja de ser una simple fantasía, he intentado ser lo más fiel posible a los planes espaciales soviéticos de mediados y finales de los 80. Solamente he cambiado alguna que otra fecha para que case mejor con el marco temporal. También he añadido una pequeña dosis de fallos y tragedias de forma aleatoria para darle más “realismo” al asunto. Por supuesto, cualquier sugerencia u opinión es bienvenida, así que espero los comentarios.

Con estas premisas en mente, prepárate para viajar a una realidad espacial alternativa donde la URSS no desapareció en 1991. ¿Estás preparado? Allá vamos.

La URSS en el espacio 1982-1991
La llegada al poder del Secretario General Yuri Andrópov en 1982 no supuso un cambio apreciable en la política espacial de la URSS. Andrópov, un apparatchik procedente del KGB que se mostraba a favor de la línea dura contra occidente, favoreció por encima de todo la estabilidad del sistema y la continuidad con respecto a la época de Brézhnev. Los proyectos militares se llevarían el grueso de las partidas presupuestarias espaciales, con el programa Energía-Burán a la cabeza. La década de los 80 estaría marcada por el intenso enfrentamiento en el espacio entre las dos superpotencias. A lo largo de estos diez años, la prioridad para los militares soviéticos sería buscar la ansiada paridad con respecto a la iniciativa SDI (Strategic Defense Inititative) del presidente Reagan, conocida popularmente como Star Wars. Mientras el fantasma de la guerra nuclear amenazaba la civilización moderna, el espacio se perfilaba como el nuevo campo de batalla de las dos potencias. El programa espacial civil seguiría estando a cargo del Ministerio de Maquinaria General (MOM, el “ministerio del espacio”) con el imparable Serguéi Afanasiev a la cabeza.

Fuera de la URSS, las estaciones Salyut eran consideradas el caballo de batalla visible del esfuerzo espacial soviético. Las naves Soyuz y los cargueros Progress permitirían estancias en el espacio cada vez más largas. La última de las estaciones Salyut de segunda generación, la Salyut-7 (DOS-6), funcionaría sin problemas hasta 1986. Las misiones Interkosmos con cosmonautas de varias nacionalidades seguirían atrayendo el interés de los medios de comunicación de todo el planeta, aunque las autoridades soviéticas se guardaban algún que otro as propagandístico en la manga. Por ejemplo, en septiembre de 1985 la Soyuz T-15 despegó con la primera tripulación totalmente femenina de la historia, formada por Svetlana Savitskaya, Yekaterina Ivanova y Yelena Dobrokvashina

En febrero de 1986 sería lanzada la Salyut-8 (DOS-7), la primera Salyut de tercera generación. Equipada con seis puertos de atraque en vez de los dos que tenían las Salyut-6 y Salyut-7, la Salyut-8 se convertiría en la primera estación espacial permanente de la historia. En 1987 se lanzaría el módulo Kvant (37KE), seguido en 1988 de los módulos Kvant-2 (77KSD) y Kristall (77KST), cada uno de ellos con una masa de 20 toneladas. El complejo orbital Salyut-8 sería completado en 1990 al acoplarse los módulos Spektr (77KSO) y Priroda (77KSI). Para entonces, la prensa soviética pasaría a denominar al complejo espacial como Mir (”mundo” o “paz” en ruso), lo que se interpretó como un claro gesto de conciliación hacia occidente tras las negociaciones de desarme nuclear que habían tenido lugar ese mismo año.

Mientras las estaciones espaciales tipo DOS copaban los titulares, el programa Energía-Burán seguía su curso. El 15 de mayo de 1987 despegó por primera vez el cohete gigante Energía con la Skif-M, una maqueta de estación láser de combate y pieza clave de la respuesta soviética al SDI estadounidense. La URSS disponía al fin de un lanzador de gran tamaño capaz de poner en órbita más de cien toneladas en órbita baja.

Pero el objetivo principal del Energía era transportar al nuevo transbordador espacial soviético. No en vano, el programa Energía-Burán había nacido a mediados de los años 70 con el fin de contrarrestar al shuttle estadounidense y sus aplicaciones militares. El alto estado mayor soviético casi entró en pánico cuando el transbordador Discovery realizó su primera misión militar desde la base de Vandenberg en California. La STS-62A había despegado en julio de 1986 desde el complejo SLC-6 con ocho astronautas y un satélite espía a bordo, desatando todas las alarmas en la URSS. Sin embargo, en octubre de 1986 el transbordador Challenger se desintegraría durante el lanzamiento de la misión STS-61K, matando a sus ocho tripulantes y poniendo fin a los vuelos espaciales norteamericanos durante dos años. El desastre del Challenger fue visto en la URSS como una oportunidad de alcanzar a los estadounidenses en el programa de transbordadores espaciales.

En 1988 el primer transbordador operativo, la nave 1K (1.01), llegó a Baikonur para su primer lanzamiento. Aunque en un primer momento se había bautizado como Baikal, las autoridades soviéticas prefirieron cambiarle el nombre en el último momento y pasó a denominarse Burán (”tormenta de nieve”), el mismo nombre elegido para designar todo el programa en su conjunto. A principios de año, el Energía había llevado a cabo su segunda misión poniendo en órbita la Skif-D1. La Skif-D1 era una nave operativa, aunque no estaba equipada con el sistema láser.

El primer vuelo del Burán -1K1- tendría lugar el 15 de noviembre de 1988. Aunque fue una misión no tripulada, atrajo la atención de todos los medios de comunicación del mundo. Por primera vez, un transbordador espacial realizaba una misión de forma totalmente automática. El Burán permanecería tres días en órbita, durante los cuales se comprobarían los sistemas de soporte vital y se llevarían a cabo varias maniobras orbitales. Durante este primer viaje, la carga sería un módulo 37KB parecido al módulo Kvant de la Mir. El desastre del Chаllenger había demostrado que los transbordadores no eran especialmente seguros y el Burán, construido a imagen y semejanza del shuttle norteamericano, compartía muchos de los fallos de seguridad de su primo estadounidense. Como resultado, se decidió proceder con extrema cautela antes de llevar a cabo una misión tripulada.

 

¿Se terminará el mundo el 21 de Diciembre de 2012?

 

Representación del alineamiento de la Tierra, el Sol y la Vía Láctea

Mucho se está diciendo sobre el fin del mundo que supuestamente habrían predicho los mayas para finales del 2012. Por tal motivo y para desmentir categóricamente estas afirmaciones infundadas y pseudocientíficas, la NASA emitió el siguiente comunicado donde responde a las preguntas más frecuentes que se hace el común de la gente sobre este tema.

Comunicado de la NASA:

El 21 de Diciembre de 2012 no será el fin del mundo, como sabemos, sin embargo, será otro solsticio de invierno en el hemisferio norte y de verano en el hemisferio sur.
A continuación, los científicos de la NASA responden las preguntas más frecuentes sobre los siguientes temas relacionados a las supuestas catástrofes en 2012.

 

Representación del alineamiento de la Tierra, el Sol y la Vía Láctea

Mucho se está diciendo sobre el fin del mundo que supuestamente habrían predicho los mayas para finales del 2012. Por tal motivo y para desmentir categóricamente estas afirmaciones infundadas y pseudocientíficas, la NASA emitió el siguiente comunicado donde responde a las preguntas más frecuentes que se hace el común de la gente sobre este tema.

Comunicado de la NASA:

El 21 de Diciembre de 2012 no será el fin del mundo, como sabemos, sin embargo, será otro solsticio de invierno en el hemisferio norte y de verano en el hemisferio sur.
A continuación, los científicos de la NASA responden las preguntas más frecuentes sobre los siguientes temas relacionados a las supuestas catástrofes en 2012.

 

El calendario Maya

1º pregunta: ¿Hay amenazas a la Tierra en 2012? Muchos sitios Web de Internet afirman que el mundo terminará en Diciembre de 2012.

Respuesta: El mundo no terminará en 2012. Nuestro planeta ha existido muy bien a lo largo de más de 4 mil millones años, y los científicos creíbles en todo el mundo no tienen conocimiento de ninguna amenaza asociada al 2012.

 2º pregunta: ¿Cuál es el origen de la predicción de que el mundo terminará en 2012?

Respuesta: La historia comenzó con el mito de Nibiru, un planeta supuestamente descubierto por los sumerios, y que se dirige hacia la Tierra. Esta catástrofe fue inicialmente prevista para Mayo de 2003, pero cuando no pasó nada la fecha del juicio final fue trasladada hacia adelante para Diciembre de 2012 y vinculado al final de uno de los ciclos en el antiguo calendario Maya en el solsticio de invierno en 2012. Por lo tanto, la fecha prevista para el día del juicio final es el 21 de Diciembre de 2012.

3º pregunta: ¿Significa el fin del calendario Maya en Diciembre de 2012?

Respuesta: Así como el calendario que Ud. tiene en la pared de su cocina no deja de existir después del 31 de Diciembre, el calendario Maya no dejará de existir el 21 de Diciembre del 2012. Esta fecha es el fin del período de cuenta larga Maya pero luego, así como su calendario comienza el 1 de Enero, otro período de la cuenta larga comienza para el calendario Maya.

 4º pregunta: ¿La NASA predijo un "apagón total" de la tierra entre el  23 al 25 de Diciembre?

Respuesta: Absolutamente no. Ni la NASA ni ninguna otra organización científica han predicho tal apagón. Los falsos informes sobre este tema afirman que algún tipo de "alineación del universo" causará un apagón. Algunas versiones de este rumor citan un mensaje de preparación para emergencias del administrador de la NASA Charles Bolden. Esto es simplemente un mensaje animando a la gente a estar preparada para emergencias, como parte de una campaña más amplia de preparación del Gobierno. Nunca menciona específicamente un apagón de estas características.

 

Representación artística del fin del mundo

5º pregunta: ¿Podrían alinearse los planetas de una manera que afecte a la Tierra en 2012?

Respuesta: No, incluso si esto fuera a ocurrir, sus efectos sobre la Tierra serían insignificantes. Por ejemplo, una mayor alineación se produjo en 1962, y otras dos ocurrieron durante 1982 y 2000. Cada Diciembre la Tierra y el Sol se alinean con el centro aproximado de la Vía Láctea, es un evento anual de ninguna consecuencia para nuestro planeta.
Al parecer hay un gran interés en los cuerpos celestes y sus ubicaciones y trayectorias al final del año 2012. Hay muchas cosas dando vueltas a través del ciberespacio, la televisión y las películas pero no se basan en la ciencia. Hay incluso un falso comunicado de prensa de la NASA por ahí.

6º pregunta: ¿Hay un planeta o una enana marrón llamado Nibiru, planeta X o Eris que pueda acercarse a la Tierra y amenazar a nuestro planeta con la destrucción masiva?

Respuesta: Nibiru y otras historias sobre planetas que puedan amenazar a la Tierra son engaños de Internet. No hay ninguna base objetiva para estas afirmaciones. Si Nibiru o el planeta X fueran reales y amenazaran a la Tierra en 2012, los astrónomos ya lo sabrían hace tiempo y lo estarían siguiendo al menos durante la última década. Además sería visible por ahora a simple vista. Obviamente, no existe. Eris es real, pero es un planeta enano similar a Plutón que permanecerá en el sistema solar exterior y no representa ninguna amenaza para la Tierra.

Fuente: NASA

El cometa Hergenrother

 Por Alberto Anunziato

El cometa el 21-10-12. Crédito: www.space.com

El cometa Hergenrother (para ser precisos el 168P/Hergenrother) protagonizó la última odisea cometaria que hemos presenciado.
Este cometa fue descubierto por el astrónomo alemán Carl Hergenrother, pero no a la vieja usanza, mirando a través de un telescopio, sino analizando imágenes CCD obtenidas por uno de los telescopios del Catalina Sky Survey (programa de investigación operado por el Lunar and Planetary Laboratory de la Universidad de Arizona), el 19-11-98. Su periodo orbital es de casi 7 años. El máximo de magnitud alcanzado en su perihelio de 1998 fue de 17.5. En su paso de 2005 la magnitud máxima fue de 19.4.

 Por Alberto Anunziato

El cometa el 21-10-12. Crédito: www.space.com

El cometa Hergenrother (para ser precisos el 168P/Hergenrother) protagonizó la última odisea cometaria que hemos presenciado.
Este cometa fue descubierto por el astrónomo alemán Carl Hergenrother, pero no a la vieja usanza, mirando a través de un telescopio, sino analizando imágenes CCD obtenidas por uno de los telescopios del Catalina Sky Survey (programa de investigación operado por el Lunar and Planetary Laboratory de la Universidad de Arizona), el 19-11-98. Su periodo orbital es de casi 7 años. El máximo de magnitud alcanzado en su perihelio de 1998 fue de 17.5. En su paso de 2005 la magnitud máxima fue de 19.4.

Para su paso por las cercanías del Sol de este año se había estimado una magnitud máxima de 15.1 a mediados de septiembre, pero la sorpresa comenzó el 6 de septiembre, cuando el observador amateur español Juan Jose Gonzalez-Suarez hizo un reporte de 11.2.
Se estaba dando lo que se conoce con el nombre técnico de outburst, un estallido de luminosidad, que fue confirmado rápidamente por otras observaciones profesionales y amateurs. Desde nuestro observatorio pudimos observarlo el día 14-10-12 con una magnitud de 9.4, justo a tiempo, ya que la órbita del cometa lo llevó pocos días después a cielos no visibles desde nuestra ubicación geográfica. En www. cometas.liada.net/recientes-observaciones-periodicos.html se pueden comparar las observaciones reportadas a la sección Cometas de la Liada, entre ellas la nuestra.

La imagen que confirmó la fragmentación. Crédito www.remanzacco.blogspot.com.ar

Ese incremento de su brillo tan abrupto justificó un intenso seguimiento del cometa, observándose como la coma crecía en tamaño y su condensación central ganaba brillo. Gran parte de la comunidad astronómica, profesional y amateur, esperaba la confirmación de una fragmentación, aunque otra parte de la misma no la esperaba (incluido su propio descubridor, como podemos ver en esta entrevista para el canal de youtube Astroswanny's AARTScope Channe, del 12-10-12, http://www.youtube.com/watch?v=aFcwzQe_hHc).
Debemos recordar que si bien la gran mayoría de los estallidos de luminosidad de los cometas está asociada con la fragmentación del mismo, no siempre es así, ya que en casos excepcionales puede haber fragmentación sin estallidos o estallidos que se produzcan no por un evento de fragmentación sino por una intensificación de la actividad del núcleo.
Finalmente el equipo del Osservatorio Remanzacco, de la Associazione Friulana di Astronomia e Meteorologia de Italia, con imágenes CCD tomadas a través del Faulkes Telescope North en Haleakala de manera remota desde Italia, pudo confirmar la aparición de un fragmento o núcleo secundario, con su propia coma, aunque con un brillo menor del núcleo principal. A partir del anuncio realizado en el blog del observatorio, los principales telescopios del mundo siguieron al cometa y pudieron confirmar la fragmentación, destacándose la imagen obtenida por el telescopio de 8,1 mts. NOAO/Gemini North (en Mauna Kea, Hawaii) el 2-11-12, que muestra “al menos 4 fragmentos distintos”, según la web del Jet Propulsion Laboratory, lo que genera un sustancial incremento de polvo en la coma, en consecuencia aumenta la superficie que refleja la luz del sol y por lo tanto aumenta la luminosidad.

Los fragmentos observados desde el Gemini. Crédito: NASA/JPL-Caltech/NOAO/Gemini

De entre las posibles causas de fragmentaciones (splittings) y estallidos (outbursts)- fuerzas de marea del Sol, Júpiter o un planeta terrestre, transición de fase hielo amorfo a hielo cristalino, sublimación de bolsones de algún material muy volátil (CO, CO2), tensiones térmicas que provocan fracturas, alta velocidad de rotación del núcleo cometario asociada a alguna de las causas previas, actividad solar, colisiones con meteoroides- todavía queda por analizar la causa del estallido de brillo originado por la fragmentación del cometa Hergenrother, y esperar que podamos tenerlo de vuelta en 2019, junto con sus hermanos menores, los cometas originados de los fragmentos que se desprendieron de él.
Bibliografía:
Boehnhardt, H.: Split Comets, en:
www.lpi.usra.edu/books/CometsII/7011.pdf
Fernández, Julio A: Cometas: Aspectos físicos y dinámicos y su relevancia para la astrobiología. V Taller de Ciencias Planetarias. En: http://triton.fcaglp.unlp.edu.ar/taller/curso/clase-02.pdf).
Mansilla, Luis: Curso de Cometas de la Sección Cometas de la Liga Iberoamericana de Astronomía, en:
http://cometas.liada.net/curso-en-pdf.html

Alberto Anunziato, Dto. de cometas asteroides y meteoritos – AEA