El enigma de Sedna o por qué el Planeta Nueve no existe

Investigadores encuentran una explicación alternativa al extraño comportamiento de algunos objetos en los confines del Sistema Solar.

Desde hace unos años, algunos investigadores especulan con la extraordinaria posibilidad de que en los confines del Sistema Solar exista un gigantesco planeta oculto, cuya presencia es revelada por el extraño comportamiento de algunos cuerpos que se mueven en esa frontera. Entre esas rarezas se encuentra Sedna, un mundo menor que orbita el Sol a una distancia de 13.000 millones de kilómetros, pero que parece estar «separado» del resto del Sistema Solar, perturbado por el que sería el Planeta Nueve. Aunque la hipótesis de un polizonte cósmico resulta apasionante, también tiene muchos detractores en la comunidad científica. Entre ellos, un equipo de la Universidad de California Boulder, que cree que no hace falta recurrir a un nuevo planeta para explicar la pista de autos de choque que sucede más allá de Neptuno.

El equipo de Ann-Marie Madigan calculó que las órbitas de Sedna y otros objetos de su clase pueden ser el resultado de estos cuerpos empujándose unos contra otros y de los desechos espaciales en el sistema solar exterior. Los objetos como Sedna se llaman desprendidos porque completan enormes órbitas circulares que no les acercan a planetas grandes como Júpiter o Neptuno. Cómo llegaron al sistema solar exterior por su cuenta es un misterio.

Utilizando simulaciones por computadora, el grupo tuvo una respuesta posible. Resulta que estos objetos helados orbitan alrededor del Sol como las manecillas de un reloj. Las órbitas de objetos más pequeños, como los asteroides, sin embargo, se mueven más rápido que los más grandes, como le ocurre a Sedna.

«Ves un montón de órbitas de objetos más pequeños a un lado del Sol», señala Jacob Fleisig, estudiante de astrofísica y autor principal de la nueva investigación. «Estas órbitas se estrellan contra el cuerpo más grande, y lo que sucede es que esas interacciones cambiarán su órbita de una forma ovalada a una forma más circular».

La extinción de los dinosaurios
En otras palabras, la órbita de Sedna pasa de normal a completamente separada debido a esas interacciones a pequeña escala. Las observaciones del equipo también están en línea con las investigaciones de 2012, que observaron que cuanto más grande es un objeto separado, más lejos se encuentra su órbita del Sol.

Los hallazgos también pueden proporcionar pistas sobre otro fenómeno: la extinción de los dinosaurios. A medida que los desechos espaciales interactúan en el sistema solar exterior, las órbitas de estos objetos se tensan y ensanchan en un ciclo repetitivo. Este ciclo podría terminar disparando cometas hacia el sistema solar interior, incluso en dirección a la Tierra, en una escala de tiempo predecible. «Si bien no podemos decir que este patrón mató a los dinosaurios -dice Fleisig-, es tentador». La investigación ha sido presentada en el encuentro de la American Astronomical Society, que se celebra estos días en Denver, Colorado.

Fuente: ABC

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