Un fallo en el bloque acelerador impidió esta madrugada al cohete propulsor ruso Protón-M colocar en órbita dos satélites de telecomunicaciones, que quedaron fuera de control y se convirtieron en basura espacial potencialmente peligrosa, informó una fuente del sector aeroespacial ruso.
El Protón-M despegó la noche del lunes para poner en órbita los satélites ruso Express-MD2 y el indonesio Telkom. No obstante, los satélites no pudieron separarse del cohete debido a un fallo en el bloque acelerador Briz-M, cuyos motores; según datos preliminares, funcionaron tan sólo siete segundos en lugar de los 18 minutos 5 segundos previstos.
“Tras el fallo el bloque acelerador con ambos satélites quedó fuera de control, aunque visible mediante instrumentos terrestres de observación. La etapa superior del cohete se ha convertido en basura espacial potencialmente peligrosa para otros objetos espaciales”, señaló la fuente.
Según explicó, las posibilidades de corregir el vuelo de los satélites o colocarlos en sus respectivas orbitas operacionales son prácticamente nulas, por lo que los dos aparatos podrían darse por perdidos.
El experto también indicó que, previsiblemente, los lanzamientos de cohetes del tipo Protón-M que incorporan el bloque acelerador Briz-M, fabricado por el Centro ruso de Ingeniería Espacial Jrúnichev, serán suspendidos hasta que se esclarezcan las causas del accidente.
Buscando nudos en el tejido del espacio
Utilizando los datos del satélite WMAP de la NASA, unos investigadores del University College de Londres, el Imperial College de Londres y el Instituto Perimeter de Física Teórica en Canadá, han realizado la primera búsqueda de nudos cósmicos en todos los sectores del cielo, sin encontrar por ahora evidencia de tales nudos en el espacio.
A medida que el universo se enfrió, experimentó una serie de transiciones de fase, en un fenómeno comparable en ciertos aspectos a la transformación del agua líquida en hielo al congelarse. Muchas transiciones de fase pueden ocurrir de manera heterogénea en el espacio afectado, y esta idea ha dado pie a teorías que proponen la existencia de imperfecciones o nudos en el espacio.
Si se produjeron en la infancia del universo, los nudos cósmicos pudieron interactuar con la luz del fondo cósmico de microondas, dejando un conjunto de puntos calientes y fríos característicos. Si se detectan, dichas huellas darían una información muy valiosa sobre los tipos de transiciones de fase que se produjeron cuando el universo tenía una fracción de segundo de edad. Lograr obtener este conocimiento tendría repercusiones importantísimas para la física de partículas.
Si se consigue detectar nudos en el tejido del espacio, eso proporcionaría una información valiosísima sobre la forma en que opera la naturaleza a energías enormes. (Foto: UCL)
Extraña desaparición súbita de materia de una estrella
"Es como el clásico truco de magia: ahora lo ves, ahora no. Sólo que en este caso estamos hablando del polvo de toda la región interna de un sistema solar, y pese a ello se ha esfumado", explica de forma coloquial pero contundente Carl Melis de la Universidad de California en San Diego, uno de los autores de un estudio sobre este enigmático fenómeno. Un informe sobre esa investigación ha sido publicado en la prestigiosa revista académica Nature.
El disco de polvo alrededor de TYC 8241 2652 fue visto por el satélite de astronomía infrarroja IRAS de la NASA en 1983, y siguió brillando intensamente durante un cuarto de siglo. Se consideraba que dicho polvo fue originado por colisiones entre planetas en formación, un acontecimiento normal en el proceso de formación planetaria. Al igual que hace la Tierra, el polvo caliente absorbe luz estelar visible y reirradia esa energía en forma de radiación infrarroja, o calor.
El primer indicio fuerte de desaparición del disco de polvo provino de imágenes tomadas en enero de 2010 por el satélite astronómico WISE (llamado así por las siglas de Wide-field Infrared Survey Explorer) de la NASA. Una imagen infrarroja obtenida por el telescopio Gemini desde Chile el 1 de mayo de 2012, y analizada en profundidad, ha confirmado que el polvo ha desaparecido.
Radiotelescopio virtual casi tan grande como la distancia Tierra – Luna
La distancia entre los dos radiotelescopios durante las observaciones fue de unos 350.000 kilómetros, lo que corresponde, en muchos aspectos, a un radiotelescopio virtual con un plato de ese diámetro. Ambos radiotelescopios apuntaron hacia una galaxia con un núcleo muy activo, ubicada a una distancia de aproximadamente 900 millones de años luz.
RadioAstron es un proyecto internacional liderado por el Centro Astroespacial (ASC) en Moscú, y emplea una antena parabólica de 10 metros de diámetro, a bordo del satélite ruso Spektr-R. Lanzado en julio de 2011, el Spektr-R orbita la Tierra en una órbita elíptica. Combinando las transmisiones de la antena parabólica ubicada en el espacio con las de otros radiotelescopios en la superficie de la Tierra, el proyecto RadioAstron se basa en el uso de mediciones interferométricas para alcanzar resoluciones angulares extremadamente altas, que pueden llegar a equivaler a la resolución que se lograría mediante un único radiotelescopio con un diámetro equivalente a la distancia que existe entre la Tierra y la Luna.
Dos galaxias vecinas casi colisionaron en el pasado
Las dos galaxias, ubicadas respectivamente a 2,6 y 3 millones de años-luz de la Tierra, son miembros del Grupo Local de galaxias que incluye a nuestra Vía Láctea y a unas 30 galaxias más.
El "puente" de hidrógeno entre las galaxias fue descubierto en 2004 por unos astrónomos de los Países Bajos, pero otros científicos cuestionaron el descubrimiento por razones técnicas. Los resultados del análisis de las observaciones detalladas hechas con el altamente sensible radiotelescopio GBT, de la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos, confirman la existencia del puente, y muestran seis densas acumulaciones de gas en el puente.
Cuando las galaxias pasan una cerca de la otra, un resultado es la aparición de "estelas de marea" de gas extraído hacia el espacio intergaláctico en forma de largos flujos.