Dada a conocer el año pasado por la iniciativa Breakthrough Listen, no proviene de Próxima Centauri como se creía, sino que parece ser una interferencia de la tecnología humana.
Un equipo de astrónomos del proyecto Breakthrough Listen anunció el pasado año el hallazgo de una «intrigante señal» que parecía proceder de Alfa Centauri, el sistema solar más cercano, a solo 4,2 años luz del Sol. Incluso fue considerada la mejor candidata hasta la fecha para una comunicación de una inteligencia extraterrestre. Sin embargo, nuevos análisis de datos llevados a cabo por investigadores de Listen sugieren que es «poco probable» que la señal haya sido emitida por otra civilización. Ni siquiera llegó de tan lejos. Según acaban de revelar en dos artículos publicados en la revista ‘Nature Astronomy’, se trata de algo mucho más mundano: una interferencia provocada por una tecnología hecha en la Tierra. Malas noticias para los que tenían la esperanza de haber recibido el primer ‘hola’ desde otro mundo.
Breakthrough Listen forma parte de Breakthrough Initiatives, un ambicioso proyecto de búsqueda de inteligencia extraterrestre fundado por el millonario ruso Yuri Millner y que fue respaldado por el propio Stephen Hawking. Utiliza algunos de los radiotelescopios más grandes del mundo para rastrear firmas tecnológicas en el espacio. La búsqueda es desafiante porque la Tierra está inundada de señales de radio de tecnología humana: teléfonos móviles, radares, satélites, televisión… Ruido que esta vez parece haber jugado a los investigadores una mala pasada.
Duró cinco horas
La misteriosa señal que se anunció el pasado año fue captada en 2019 por el telescopio CSIRO Parkes en Nueva Gales del Sur, Australia (uno de más grandes del hemisferio sur). Parecía proceder de Próxima Centauri, la estrella vecina más cercana al Sol, a una distancia de poco más de 4 años luz, y que está orbitada por dos exoplanetas conocidos. Uno de ellos es Próxima b, un mundo un 20% más grande que la Tierra ubicado en zona habitable y que fue descubierto en 2016 por un equipo dirigido por el español Guillem Anglada-Escudé. Pues bien, la enana roja fue escaneada por el equipo de Listen en un rango de frecuencia de 700 MHz a 4GHz, con una resolución de 3,8 Hz, lo que equivale a sintonizar más de 800 millones de canales de radio a la vez.
Los investigadores detectaron más de 4 millones de ‘golpes’, rangos de frecuencia con señales de emisión de radio -la gran mayoría son emisiones humanas-, pero solo uno llamó poderosamente su atención por pasar dos filtros fundamentales: el cambio constante de frecuencia con el tiempo y que parecía provenir directamente de Próxima Centauri.
La señal, afilada como una aguja, se situaba en un rango de 980 MHz, una longitud de onda a la que no suele emitir ningún satélite o nave terrestre. Solo apareció una vez y no volvió a repetirse. Cambió ligeramente justo mientras se la estaba observando, y la forma en que lo hizo sugería que podría tratarse de un cambio causado por el movimiento de un planeta. La duración de la señal fue aproximadamente de cinco horas. Se trató de la primera que conseguía pasar los estrictos controles de Breakthrough Listen. Por eso, los investigadores la llamaron Breakthrough Listen Candidate 1, o BLC1.
Fuente desconocida
Sin embargo, nuevos análisis de los datos han desinflado el globo. Sofia Sheikh, del equipo Listen en la Universidad de California Berkeley, estudió las observaciones tomadas en otros momentos y encontró alrededor de 60 señales que comparten muchas características con la candidata, pero que habían sido generadas en la Tierra. «Las señales están espaciadas a intervalos de frecuencia regulares en los datos, y estos intervalos parecen corresponder a frecuencias utilizadas por osciladores que son comúnmente empleados en varios dispositivos electrónicos», dice Sheikh.
En conjunto, esta evidencia sugiere que la famosa señal es «una interferencia de la tecnología humana, aunque no pudimos identificar su fuente. La señal original no se detecta obviamente cuando el telescopio está apuntando lejos de Próxima Centauri, pero dado un ‘pajar’ de millones de señales, la explicación más probable sigue siendo que se trata de una transmisión de tecnología humana que resultó ser ‘rara’ de la manera correcta para engañar a nuestros filtros», explica.
Para Andrew Siemion, de UC Berkeley y líder del equipo científico de Listen, «nuestro análisis sugiere que es muy poco probable que (la señal) realmente haya sido transmitida desde Próxima Centauri. Sin embargo, esta es indudablemente una de las más intrigantes que hemos visto hasta la fecha».
Breakthrough Listen ha puesto todos los datos de los escaneos de Parkes a disposición del público para que cualquier interesado pueda examinarlos. El proyecto continuará monitoreando Próxima Centauri, a la que siguen considerando un objetivo convincente para buscar firmas tecnológicas, utilizando un conjunto de telescopios en todo el mundo. Además, el equipo sigue refinando sus algoritmos para mejorar su capacidad para discriminar entre ‘agujas’ y ‘heno’ en el pajar espacial.
Búsqueda «rigurosa»
A pesar de la decepción, los responsables del proyecto Listen no tiran la toalla. «La importancia de este resultado es que la búsqueda de civilizaciones más allá de nuestro planeta es ahora un campo maduro y riguroso de la ciencia experimental», afirma Milner, entre cuyos objetivos también se encuentra proyecto Starshot, el envío de micronaves interestelares del tamaño de tarjetas de crédito a otras estrellas para localizar mundos habitables.
De la misma forma se expresa su director ejecutivo, Pete Worden: «Si bien no pudimos concluir una firma tecnológica genuina, estamos cada vez más seguros de que tenemos las herramientas necesarias para detectar y validar dichas firmas, si es que existen», asegura. Quizás la próxima vez la señal sea emitida por una fuente tecnológica completamente desconocida y no seamos nosotros usando la radio.
Fuente: ABC