Objetos de Espacio Profundo: Las Estrellas

Por Mariano Andrés Peter

Las Pléyades en Tauro, uno de los cúmulos estelares más conocidos

"Tengo… una terrible necesidad… ¿diré la palabra?… de religión. Entonces salgo por la noche y pinto las estrellas".                                                                                                                               

Vincent van Gogh

De todos los objetos de espacio profundo, las estrellas son las más notorias ya que por la luminosidad que poseen, al menos las más cercanas y brillantes, son claramente visibles aún desde las grandes e iluminadas ciudades.
Los antiguos también las observaron y estudiaron, de ello dependía la elaboración de los respectivos calendarios que marcaban las temporadas de siembra y cosecha. Las estrellas fueron también veneradas como dioses, ya sea en forma individual (como la estrella Sirio) o agrupadas en patrones que hoy conocemos como constelaciones (Orión es un buen ejemplo).

Por Mariano Andrés Peter

Las Pléyades en Tauro, uno de los cúmulos estelares más conocidos

"Tengo… una terrible necesidad… ¿diré la palabra?… de religión. Entonces salgo por la noche y pinto las estrellas".                                                                                                                               

Vincent van Gogh

De todos los objetos de espacio profundo, las estrellas son las más notorias ya que por la luminosidad que poseen, al menos las más cercanas y brillantes, son claramente visibles aún desde las grandes e iluminadas ciudades.
Los antiguos también las observaron y estudiaron, de ello dependía la elaboración de los respectivos calendarios que marcaban las temporadas de siembra y cosecha. Las estrellas fueron también veneradas como dioses, ya sea en forma individual (como la estrella Sirio) o agrupadas en patrones que hoy conocemos como constelaciones (Orión es un buen ejemplo).

 

Utilizando contelaciones como la Cruz del Sur se pueden ubicar los puntos cardinales

En tiempos en los que no existía la brújula, las estrellas guiaban a los viajeros por mar y tierra.
Más de sesenta naciones han colocado figuras de estrellas en sus respectivas banderas.
En una noche oscura y alejada de las luces de las ciudades, podemos observar a simple vista tan solo un puñado de miles de estrellas que son las más cercanas y brillantes. Sin embargo el número total de estrellas existentes es infinitamente superior, se calcula que por cada grano de arena que hay en nuestro planeta, hay un millón de estrellas en el Universo.
Las estrellas no son otra cosa que enormes esferas de gas incandescente formadas a partir de la acreción de grandes cantidades de gas y polvo en el interior de las nebulosas. Están constituidas principalmente de hidrógeno y helio. Los demás elementos químicos que existen en el Universo se generan a partir de un proceso de fusión nuclear en el núcleo candente de las estrellas. Es esta fusión nuclear la que genera la luz y el calor estelar.

 

La bandera de Panamá es una de las tantas que poseen figuras de estrellas

Los astrónomos designan la luminosidad de una estrella en luz visible por su magnitud aparente. La magnitud de la estrella más pálida que se puede ver a simple vista es de 6. La mayoría de las estrellas más luminosas se enumeran de 5 a 0 y cada diferencia equivale a un salto de luminosidad de 2.512 veces.
Además del Sol, hay cuatro estrellas que superan la magnitud 0, su magnitud es negativa. Ellas son: Alfa Centauri (-0,01), Arturo (-0,94), Canopus (-0,7) y Sirio (-1,5).
Pero la magnitud aparente no nos dice cual es la verdadera luminosidad de las estrellas ya que estas se encuentran a diferentes distancias de la Tierra.
Para saber la luminosidad verdadera de una estrella es preciso conocer la magnitud absoluta, que se mide calculando cual sería el brillo de una estrella a 32,6 años luz de nuestro planeta. Por cercanía, el Sol presenta una magnitud aparente de -26,7 pero su magnitud absoluta es de 4,8.

 

El Sol, la estrella más cercana

Existen distintos tipos de estrellas. Las gigantes azules son colosales, tienen por lo menos diez veces la masa del Sol. Son azules porque generan las temperaturas más elevadas de todas las estrellas. Tan calientes son, que si la Tierra orbitara una de ellas, debería hacerlo mucho más allá de la órbita de Plutón para mantener la vida.
Estas estrellas consumen muy rápido su combustible nuclear, el hidrógeno, razón por la cual solo existen por unos pocos millones de años. Rigel, en la constelación de Orión, es una de las gigantes azules más brillantes del cielo nocturno.

 

Representación de la supergigante roja Betelgeuse en comparación con el sistema solar

También están las gigantes rojas, estrellas viejas y frías que están a punto de estallar. Son tan grandes que si una de ellas sustituyera al Sol, su diámetro rebasaría las órbitas de muchos de los planetas del sistema solar. Antares en Escorpio por ej. es tan grande que podría sobrepasar la órbita de Saturno.
Las estrellas amarillas como nuestro Sol, están en una etapa intermedia de su vida. Consumen lentamente su combustible nuclear y esto les permite arder por varios miles de millones de años. Son estrellas pequeñas y ordinarias.

 

Gráfico de la secuencia principal

Exobiología: La Teoría de Panspermia

Por Mariano Andrés Peter y Silvia Mónica Gutiérrez

 

“La naturaleza de la vida en la Tierra y la búsqueda de vida en otras partes son dos aspectos de una misma pregunta, la búsqueda de lo que somos”.
Carl Sagan

La teoría de la panspermia es la hipótesis que afirma que las semillas de la vida aparecida en la Tierra no surgió aquí, sino en otros lugares del Universo, y que llego a nuestro planeta utilizando los meteoritos y los asteroides como forma de desplazarse de un planeta a otro.
Estas ideas tienen su origen en algunas de las consideraciones del filósofo griego Anaxágoras, pero el término fue acuñado por el biólogo alemán Hermann Ritcher en 1865, usando el griego pan: todo y spermia: semillas. Panspermia se refiere a que la tierra estaría llena de semillas de todo tipo, esperando las condiciones necesarias para germinar.  Fue en 1908 cuando el químico sueco Svante August Arrhenius usó la palabra panspermia para explicar el comienzo de la vida en la Tierra.

Los cometas transportan agua y moléculas orgánicas por el Universo

En la actualidad, la teoría de panspermia tiene tres variantes a saber:
Panspermia Planetaria: Teoría que sugiere que la vida en la Tierra se origino en otro cuerpo del sistema solar, como Marte, y llego a nuestro planeta en el interior de un meteorito.
Panspermia Estelar: Teoría que sugiere que la vida en la Tierra se origino más allá del sistema solar, en las nebulosas o en otros sistemas planetarios y llego a nuestro planeta en el interior de cometas procedentes de esos distantes lugares del Universo.
Panspermia Dirigida: Teoría que sugiere que la vida en la Tierra se origino a causa de microorganismos enviados deliberadamente en el interior de cápsulas espaciales por civilizaciones extraterrestres con el objetivo de sembrar la vida por el Universo.

 

La Tierra en sus comienzos

La Tierra, como los demás planetas del sistema solar, se formo hace 4.600 millones de años a partir de una inmensa nube interestelar de gas y polvo que previamente había dado origen al Sol y que fue el resultado del estallido de una antigua supernova.
Luego de soportar una poderosa colisión con un mundo del tamaño de Marte que casi la destruye y dio origen a la Luna, la joven Tierra comenzó a desarrollar, hace 4.000 millones de años, una densa atmósfera rica en gases tales como dióxido de carbono, nitrógeno, monóxido de carbono, amoníaco, metano, vapor de agua, etc. Tales gases eran expulsados por numerosos y enormes volcanes que sacudían violentamente la corteza del planeta.
Este escenario se mantuvo por cientos de millones de años más. Un planeta tan convulsionado era absolutamente inapropiado para el surgimiento de la vida.

 

Formación de la atmósfera terrestre

Fundamentalmente hay dos corrientes de opinión. La primera apuesta por que surgió como consecuencia de las reacciones químicas engendradas en los primeros tiempos del planeta, mientras que otros postulan que los ladrillos de la vida se originaron fuera de la Tierra y llegaron aquí a través del espacio, esta última teoría se conoce como panspermia.
Con seguridad, las primeras formas de vida habrían surgido lentamente en los mares y lagos primitivos, mucho tiempo después de la caótica etapa de vulcanismo y de impactos meteoríticos que marco a fuego la historia del planeta en sus comienzos.
Sin embargo, a medida que se avanzaba en el estudio del registro fósil, los científicos se dieron cuenta de que algo no encajaba con lo que creían saber acerca del origen de la vida en nuestro planeta. La vida parecía haber evolucionado mucho antes de lo que se pensaba, poco tiempo después de que finalizara la etapa formativa de la Tierra, hace 3.600 millones de años aproximadamente.
¿Cómo podía ser posible que un proceso bioquímico tan complejo y que en teoría debía tardar varios cientos de millones de años mas, se hubiera completado tan pronto dando origen a los primeros organismos unicelulares? Esta era una cuestión que demandaba una explicación inmediata.

 

El astrónomo Chandra Wickramasinghe

Durante la década de los `70, el astrónomo británico Fred Hoyle, famoso por sus estudios sobre las reacciones termonucleares en el interior de la estrellas, echó a perder su considerable reputación al proponer la idea de que esporas portadoras de la vida quizás podían viajar a la deriva por el espacio.
Trabajando con Chandra Wickramasinghe, un astrónomo de la India experto en cometas, comenzaron a desarrollar la teoría de que tal vez el 80% del polvo interestelar estaría compuesto de células de algas y bacterias que podían llegar a trasladarse de planeta en planeta.
Al mismo tiempo, Francis Crick, el descifrador del código del ADN y el químico Leslie Orgel ofrecieron una variante de esta teoría al proponer en 1973, que una civilización extraterrestre muy avanzada podría haber sembrado deliberadamente las semillas de la vida por toda la galaxia, enviando cápsulas con bacterias en su interior para protegerlas de la radiación mortal de las estrellas.
La idea de que la vida provino de alguna manera del espacio no era nueva, ya había sido propuesta por renombrados científicos durante el siglo diecinueve y principios del siglo veinte.

 

Representación de una molécula orgánica

Hermann von Helmholtz, respetado científico alemán, pensaba que las moléculas orgánicas, compuestos de carbono que constituyen los seres vivos, habían llegado a la Tierra a bordo de cometas y meteoritos.
William Thomsom, físico británico, comento en una charla dirigida a la Asociación Británica para el Progreso de la Ciencia en 1871, que la hipótesis de que la vida se originó en la Tierra a través de fragmentos procedentes de ruinas de otros mundos y que luego crecieron en pantanos, puede parecer tosca y visionaria. Dijo además que esta idea no podía ser entendida como no científica.
Ya en 1908 el químico sueco Svante Arrhenius, ganador del premio Nobel por sus estudios sobre las reacciones químicas, publico el libro Worlds in the Making, totalmente dedicado a la noción de que la Tierra fue sembrada de semillas provenientes del espacio exterior. Formas de vida simples, como las bacterias, podrían haber escapado de mundos con vida y haber viajado a la deriva por el cosmos llevando la chispa vital de planeta en planeta.

 

Las bacterias son las formas de vida más resistentes que existen

Al igual que todos estos científicos, Hoyle y Wickramasinghe también  fueron duramente criticados por gran parte de la comunidad científica, pero eso fue cambiando a medida que se avanzaba tanto en el estudio de los cometas y meteoritos como de los organismos unicelulares.
Cuando a finales de 1985 el cometa Halley se acerco a la Tierra, una armada de sondas espaciales de diferentes países lo esperaban para fotografiarlo y para analizar su composición química.
Fue así que se halló la presencia de una molécula orgánica llamada cianógeno, compuesta por un átomo de carbono y otro de hidrógeno, que se forma cuando se descomponen moléculas de carbono más complejas llamadas polímeros, al calentarse el cometa por su cercanía con el Sol.

 

Imagen cercana del cometa Halley

Polímeros como el formaldehído, tuvieron un rol fundamental en la formación de aminoácidos e hidratos de carbono necesarios para la vida en la Tierra.
Este tipo de moléculas orgánicas también han sido encontradas en meteoritos como el que cayó en Murchinson, Australia, en 1969. En su interior se hallaron uracilo y xantina, dos precursores de las moléculas que configuran el ARN y el ADN.
En 1983 se encontró en la Antártida un meteorito proveniente del planeta Marte. Conocido como ALH84001, contiene en su interior estructuras que parecen ser bacterias fosilizadas además de compuestos químicos orgánicos asociados a las bacterias.

 

Meteorito marciano ALH84001

Este descubrimiento llevó a varios científicos a pensar en la posibilidad de que la vida en la Tierra tuvo su origen en Marte, cuando bacterias atrapadas en el interior de rocas marcianas desprendidas a causa de grandes impactos de asteroides y cometas, llegaron a nuestro planeta luego de haber vagado por miles de años en el sistema solar.
Pero, ¿pueden los organismos unicelulares soportar viajes por el Universo en condiciones de calor y frío extremos, radiación de las estrellas y la reentrada a las atmósferas planetarias? La lógica nos indicaría que eso es imposible, sin embargo, se ha podido demostrar que las bacterias son mucho más resistentes de lo que podíamos llegar a imaginarnos previamente.

 

Fumarola de gases tóxicos en el fondo oceánico

Existen microorganismos llamados extremófilos, que pueden habitar en condiciones extremas de frío, calor, radiación, acidez, oscuridad y presión.
Se han hallado bacterias extremófilas en lugares tan hostiles como las fuentes termales, donde el agua emerge de las entrañas del planeta a temperaturas de ebullición y con un altísimo grado de acidez, en lo abismos oceánicos, donde la presión resulta aplastante para la mayoría de los organismos, en oscuridad permanente, con emanaciones de gases tóxicos y corrosivos y con temperaturas muy bajas.
También se pueden encontrar bacterias en el interior de las rocas debajo de la superficie terrestre, en el hielo de las regiones polares y en la atmósfera a altitudes de más de 40 km.

 

Meteorito caído en Murchinson, Australia en 1969

Bacterias como el streptococcus mitis que fueron llevadas a la Luna por accidente en la sonda Surveyor 3 en 1967, pudieron ser revividas sin dificultad cuando llegaron de vuelta a la Tierra tres años después, tiempo en el que estuvieron expuestas a los extremos de frío y calor como así también al vacío y la radiación espacial.
En los últimos años, los científicos han comenzado a estudiar a un grupo de bacterias llamadas arqueas. Estos organismos microscópicos han demostrado una increíble capacidad de supervivencia al ser expuestos a todos los elementos hostiles del medio interestelar. Cuando las condiciones ambientales se tornan peligrosas, las arqueas entran en un estado de hibernación que puede durar miles o millones de años. Al parecer forman una especie de capullo de proteínas que resguarda su ADN y les permite resistir hasta que las condiciones vuelvan a ser las adecuadas como para despertar y comenzar nuevamente con el ciclo vital.

 

Abeja de 25 millones de años atrapada en ámbar

En 1996, científicos estadounidenses pudieron extraer bacterias del interior de una abeja atrapada en ámbar hace 25 millones de años. Estas bacterias estuvieron aletargadas durante todo ese período y al tomar contacto con el aire, reiniciaron sus funciones vitales.
Todo esto ha llevado a pensar a científicos como Chandra Wickramasinghe, que los cometas, asteroides y meteoritos pudieron aportar, no solo una buena parte del agua y de los compuestos químicos básicos para la vida, sino también los primeros organismos unicelulares a partir de los cuales se dio inicio al proceso evolutivo y que en última instancia, dio origen al ser humano.

 

Marte, el planeta más parecido a la Tierra

Si el interior de los cometas fuera acuoso, como muchos científicos opinan en la actualidad, sería un hábitat ideal para todo tipo de bacterias, que estarían protegidas de las temperaturas extremas y de la radiación estelar. Viajarían entre las estrellas y de vez en cuando chocarían con planetas, algunos de los cuales tendrían las condiciones necesarias para desarrollar un proceso evolutivo hacia formas de vida más complejas que podrían culminar, porque no, con seres inteligentes.
También está la posibilidad de que meteoritos marcianos portadores de bacterias hallan caído en la Tierra primitiva, colonizándola y dando origen a la enorme diversidad biológica que hoy conocemos. Si estas hipótesis son correctas, los humanos seríamos los descendientes de los extraterrestres que tanto hemos buscado y con los que tanto hemos soñado a lo largo de la historia.

Mariano Andrés Peter, coordinador del Observatorio de Oro Verde – AEA
Silvia Mónica Gutiérrez, especialista en Astrofísica – AEA

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El día que los egipcios descubrieron el calendario solar

Por Gustavo Blettler

Los egipcios, como casi todos los pueblos, utilizaron en los albores de su civilización un calendario lunar. Seguir el movimiento de la luna a través del cielo y sus cambios es fácil, pues la luna cambia de forma regular y visible; solo debemos contar los días que pasan desde el momento en que la luna cambia de fase (por ejemplo el tiempo transcurrido entre una luna nueva y la siguiente). Esta operación nos dará como resultado un año de 360 días (12 lunas X 30 días).

El problema es que las estaciones, los momentos óptimos para la siembra, las crecidas del río Nilo y los tiempos de navegación dependen del ciclo solar, no del lunar; por tanto si utilizamos un calendario lunar, este será fácil de utilizar pero no tendrá la precisión del calendario solar y rápidamente quedará desfasado.

Por Gustavo Blettler

Los egipcios, como casi todos los pueblos, utilizaron en los albores de su civilización un calendario lunar. Seguir el movimiento de la luna a través del cielo y sus cambios es fácil, pues la luna cambia de forma regular y visible; solo debemos contar los días que pasan desde el momento en que la luna cambia de fase (por ejemplo el tiempo transcurrido entre una luna nueva y la siguiente). Esta operación nos dará como resultado un año de 360 días (12 lunas X 30 días).

El problema es que las estaciones, los momentos óptimos para la siembra, las crecidas del río Nilo y los tiempos de navegación dependen del ciclo solar, no del lunar; por tanto si utilizamos un calendario lunar, este será fácil de utilizar pero no tendrá la precisión del calendario solar y rápidamente quedará desfasado.

 

Sirio, la estrella más importante para los egipcios

Un pueblo con planificación y economía agrícola como el egipcio dependía en forma determinante del cálculo correcto de estas fechas. Su supervivencia misma estaba en manos de ello.    

Para el clero (monjes – científicos) egipcios era necesario entonces, encontrar un sistema tal que perita calcular con precisión el largo del año.

Los astrónomos egipcios examinaron el cielo con mucha atención y determinaron que
solo en dos momentos el sol se muestra ante nuestra vista lo suficientemente débil como para permitir la observación de las estrellas que lo rodean sin ser opacadas por su brillo, estos momentos son, por supuesto, el amanecer y el atardecer.   

Entonces, si nos ubicamos en una posición fija y observamos todos los días el amanecer  durante un período prolongado notaremos dos cosas: en primer lugar que el sol se mueve (aparentemente) entre las estrellas, pero estas permanecen inmóviles entre si, como un telón de fondo a la danza del sol sobre el horizonte. Además, observaremos que el sol parece desplazarse del Este al Norte, luego del Norte retornará lentamente al Este, seguirá rumbo al Sur, para finalmente retornar al Este. Es decir dibujara sobre el horizonte un compás en torno al Este.

Si somos los suficientemente cuidadosos y marcamos los puntos más extremos de este movimiento, uno de ellos se ubicará al Noreste y el opuesto estará al Sureste. En el primer caso cuando marquemos el registro hará calor y a este punto se le llama Solsticio de verano del Hemisferio Norte. En el segundo caso las temperaturas serán frescas y tendremos el Solsticio de invierno del Hemisferio Norte. Finalmente dividimos por la mitad el área cubierta por estos puntos extremos y tendremos los dos Equinoccios (Equinoccio de primavera y Equinoccio de otoño).

Estos datos podrían ser marcados sobre el suelo y trasladados posteriormente a construcciones grandes que permitieran celebrar el “renacimiento del sol”; con toda probabilidad este es el modo en que surgieron los grandes observatorios astronómicos del mundo antiguo, como el observatorio solar de Goseck de una antigüedad de 7.000 años o Stonehenge de 5.000 años.

El tiempo transcurrido para que el sol “volviera” a un mismo punto cualquiera de su recorrido (por ejemplo el Solsticio de verano) era de 365 días. Este descubrimiento permitió determinar que el “desfasaje de la luna respecto del sol podría solucionarse con la adicción de 5 días (360 + 5 = 365 días).

Lamentablemente el viejo calendario lunar no pudo ser “emparchado” para adecuarlo al solar; porque si adicionamos al ciclo lunar los 5 días de desfasaje respecto al ciclo solar, al finalizar la doceava luna (360 días), empezaría el año siguiente con la luna en cuarto creciente (no en luna nueva) y desplazaría todas las fases. Y la confusión reinante impediría su aplicación práctica.

En este momento, los egipcios habían demostrado lo obsoleto del calendario lunar y la necesidad de reemplazarlo por un calendario solar de 365 días.

¡Y este fue el calendario utilizado por los egipcios a lo largo de 3.000 años de civilización!

Los egipcios habían logrado un avance tecnológico extraordinario, poseer un calendario solar les confería grandes ventajas productivas y comerciales respecto a los demás pueblos de la antigüedad.

  

Ubicación de Sirio en la constelación del Can Mayor

Pero los sacerdotes aún no se ponían de acuerdo sobre cual de los 365 días sería considerado el primero, el inicio del año. Una vez señalado ese día sería muy fácil para cualquiera iniciar una secuencia que culminaría a los 365 días para dar comienzo al próximo año. Consideraban que lo ideal sería un día sagrado para darle la trascendencia que merecía, significativo para el pueblo y fácil de identificar por cualquier observador.  

Houston, Base Tranquilidad, El Águila ha Alunizado!!

Por Juan Manuel Biagi 

 

 

Logo de la misión Apolo 11

El 21 de julio de 1969, con estas palabras se daba por finalizada, la aventura espacial mas importante de todos los tiempos, años de estudios,  ingeniería, entrenamientos y pruebas tenían como único objetivo el poner un pie en la Luna y así poder ganar una ardua carrera espacial.  Este artículo, conmemorando los 40 años de la llegada del hombre a la Luna demuestra de que manera estaba compuesto el Complejo Apollo y como fue su fantástico viaje.

  “A mis Amigos de la Asociación Entrerriana de Astronomía, esa clase de personas, que si volviera a vivir nuevamente mi vida, no dudaría en volver a encontrarlos”

Por Juan Manuel Biagi 

 

 

Logo de la misión Apolo 11

El 21 de julio de 1969, con estas palabras se daba por finalizada, la aventura espacial mas importante de todos los tiempos, años de estudios,  ingeniería, entrenamientos y pruebas tenían como único objetivo el poner un pie en la Luna y así poder ganar una ardua carrera espacial.  Este artículo, conmemorando los 40 años de la llegada del hombre a la Luna demuestra de que manera estaba compuesto el Complejo Apollo y como fue su fantástico viaje.

  “A mis Amigos de la Asociación Entrerriana de Astronomía, esa clase de personas, que si volviera a vivir nuevamente mi vida, no dudaría en volver a encontrarlos”

El Complejo Espacial Apollo:

 

El cohete Saturno V en la plataforma de lanzamiento

El Cohete Saturn V:

 El equipo encargado del diseño y puesta a punto de un artefacto que reuniera las condiciones requeridas se había puesto a trabajar en el proyecto bajo la dirección de Von Braun, en el Marshall Spaceflight Center, de Hunstville, Alabama, buscando un tipo de cohete destinado a usos civiles exclusivamente, y sus primeros resultados, en 1962 se enfocarían en el que seria el máximo exponente en los grandes cohetes, el Saturn V.
Luego de diversas versiones preliminares que fueron modificándose sucesivamente, se llegaría al modelo definitivo: un gigantesco vehiculo de tres etapas, de 111 mtrs de largo y 3870 tn de peso, cuya complejidad de fabricación fue tal, que estaba constituido por cinco millones de piezas, era capaz de colocar en orbita terrestre 130 tn y enviar a la Luna una nave de 45 tn.
Estaba compuesto por tres etapas que debían proporcionar la velocidad de liberación de todo el Complejo Apollo que totalizaba unas 45 tn, a las que previamente se colocaba en orbita terrestre, hasta que la tercera etapa enviaba a la nave espacial a la orbita lunar.  A la altura de 65 Km. se desprendía la primera etapa a una velocidad de 9800 Km./h, a los 9 min.18 seg. del lanzamiento, A 180 Km. de altura, se desprendía la segunda etapa a una velocidad de 23000 Km./h., finalmente entraba en orbita a una velocidad de 28000 Km./h a los 9 min.20 seg. A una altura de 190 Km. de altura.

 

Momento del despegue hacia la Luna

La primera etapa, denominada S-IC estaba constituida por 5 motores Rocketdyne F-1, alimentados a base de oxigeno liquido y queroseno, cuya combustión duraba unos 150 seg. Produciendo un empuje total de 3400 tn. El conjunto ocupaba una estructura cilíndrica de 46 mtrs de longitud por 10 mtrs de diámetro en el que se alojaban los depósitos para almacenar las 2106 tn de propergol, el sistema motor estaba constituido por un elemento central y cuatro motores exteriores en racimo montados en forma orientable a fin de estabilizar la dirección del cohete durante su trayectoria.
La segunda etapa, denominada S-II se constituía de 5 motores Rocketdyne J-2, utilizaban hidrogeno y oxigeno líquidos como propergol y proporcionaban un empuje total de 520 tn, esta segunda etapa estaba alojada en un cilindro de 25 mtrs de largo por 10 mtrs de diámetro y almacenaba 447 tn de propergol.
La tercera etapa, denominada SIV-B  era un motor Rocketdyne J-2 y se encendía solo 2 minutos, proporcionando un empuje de 91 tn a la nave Apollo para abandonar la orbita terrestre y dirigirse hacia la Luna, logrando una velocidad final de 40000 Kms/h.

 


 

Modulo de comando orbitando la Luna

El Modulo de Comando:

 El vehiculo ya armado que llevaba a los tres astronautas (para 1969) era la maquina mas compleja y poderosa sobre la que había puesto su mano el hombre, construida a un costo enorme en dinero y provista de todo tipo de equipos y de ingeniosos dispositivos, con su cabeza de punta roma y sin curvas esbeltas tiene una finalidad, traer de vuelta a Tierra a sus tripulantes lo mas rápida y seguramente como sea posible, manteniéndose dentro del rango de limitaciones de peso impuestas por el cohete Saturn V .
Los tres tripulantes eran ubicados en una cámara cuyas paredes se inclinaban hacia adentro y terminaban en un techo bajo. Poseía 10,35 m3 de espacio, mas o menos el volumen de un automóvil familiar, unos 4,11 m3 están atestados de equipos, de manera que el interior permitía acostarse a todo lo largo y a estar de pie con la cabeza agachada, la cámara es asimismo el ambiente de presión de la nave, herméticamente cerrada contiene la atmosfera que respiran los astronautas.
Inicialmente se pensaba proporcionar a estos una atmosfera de  dos gases, la mitad de oxigeno y la otra mitad de nitrógeno (el doble de la proporción de oxigeno existente al nivel del mar), para compensar el hecho de que seria suministrada a los astronautas una presión de 0,49 Kg. /cm2, después para simplificar el sistema de condiciones vitales de Apollo y reducir la velocidad de perdida de gas, los ingenieros decidieron suministrar a los astronautas una atmosfera de oxigeno puro a una presión de 0,35 Kg./cm2, es decir, la misma que utilizaron las capsulas Mercury.
La mayor parte de la maquinaria del Modulo de Comando de Apollo estaba dentro del compartimiento con presión artificial, al alcance de las reparaciones que sean necesarias. Alrededor de las paredes había tableros con rótulos, tras los cuales se guardaban comida, agua o pequeñas cajas insertadas de conexiones electrónicas que pueden sacarse y repararse fácilmente, o bien reemplazarlas por otras de repuesto.
Las baterías eléctricas de plata y cinc y otros objetos más pesados como la maquinaria que mantiene la atmosfera, estaban instalados en la base del cono, del lado mas próximo a los pies de los astronautas haciendo que el cono sea más pesado de ese lado.
Sobre las cabezas de los tripulantes había tres ojos de buey, el mayor de ellos estaba ubicado en el medio de la escotilla principal de entrada. Dos escotillas más pequeñas completaban un total de cinco ventanillas.
En la pared opuesta al astronauta del medio había una pequeña instalación plegadiza que consta de lavatorio, inodoro y sistema para la eliminación de residuos, en la pared opuesta al astronauta de la izquierda hay una consola de alimentos, que contiene un espacio de almacenaje para comidas, así como tubos comprimibles (como los de dentífrico) de diversos alimentos desecados y congelados y un inyector de agua caliente para reconstituirlos.
Las cuchetas de los astronautas estaban forradas con varios centímetros de estructura del tipo panal que se hundían al ser aplastado por un cuerpo pesado, esto ayudo en el reingreso a amortiguar el impacto de la capsula en el océano (estos dispositivos reemplazaban las bolsas inflables en la capsula Mercury), los respaldos de los asientos se reclinaban en distintas posiciones para orientar a los astronautas debidamente para las distintas tensiones de aceleración. 
La nave también poseía  los botones y perillas del control triaxial en los apoyabrazos de los asientos para que los pudieran utilizar sin esfuerzo bajo condiciones de aceleraciones intensas. El asiento central se podía retirar y colocarse sobre una de las paredes, convirtiéndose así en una cama en la que podia dormir el miembro de la tripulación que estaba fuera de servicio, tenia una red elástica de la cual el astronauta no se salía de su cama al quedarse dormido en condiciones de falta de gravedad.
Entre los elementos importantes que llevaba el modulo de comando figuraban: agua potable, alimentos, trajes espaciales, tubos de oxigeno bajo alta presión, material de lectura, instrumentos científicos, radios, dos cámaras de televisión, equipo de primeros auxilios y medicamentos, herramientas para reparaciones y equipos para experimentos en vuelo, el equipo de navegación inercial, la calculadora de usos múltiples, combustible para los mini-cohetes que ponen en posición adecuada a la nave durante el reingreso, paracaídas para los tripulantes, diversas ayudas para el rescate como marcadores de anilina, balsas salvavidas, luces de señales, un telescopio y un sextante.
Los tres paracaídas principales de la nave (estos poseían un diámetro de 30 metros cada uno) y los mas pequeños (de arrastre para la apertura) se encontraban plegados en el espacio vacío que rodeaba la parte superior de la nave.
 Fuera del compartimiento bajo presión, envolviendo al equipo de rescate, estaban el revestimiento principal y el protector térmico del modulo de comando. El protector térmico tenia aproximadamente 38 mm de espesor en la superficie ligeramente convexa de la base del cono, que es la que hace frente a los aprox. 3300 ºC durante el reingreso de la capsula en la atmosfera terrestre y que tiene un espesor algo mayor en la parte cónica posterior, por debajo del protector térmico están las capas del revestimiento principal que consisten en dos finas chapas de acero, con una hoja de acero inoxidable de 13 mm entre ellas, luego hay 5 cm de aislación y después están las capas internas que es un terciado de 25mm de chapas de aluminio calado.
Por encima de la capsula se encontraba la torre de escape, de unos 10,5 mts de altura, contenía un cohete con motor de combustible sólido y cuatro escapes que apuntan hacia abajo y ligeramente hacia fuera, este sistema en caso de ser necesario, podia llegar a despedir el modulo de comando de 5 tn a una altura de 1200 mts de su posición de reposo o desde el lugar que ocupaba al comenzar el viaje entre las capas atmosféricas, al mismo tiempo, un pequeño cohete hacia ignición y le causaba un empuje lateral a la capsula, sacándola del peligro mayor, del cohete portador (este mismo sistema se utilizara en las futuras capsulas Orión).
 

 

Imágen del LEM

El Puesto del Hombre en el Cosmos

 Por Ricardo Gabriel Godano

"Escribe tus aciertos en bronce y tus injurias en el aire".
Galileo Galilei.

Podría titular este artículo con las palabras de Neil Armstrong al descender sobre la Luna, pero me parece más apropiado usar el nombre de una de las obras del filósofo alemán Max Scheler para conmemorar los 40 años de la gran hazaña astronáutica.

 Por Ricardo Gabriel Godano

"Escribe tus aciertos en bronce y tus injurias en el aire".
Galileo Galilei.

Podría titular este artículo con las palabras de Neil Armstrong al descender sobre la Luna, pero me parece más apropiado usar el nombre de una de las obras del filósofo alemán Max Scheler para conmemorar los 40 años de la gran hazaña astronáutica.

Quienes miramos las estrellas y soñamos con otros mundos sabemos admirar el esfuerzo de la humanidad por recorrer el espacio. Aprendimos sobre el comienzo de la carrera espacial por parte de los soviéticos y la decisión del gobierno norteamericano de llevar al hombre a la Luna antes de finalizar la década de los sesenta.

También sabemos de los obstáculos a resolver a la hora de aventurarse en gran océano llamado espacio, del despegue fallido del Apollo I, del análisis del suelo lunar de las misiones posteriores, de las esperanzas de toda la humanidad con la exploración del sistema solar, entre otros conceptos.

Por tal motivo la llegada del hombre a la Luna no es solamente un acontecimiento astronáutico, sino es el resultado al esfuerzo, a la planificación, al trabajo en equipo, a la falta de egoísmos, al aceptar al otro; en otras palabras es la conmemoración de todo lo que nos hace distintos como especie.

Llegamos hasta nuestro satélite natural, pensamos en bases lunares y en el espacio, exploramos al planeta Marte, descubrimos de a poco los orígenes del universo, su composición, su morfología, porque en ese conocimiento nos encontramos con nuestra esencia.

 

Este año pronunciemos juntos, al brindar con nuestros amigos, los deseos y las buenas intenciones para lograr un mundo mejor para todos y no nos olvidemos que cuando muy pocos confiaban en la gran hazaña y todavía hoy siguen dudando, la humanidad dejaba su huella imborrable en el suelo selenita.

Según la historia, el 16 de junio de 1969, los astronautas Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins despegaron en la misión Apollo XI rumbo a la Luna. Después de un largo viaje de cuatro días, descendieron sobre el suelo lunar, en una región conocida como el Mar de Tranquilidad. El comandante de la misión, Armstrong, se convirtió en el primer ser humano en pisar el suelo de nuestro satélite natural.

Ricardo Gabriel Godano, Profesor de Matemática e investigador de temas espaciales

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