El mejor retrato de Saturno y una diminuta Tierra sonriente

La Nasa difundió una fotografía nueva y espectacular de Saturno, obtenida en julio pasado por la sonda Cassini.
El bello retrato del planeta de los anillos fue creado como parte del proyecto "El día que la Tierra sonrió", liderado por Carolyn Porco, en el que se fijó un día y una hora y se llamó a la gente a mirar hacia el cielo y sonreir para la foto que se estaba tomando a miles de millones de kilómetros de distancia.
En el siguiente texto, Porco explica cómo y por qué se creó esta imagen.
Hace cuatro meses, las cámaras de Cassini ejecutaron una secuencia de toma de imágenes rutinaria durante un evento nada rautinario.
El 19 de julio, cuando Cassini estaba sumergido en la sombra creada por el planeta eclipsando al Sol, obtuvo un conjunto de imágenes superpuestas que retratan a Saturno, su sistema de anillos completo y muchas de sus lunas.
Esta alineación del Sol, Saturno y la nave ofreció una oportunidad extraordinaria para obtener imágenes de los planetas más cercanos al Sol desde la periferia del Sistema Solar.

La Nasa difundió una fotografía nueva y espectacular de Saturno, obtenida en julio pasado por la sonda Cassini.
El bello retrato del planeta de los anillos fue creado como parte del proyecto "El día que la Tierra sonrió", liderado por Carolyn Porco, en el que se fijó un día y una hora y se llamó a la gente a mirar hacia el cielo y sonreir para la foto que se estaba tomando a miles de millones de kilómetros de distancia.
En el siguiente texto, Porco explica cómo y por qué se creó esta imagen.
Hace cuatro meses, las cámaras de Cassini ejecutaron una secuencia de toma de imágenes rutinaria durante un evento nada rautinario.
El 19 de julio, cuando Cassini estaba sumergido en la sombra creada por el planeta eclipsando al Sol, obtuvo un conjunto de imágenes superpuestas que retratan a Saturno, su sistema de anillos completo y muchas de sus lunas.
Esta alineación del Sol, Saturno y la nave ofreció una oportunidad extraordinaria para obtener imágenes de los planetas más cercanos al Sol desde la periferia del Sistema Solar.

 La intención: captar una visión única de nuestro planeta –diminuto, lejano, solitario– como se ve desde miles de millones de kilómetros.
Imágenes de esta naturaleza se han tomado con anterioridad. La famosa fotografía de la Tierra obtenida por la sonda Voyager en 1990 y llamada "Un punto azul claro" se convirtió, de la mano de Carl Sagan, en una alegoría romántica de la condición humana y en un inspirado reclamo de protección ambiental y hermandad planetaria.
Y una versión previa de Cassini de 2006, tomada desde la órbita de Saturno, que muestra la sorprendente yuxtaposición del puntito que es nuestro planeta junto a la enormidad de los anillos de Saturno, se convirtió en la imagen más apreciada de la misión.
Pero desde el comienzo los planes para el mosaico del 19 de julio incluían algo especial: si todo iba bien, las imágenes podrían capturar una vista de la Tierra junto a Saturno y sus anillos en el mismo momento en que gente de todo el mundo iba a estar contemplando su conexión con los demás y con toda la vida en la Tierra, apreciando la rareza de nuestro planeta dentro del Sistema Solar, maravillándose de su propia existencia, y celebrando la sola idea de que estuvieran retratándolos desde miles de millones de kilómetros de distancia.
Y eso hicieron, contemplar, apreciar, maravillarse y celebrar.
Desde Pensilvania, Estados Unidos: "Qué forma más maravillosa de sentirse conectado con el Universo, el planeta y cada una de las personas que viven en él. Estamos todos juntos en esto de verdad".
Desde algún lugar de Reino Unido: "A la hora apropiada, giré mi rostro hacia el cielo y pasé unos minutos observando y escuchando. Qué sentimiento de conexión y unidad con el milagro que es la vida en la Tierra".
Desde Nueva York, Estados Unidos: "Me encantó este proyecto desde que oí hablar de él, y estaba decidido a unirme a la celebración. Puede que no seamos únicos… Puede que seamos efímeros… Puede que sólo estemos volando sobre una mota de polvo. Pero por 15 minutos estuvimos allí, fuimos conscientes y sonreímos".
Tras mucho trabajo, finalmente está completa la imagen que marca el momento en que los habitantes de la Tierra miraron hacia el cielo donde quiera que estuvieran y sonrieron por la pura alegría de estar vivos.
En su combinación de belleza y sentido, es probablemente la imagen más inusual que jamás se haya obtenido en la historia del programa espacial.
Mírenla, y descubrirán un universo de maravillas. El brillante bordeado del globo de Saturno y sus principales anillos resplandecientes por la luz del sol que los atraviesa ocupan el centro de la escena.

 

A la izquierda, incrustada en el enorme anillo E de color azul sedoso, está la brillante luna Encélado, resplandeciendo por la luz reflejada de Saturno y los destellos de cientos de géiseres. Es probablemente el lugar más promisorio del Sistema Solar para encontrar vida alienígena.
Un examen detallado revela la sombra de esta luna a través del rocío de las partículas heladas creadas por esos géiseres, como la sombra de un poste telefónico en la niebla.
Más abajo y a la derecha de Encélado está Tetis, una luna que tiene un tercio del tamaño de la nuestra, iluminada por el brillo de Saturno. Del otro lado del planeta, arriba y a la derecha está Mimas, también proyectando una débil sombra a través del anillo E.
Y así sigue: más lunas y anillos para quien se tome el tiempo de observar.
Ahora, miren otra vez. Allí, bajo los anillos principales y a la derecha del globo de Saturno, lejos en la distancia y aparentemente perdida en tan radiante escena, hay una pequeña mancha de luz azul, flotando en un mar de estrellas.

 

Ese es nuestro hogar, con todos nosotros – ustedes, yo, los vecinos, incluso aquellos que están en la otra punta de la Tierra. Todos habitamos ese bonito punto azul.
Y más que eso, la imagen de ese punto captura el preciso instante, congelado en el tiempo, en que los habitantes de nuestro planeta se tomaron un respiro de las actividades cotidianas para salir y celebrar nuestros avances como exploradores planetarios y el audaz saludo cósmico entre robot y creador que esta imagen representa.
Espero que en el futuro, cuando la gente mire esta imagen otra vez, recuerde el momento en que, aunque parezca loco, estuvieron allí, fueron conscientes, y sonrieron.
Carolyn Porco dirige el equipo encargado de la toma de imágenes de la misión Cassini, de las agencias espaciales de Estados Unidos, Italia y Europa. También participó en la creación del retrato "Un punto azul pálido", de la sonda Voyager.

Fuente: BBC

Hallado un enigmático asteroide con seis colas

El objeto ha causado gran expectación entre los científicos porque no se ha visto nada como esto antes y están tratando de encontrar una explicación.

Un equipo de astrónomos que trabajan en la misión Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han observado un objeto único y desconcertante en el cinturón de asteroides.
Según ha explicado, el cuerpo se ve como una pluma de bádminton rotativa y con una enorme cola similar a la de los cometas. Los asteroides normales aparecen como pequeños puntos de luz cuando son observados por los científicos. Pero este asteroide, denominado P/2013 P5, tiene seis colas de cometa de polvo que irradian de ella como los radios de una rueda.
Fue visto por primera vez en agosto de este año. a través de telescopio Pan-Starrs de Hawaii, como un objeto con un aspecto extraordinariamente difuso. Este hallazgo, que ha sido publicado en The Astrophysical Journal Letters, ha causado gran expectación en la comunidad científico porque no se ha visto nada como esto antes y los astrónomos están tratando de encontrar una explicación adecuada de su misteriosa aparición.

El objeto ha causado gran expectación entre los científicos porque no se ha visto nada como esto antes y están tratando de encontrar una explicación.

Un equipo de astrónomos que trabajan en la misión Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han observado un objeto único y desconcertante en el cinturón de asteroides.
Según ha explicado, el cuerpo se ve como una pluma de bádminton rotativa y con una enorme cola similar a la de los cometas. Los asteroides normales aparecen como pequeños puntos de luz cuando son observados por los científicos. Pero este asteroide, denominado P/2013 P5, tiene seis colas de cometa de polvo que irradian de ella como los radios de una rueda.
Fue visto por primera vez en agosto de este año. a través de telescopio Pan-Starrs de Hawaii, como un objeto con un aspecto extraordinariamente difuso. Este hallazgo, que ha sido publicado en The Astrophysical Journal Letters, ha causado gran expectación en la comunidad científico porque no se ha visto nada como esto antes y los astrónomos están tratando de encontrar una explicación adecuada de su misteriosa aparición.

Las imágenes de Hubble fueron tomadas el 10 de septiembre de 2013. Cuando Hubble volvió al asteroide el 23 de septiembre, su aspecto había cambiado totalmente. Parecía que toda la estructura se había oscilado alrededor.
"Estábamos literalmente sin habla cuando lo vimos", ha explicado uno de los autores, David Jewitt. "Lo más asombroso es que sus estructuras traseras cambian dramáticamente en sólo 13 días, ya que eructa el polvo. Eso también nos ha cogido por sorpresa y no es difícil creer que estamos viendo un asteroide", ha apuntado.
Posibles explicaciones
Una explicación para la extraña apariencia de este cuerpo celeste es que la velocidad de rotación del asteroide aumentara hasta el punto de su superficie comenzara a volar en pedazos, expulsando polvo en erupciones episódicas que habrían comenzado la pasada primavera.
Las teorías de los astrofísicos rechazan que se trate de un asteroide tras un impacto, ya que en ese caso la gran cantidad de polvo se habría extendido por el espacio de una sola vez, mientras que en este cuerpo el polvo ha sido expulsado de forma intermitente durante un periodo de al menos cinco meses.
Ahora, el equipo de Hubble está llevando a cabo nuevas observaciones de seguimiento. Los científicos esperan determinar si el polvo sale del asteroide en el plano ecuatorial, lo que sería una evidencia de una ruptura de rotación.

Fuente: La Vanguardia

Importante astrónomo visitará Oro Verde

Los días 8 y 9 de Noviembre Carlos Colazo, del Observatorio de Bosque Alegre, dará dos talleres sobre astrometría y fotometría para miembros de la Asociación Entrerriana de Astronomía.

Imágen del objeto de 17 metros de diámetro caíado en los Urales, Rusia, en Febrero de 2013

Se llevará a cabo en Oro Verde, en las instalaciones del Observatorio Astronómico de la Asociación Entrerriana de Astronomía y del Observatorio Galileo Galilei un taller de astrometría y fotometría para los integrantes de la asociación. El encuentro estará a cargo de Carlos Colazo, astrónomo de la Estación Astrofísica de Bosque Alegre, en Córdoba, e integrante de la Asociación de Observatorios Argentinos de Cuerpos Menores (AOACM).
La AOACM es un grupo de observatorios particulares pertenecientes a astrónomos amateurs que llevan adelante en conjunto distintos proyectos relacionados principalmente con la obtención de astrometrías de cometas y asteroides.
Las astrometrías son determinaciones exactas de la ubicación de un cuerpo celeste, obtenidas a partir de imágenes capturadas por una cámara fotográfica CCD (de uso exclusivamente astronómico) a través de un telescopio, que luego son procesadas con un software especial. Estas astrometrías son reportadas al Minor Planet Center (integrante de la Unión Astronómica Internacional), que es el organismo encargado de, entre otras cosas, calcular las órbitas de los llamados cuerpos menores del sistema solar (asteroides y cometas). Las fotometrías se obtienen de manera similar y son un registro exacto del brillo de un cuerpo celeste.

Los días 8 y 9 de Noviembre Carlos Colazo, del Observatorio de Bosque Alegre, dará dos talleres sobre astrometría y fotometría para miembros de la Asociación Entrerriana de Astronomía.

Imágen del objeto de 17 metros de diámetro caíado en los Urales, Rusia, en Febrero de 2013

Se llevará a cabo en Oro Verde, en las instalaciones del Observatorio Astronómico de la Asociación Entrerriana de Astronomía y del Observatorio Galileo Galilei un taller de astrometría y fotometría para los integrantes de la asociación. El encuentro estará a cargo de Carlos Colazo, astrónomo de la Estación Astrofísica de Bosque Alegre, en Córdoba, e integrante de la Asociación de Observatorios Argentinos de Cuerpos Menores (AOACM).
La AOACM es un grupo de observatorios particulares pertenecientes a astrónomos amateurs que llevan adelante en conjunto distintos proyectos relacionados principalmente con la obtención de astrometrías de cometas y asteroides.
Las astrometrías son determinaciones exactas de la ubicación de un cuerpo celeste, obtenidas a partir de imágenes capturadas por una cámara fotográfica CCD (de uso exclusivamente astronómico) a través de un telescopio, que luego son procesadas con un software especial. Estas astrometrías son reportadas al Minor Planet Center (integrante de la Unión Astronómica Internacional), que es el organismo encargado de, entre otras cosas, calcular las órbitas de los llamados cuerpos menores del sistema solar (asteroides y cometas). Las fotometrías se obtienen de manera similar y son un registro exacto del brillo de un cuerpo celeste.

 

Carlos Colazo junto a su telescopio

En el campo de la determinación de las órbitas de los asteroides, el trabajo del astrónomo amateur es imprescindible. Y para los llamados “asteroides cercanos a la tierra” el astrónomo amateur realiza un verdadero trabajo a favor de la humanidad. Los “asteroides cercanos a la Tierra” (NEA, por su sigla en inglés, “Near Earth Asteroid”) son asteroides cuyas órbitas los llevan muy cerca de nuestro planeta, lo que implica riesgo de colisión. Aunque las cifras varían según los estudios realizados, se calcula que existen alrededor de 600.000 asteroides que se acercan peligrosamente a la tierra y tienen un diámetro superior a 1 metro. Y de esta cifra, los que superan los 30 metros de diámetro son un verdadero peligro a nivel global, y sólo el 1% de ellos han sido descubiertos, y de muchos de éstos no se tienen datos para calcular si su órbita tiene rumbo de colisión con la Tierra.

Meteoritos rocosos caídos en Colonia Berduc, Entre Ríos en Abril de 2008
 
Meteorito entrerriano
El meteorito Berduc, que se precipitó a tierra en 2008 tenía un metro de diámetro antes de desintegrarse, y el que recientemente cayó en Cheliàbinsk (Rusia) tenía 17 metros de diámetro, lo que nos permite imaginar las consecuencias de una caída en tierra.
A nivel mundial son pocos los organismos que hacen vigilancia de estos asteroides potencialmente peligrosos. Y en la Argentina la vigilancia sólo la hace la AOACM. Su trabajo consiste en realizar el mayor número de astrometrías posibles de cada asteroide para que el Minor Planet Center (con registros de todo el mundo) pueda precisar su órbita, ya que cuantas más veces determinemos donde está precisamente, más sencillo será prever por donde pasará. Y no es una tarea menor, ya que conocer las órbitas de cometas y asteroides sirve para poder prever, y eventualmente prevenir, una colisión con la Tierra que podría tener las consecuencias que sufrieron los dinosaurios hace 65 millones de años.
Cabe destacar que los observatorios nucleados en la AOACM realizan su labor sin ningún tipo de retribución ni de subsidio, por simple amor a la astronomía. Y a esa red de astrónomos amateurs que vigilan el cielo ha sido invitada la Asociación Entrerriana de Astronomía. Ese es el motivo por el que se realizarán los talleres de astrometría y fotometría, para capacitar a los astrónomos de dicha asociación en el uso de los instrumentos y software necesarios para sumar a nuestra provincia a la tarea. Una verdadera aventura que posicionará a nuestra provincia en la vanguardia de la astronomía argentina.

 

Los asteroides son cuerpos menores que a veces pasan muy cerca de la Tierra

Programas de investigación
MRA: Medición de rotación de asteroides. Como son cuerpos pequeños, su rotación es un dato necesario para conocer la trayectoria.
RAAI: Recuperación de asteroides de alta incertidumbre. Sumar observaciones de asteroides cuyas órbitas son casi desconocidas.
CSRAC: Confirmación, seguimiento y recuperación de asteroides y cometas. Se trata de concentrar los esfuerzos en confirmar descubrimientos de asteroides y cometas, seguirlos en el tiempo para conocer su órbita, y recuperarlos (realizar la primera observación en una nueva aproximación del asteroide o cometa).
 
La Asociación Entrerriana de Astronomía informa que debido a los talleres de astrometría y fotometría en los que participaran sus miembros, el Observatorio no abrirá sus puertas al público el día sábado 9.

Alberto Anunziato, Dto. de Cometas, Asteroides y Meteoritos – AEA

Científicos alertan sobre alta probabilidad de que caigan grandes asteroides

La amenaza de otro impacto de asteroide como el que cayó en el centro de Rusia este año es mucho más alta de lo que se pensaba hasta ahora.
Así lo sugiere un estudio publicado en la revista científica Nature en el que investigadores constataron que rocas espaciales tan grandes como un casa y de un tamaño similar a la que explotó sobre la localidad de Chelyabinsk, están viajando hacia la atmósfera de la Tierra con una frecuencia sorprendente.
Los científicos dicen que es necesario poner en marcha sistemas de alerta temprana.
El autor principal de la investigación, el profesor Peter Brown, de la Universidad de Western Ontario en Canadá, le dijo al programa de la BBC Science in Action: "Probablemente merezca la pena crear una suerte de sistema que escanee el cielo de una forma casi constante y busque estos objetos antes de que alcancen la Tierra.
"En el caso de Chelyabinsk, una alerta previa de unos días o una semana hubiera sido valiosa", precisó.
El objeto que cayó en la ciudad rusa se hundió en el lago Chebarkul, lo que causó una perforación de seis metros de ancho en el hielo de la superficie.
Científicos afirman que la roca recuperada parece ser el fragmento más grande de un meteorito que se ha encontrado hasta ahora.

La amenaza de otro impacto de asteroide como el que cayó en el centro de Rusia este año es mucho más alta de lo que se pensaba hasta ahora.
Así lo sugiere un estudio publicado en la revista científica Nature en el que investigadores constataron que rocas espaciales tan grandes como un casa y de un tamaño similar a la que explotó sobre la localidad de Chelyabinsk, están viajando hacia la atmósfera de la Tierra con una frecuencia sorprendente.
Los científicos dicen que es necesario poner en marcha sistemas de alerta temprana.
El autor principal de la investigación, el profesor Peter Brown, de la Universidad de Western Ontario en Canadá, le dijo al programa de la BBC Science in Action: "Probablemente merezca la pena crear una suerte de sistema que escanee el cielo de una forma casi constante y busque estos objetos antes de que alcancen la Tierra.
"En el caso de Chelyabinsk, una alerta previa de unos días o una semana hubiera sido valiosa", precisó.
El objeto que cayó en la ciudad rusa se hundió en el lago Chebarkul, lo que causó una perforación de seis metros de ancho en el hielo de la superficie.
Científicos afirman que la roca recuperada parece ser el fragmento más grande de un meteorito que se ha encontrado hasta ahora.

 

Bola de fuego
Se calcula que el asteroide que explotó sobre Chelyabinsk el pasado 15 de febrero medía cerca de 19 metros de ancho.
Golpeó la atmósfera con una energía que se calcula era equivalente a 500.000 toneladas de TNT, generando una onda sísmica que dio dos vueltas alrededor del globo. Causó daños generalizados e hirió a más de 1.000 personas.
Ahora, los científicos dicen que puede haber más rocas espaciales de este tipo en rumbo de colisión hacia la Tierra.
Un equipo internacional revisó datos de los últimos 20 años recopilados de sensores que utiliza el gobierno de Estados Unidos y sensores de infrasonidos posicionados en todo el globo.
Estos sensores están colocados para detectar la amenaza de armas nucleares, pero también pueden capturar las explosiones causadas por impactos de asteroides.
Los investigadores comprobaron que, durante este tiempo, cerca de 60 asteroides de hasta 20 metros de tamaño se habían estrellado en la atmósfera de la Tierra: muchos más de lo que se pensó previamente.
La mayoría de ellos pasaron inadvertidos porque explotaron sobre el océano o sobre zonas muy remotas.
Brown explicó: "Fuimos capaces de obtener la tasa de incidencia que se podría esperar de eventos como el de Chelyabinsk y de impactos menores. Cuando se compara con las cifras que se reciben de las observaciones con telescopio, nuestros números son varias veces más altos".
Esto sugiere que el riesgo que suponen los asteroides de este tamaño ha sido subestimado hasta ahora.
Más impactos y mayor presencia
El equipo calcula que la tasa de alcance de asteroides de decenas de metros de tamaño oscila entre 2 y 10 veces más de lo que se pensaba hasta ahora.
"Algo como lo de Chelyabinsk se esperaría que ocurriera sólo cada 150 años, según la información de los telescopios. Pero cuando se analizan nuestros datos y se extrapolan, vemos que estos eventos parecen estar ocurriendo cada 30 años o así", dijo Brown.
Un evento como el impacto de Tunguska en 1908, año en que un asteroide aplanó miles de kilómetros cuadrados de bosque en Siberia, probablemente ocurra cada pocos cientos de años en lugar de cada pocos miles de años, añadió.
Brown defendió que se deben hacer más esfuerzos para crear sistemas de alerta temprana.
"Hay literalmente millones de objetos en el rango de las decenas de metros de tamaño que sospechamos son asteroides cercanos a la Tierra que pueden aproximarse a nuestro planeta", explicó.
"Sólo hemos descubierto algo más de 1.000 de estos elementos. Hay muchos más por encontrar, pero sería muy caro encontrarlos todos y probablemente no tendría mucho sentido, porque la atmósfera los detiene en muchos casos.
"Lo que sí puede tener sentido es desarrollar sistemas que encuentren objetos unos días o semanas antes de que lleguen… que digan dónde y cuándo impactarán la Tierra. Esto permitiría que se diera algún tipo de alerta a las autoridades de defensa civil".
En otro estudio, también publicado en Nature, los científicos dijeron haber rastreado el asteroide del que se escindió el meteoro de Chelyabinsk.
Creen que es un fragmento de una roca de 2 km de ancho llamada asteroide 86039.
El profesor Jiri Borovicka, de la Academia de Ciencias de la República Checa, dijo que las órbitas eran "llamativamente similares", aunque el equipo no pudo probar "el origen común con certeza absoluta".

Fuente: BBC

Aseguran que una de cada cinco estrellas iguales al Sol tiene planetas habitables

 Lo establece una nueva investigación de la NASA basada en fotografías de la sonda Kepler.

Los límites del espacio son desconocidos. Al igual que la innumerable cantidad de estrellas que existen en él y la cantidad de vida que podría existir. La NASA difundió una investigación en la que asegura que en las órbitas de una de cada cinco estrellas similares al Sol de la Vía Láctea podrían existir otras "Tierras", es decir planeta de ese tamaño y potencialmente habitable.

"Todo esto representa un gran paso hacia la posibilidad de hallar vida, incluyendo vida inteligente, en el universo. Planetas del tamaño de la Tierra y con la temperatura de una taza de té son comunes alrededor de estrellas iguales al Sol", aseguró Geoff Marcy, el astrónomo coautor de la investigación que difundió la agencia espacial estadounidense.

 Lo establece una nueva investigación de la NASA basada en fotografías de la sonda Kepler.

Los límites del espacio son desconocidos. Al igual que la innumerable cantidad de estrellas que existen en él y la cantidad de vida que podría existir. La NASA difundió una investigación en la que asegura que en las órbitas de una de cada cinco estrellas similares al Sol de la Vía Láctea podrían existir otras "Tierras", es decir planeta de ese tamaño y potencialmente habitable.

"Todo esto representa un gran paso hacia la posibilidad de hallar vida, incluyendo vida inteligente, en el universo. Planetas del tamaño de la Tierra y con la temperatura de una taza de té son comunes alrededor de estrellas iguales al Sol", aseguró Geoff Marcy, el astrónomo coautor de la investigación que difundió la agencia espacial estadounidense.

De acuerdo al reporte que dejó las nuevas observaciones del telescopio Kepler, las estrellas con planetas similares a la Tierra pueden ser la regla y no la excepción. En la galaxia a la que pertenece la Tierra podría haber decenas de miles de millones de mundos rocosos con agua líquida en su superficie.

El Kepler vigila más de 150 mil estrellas en busca de planetas y fue una las misiones recientes más exitosas de la NASA. Ahora está orbitando alrededor del Sol, a 64 mil millones de kilómetros de la Tierra, desde 2009, año en el que fue enviado en busca de pruebas fotográficas de diferentes mundos que podrían tener vida.

Fuente: Todo Noticias