Las pirámides de Giza con sus contrapartes estelares en la constelación de Orión

En 1999 el controvertido escritor e investigador británico Graham Hancock publico un libro llamado Heaven´s Mirror (Espejo del Cielo). Fue un compilado de los viajes que realizó alrededor del mundo junto a su esposa y fotógrafa Shanthia, en búsqueda de evidencias de que en el pasado remoto ya existían pueblos con avanzados conocimientos en astronomía, geometría y arquitectura, y que eran conocedores de fenómenos tan sutiles como la precesión, el lento movimiento de las estrellas en la bóveda celeste a lo largo de miles de años como consecuencia del desplazamiento del eje terrestre.
Esta idea no era nueva, ya en 1969 científicos como la doctora Hertha von Dechend, de la Universidad de Frankfurt, y el doctor Giorgio de Santillana, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, defendían la idea de que en los mitos de culturas de todo el mundo existen suficientes evidencias de conocimientos astronómicos muy avanzados al que solo podían acceder ciertas castas de iniciados hace al menos 8.000 años.
Esto quiere decir, hipotéticamente, que mucho antes del surgimiento de las civilizaciones sumeria y egipcia debió existir una remota y sofisticada civilización de astrónomos y navegantes que culturizó a Sumer, Egipto, India y las Américas.
Esta súper civilización ancestral sería dueña de conocimientos tales como que las estrellas se desplazan en el cielo un grado cada 72 años, un número de gran importancia para los antiguos.

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