El radiotelescopio, con un plato de 305 metros de diámetro, será retirado del servicio y demolido, después de que dos cables se soltaran.
Fotografía del radiotelescopio de Arecibo, antes de sufrir las averías que han llevado a su decomisión – Observatorio de Arecibo
La vida del histórico radiotelescopio de Arecibo, una instalación construida en Puerto Rico en 1963 y que cuenta con una antena de 305 metros de diámetro, ha llegado a su fin, después de una seria avería que ha condenado la integridad de su estructura. Hasta 2016, fue el mayor radiotelescopio de la Tierra, hoy por detrás del radiotelescopio chino FAST, de 500 metros de diámetro.
Este jueves, la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos (NSF) ha anunciado en rueda de prensa que retirará el observatorio de Arecibo por el excesivo riesgo que supone repararlo y que procederá a su demolición controlada.
«Nuestra intención ha sido encontrar una forma de preservar el telescopio sin poner a nadie en riesgo», ha dicho en una rueda de prensa celebrada este jueves Sean Jones, director asociado del Directorado de Ciencias Físicas y Matemáticas, según ha recogido « Space.com». «Sin embargo, después de revisar los informes de los ingenieros, no hemos encontrado ninguna forma de hacerlo con seguridad».
El origen: dos cables sueltos
El anuncio se ha producido después de que se soltaran dos de los cables que sostienen en el aire una gran estructura de 900 toneladas, en la que se aloja el receptor del telescopio. Dicha plataforma está anclada a tres torres metálicas y suspendida encima del gran plato parabólico que actúa como reflector.
En primer lugar, el 10 de agosto se soltó uno de los tirantes de la plataforma, que impactó con el plato situado más abajo y provocó una rotura de cerca de 30 metros. El 7 de noviembre, la NSF ordenó reponer el cable dañado, pero antes de poder hacerlo, otro de los tirantes se soltó. Los informes de los ingenieros, pertenecientes al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, ha llevado a la decisión de retirar el observatorio, por el alto riesgo de que la estructura colapse durante las reparaciones.
Imágenes del plato reflector dañado tras desprenderse un cable en agosto – Observatorio de Arecibo
«El telescopio está en un serio riesgo de sufrir un colapso inminente y descontrolado», ha dicho Ralph Gaume, director de la División de Ciencias Astronómicas de la NSF. «Según los informes técnicos, incluso los intentos de estabilizar o poner a prueba los cables podrían acelerar el fallo catastrófico. No pueden decir cuál es el margen de segturidad de la estructura, pero han avisado de que caerá en un futuro próximo por sí sola».
«Esta decisión no tiene que ver con los méritos científicos del Observatorio de Arecibo», ha subrayado Gaume. «Es cuestión de seguridad».
A continuación, la NSF tratará de conservar el centro de visitantes y dos instrumentos asociados a este observatorio. Por el momento, se está barajando usar explosivos para disminuir los posibles riesgos del colapso. Así mismo, se recolocarán los proyectos científicos que estaban en marcha, siempre y cuando sea posible: «Una parte de la ciencia de Arecibo será transferida a otra parte, otra no lo será», ha reconocido Ralph Gaume.
La ciencia de Arecibo
El observatorio ha estado funcionando durante 57 años y ha sido fundamental para varios importantes descubrimientos premiados con el Nobel. En 1964, permitió determinar con precisión el periodo de Mercurio, y pasarlo de 88 a 59 días. También hizo posible obtener las primeras evidencias de la existencia de las estrellas de neutrones, así como del descubrimiento del primer púlsar binario y del púlsar de giro más rápido.
En 1989, permitió obtener la primera imagen directa de un asteroide de la historia y llevó a descubrir el púlsar PSR B1257+12, que más tarde hizo posible el hallazgo de los primeros exoplanetas. El radiotelescopio de Arecibo ha permitido trazar mapas de la distribución de hielo en las regiones polares de Mercurio, el hallazgo de moléculas prebióticas en galaxias lejanas y la detección de violentos estallidos de energía.
Además de eso, en 1974 se envió el Mensaje de Arecibo, una transmisión de radio con la finalidad de comunicarse con extraterrestres, y dirigida al cúmulo globular Messier 13, a 25.000 años luz de distancia, y que definió un patrón de píxeles. En este tiempo, también ha sido una de las fuentes de datos de los proyectos de búsqueda de vida extraterrestre.
Este telescopio apareció en la serie documental «Cosmos» y en la novela «Contact», ambas del astrónomo y divulgador Carl Sagan.
Fuente: ABC
Si fuera de utilidad militar, el amigo Trump habría ordenado repararlo a nuevo, pero como es ciencia no es importante.
Aquí en Paraná pasa algo parecido pero a menor escala con el planetario