Por Victor Fleitas
El Observatorio, 25 años escudriñando el cielo austral
No es poco 25 años para una institución como la nuestra, que se sostiene por pura camaradería y que ha debido atravesar unos cuantos avatares, como funcionar con lo justo o ser víctimas del vandalismo”, dirá el coordinador del Observatorio de Oro Verde, Mariano Peter, mientras se prepara para la entrevista, en El Diario. Lo hará en representación de un puñado de inquietos, de entre 25 y 35 años -aunque las fronteras etáreas no sean precisas- que atraídos por el maravilloso espectáculo de un cielo estrellado, siempre igual sólo para los desatentos o apurados, mantiene latiendo un espacio sencillo y cautivante en el corazón de la Escuela Alberdi.
Vaya a saber qué los reúne, qué los integra de la observación a la charla amable, de los videos y libros compartidos a las reuniones de compinches. Tal vez haya que buscar alguna pista en lo que señalara Carl Sagan, popular astrónomo y divulgador científico. “En algún sitio, algo increíble espera ser descubierto”, señaló y dejó la expectativa brotando para los tiempos por venir. Lo interesante es que se trata de una práctica que no aleja del entorno, sino que ayuda a poner en contexto: ciertamente, admirar esa inmensidad celeste que se inaugura puede ayudar a relacionarnos desde otro lugar.
– ¿En qué quedó el proyecto de ampliación?
– En veremos. El proyecto es ambicioso. El observatorio está en un predio cuya superficie es una hectárea (una manzana), cedido por el CGE en 1986, en el que el edificio ocupa una parte mínima. Cuando hay un fenómeno especial a observar o en épocas determinadas como por ejemplo la Semana Santa, el planetario queda desbordado. Se nos había ocurrido que podíamos hacer una sala para conferencias con capacidad para 80 o 100 personas, incorporar otra cúpula para un segundo telescopio, instalar una especie de cantina o bar, una terraza para colocar un número mayor de telescopios y poder observar desde el aire libre, ampliar los sanitarios, mejorar la cocina, habilitar una boletería, conformar adecuadamente el sector de estacionamiento. Pero esa inversión, que hubiera permitido multiplicar las actividades con mayor comodidad, está a años luz, permítaseme la referencia específica, de nuestras posibilidades económicas y también del tipo y la cantidad de los aportes que hasta ahora han llegado desde la esfera estatal. No perdemos las esperanzas, igualmente.
Para grandes y chicos
Presente y futuro
Cuando se le preguntó a Mariano Peter cómo los encontraba el aniversario, indicó que “con una treintena de miembros, ganas enormes de seguir difundiendo la astronomía y muchos planes en el ámbito investigativo, junto a un observatorio que está reclamando un mantenimiento edilicio importante”. En ese sentido, explicó que ya están organizando la instalación de un planetario móvil en la costanera y lo que llaman “star party” en el predio de Oro Verde, reuniones en las que se dan charlas, se proyectan videos, se intercambia material y se agrega al principal varios telescopios más y hasta quienes lo deseen pueden llevar sus propios instrumentos ópticos para aprender a usarlos.
Leer, mirar, aprender
Para incorporarse a la Asociación Entrerriana de Astronomía no hace falta ser un entendido: con ser curioso alcanza. De hecho, el observatorio cuenta con una biblioteca y una videoteca temática, que ayuda a fijar el contenido de las charlas compartidas y a profundizar la formación. “Paciencia, compromiso y continuidad”, responderá Mariano Peter cuando se le pregunte por los elementos esenciales para iniciarse en la observación celeste. Para contactos, la entidad pone a disposición una dirección de correo electrónico (observatorioaea@hotmail.com), una página web (www.astroentrerios.com.ar), un muro en facebook, como Asociación Entrerriana de Astronomía y el celular 0343 154 173869.
Víctor Fleitas, periodista de El Diario