Mirar al Cielo: Cómo Reportar Bólidos a la AEA

Por Alberto Anunziato

Meteorito Berduc, hallado por la AEA en Abril de 2008

Mirar al cielo no solamente es una actividad placentera que podemos disfrutar todos los días, es una forma de colaborar con el conocimiento de nuestro universo. Sin exageraciones, si mira al cielo Ud. puede ser testigo de un fenómeno más usual de lo que pueda creer y de enorme interés para la ciencia: la aparición de un bólido.


¿Qué son?
En el espacio interplanetario existe una gran cantidad de partículas, cuyo tamaño varía entre milésimas de milímetro hasta diez metros que se denominan genéricamente meteoroides, cuyo origen ha sido un cometa o un asteroide. Cuando un meteoroide ingresa a la atmósfera de la Tierra lo hace a gran velocidad, entre 11 y 72 km/s, colisionando violentamente con las moléculas que la componen, lo que causa una rápida ablación superficial y una pérdida de gran parte de su energía cinética en forma de luz y calor. Alrededor y detrás del objeto se forma una columna de gas ionizado que constituye un meteoro, lo que se conoce vulgarmente como “estrella fugaz”. Los meteoroides de mayor tamaño pueden fragmentarse en el proceso, generando breves e intensos estallidos. Cuando los meteoros igualan o superan el brillo del planeta Venus se los denomina “bólidos” o “bolas de fuego”. A pesar que por lo general más del 95 % de la masa inicial del meteoroide suele perderse en su brusco tránsito a través de la atmósfera, algunos fragmentos pueden llegar a la superficie como meteoritos.

Bólido atravesando la atmósfera (Foto de Salvador Díez/Red SPMN)

Importancia de su estudio científico
Es muy importante recopilar la mayor cantidad posible de reportes de bólidos (como también de lluvias meteoríticas), ya que se trata de valiosa información para determinar las características físicas y químicas de los meteoroides e incluso de los cometas o asteroides que los origina. La asociación con el cometa o asteroide de origen se puede determinar con el dibujo de trayectorias en cartas celestes. Si hay datos de la observación desde lugares diferentes, se podrá calcular su órbita, y estudiar a partir de ésta cómo les ha afectado la gravedad de los grandes planetas.
El estudio científico de un bólido comienza con varios registros de observaciones visuales desde diversas localizaciones geográficas para poder determinar su trayectoria en la atmósfera, lo que es de gran valor no sólo para poder determinar su origen sino también para poder localizar los eventuales fragmentos que hayan podido caer a la tierra: los meteoritos, una fuente inagotable de conocimientos sobre los cuerpos que componen el sistema solar.

¿Qué hacer?
Antes que nada: no desvíe la vista por ningún motivo. Se trata de fenómenos lumínicos de cortísima duración. Luego de extinguido, fije los datos que se mencionan más adelante en la memoria y luego proceda a registrarlos por cualquier medio, no se confíe nunca en la memoria.
Si cuenta con la suerte de observar un bólido, estos son los datos imprescindibles para que su observación tenga valor científico:

  1. Hora y fecha, con la mayor exactitud posible y con precisión de segundos. Luego del registro, y lo antes posible, recurra a cualquier página de Internet en la que se consigne la hora exacta (generalmente a través de un reloj atómico, por ejemplo) y controle la diferencia que existe entre esa hora y la del instrumento con la que Ud. cronometró el bólido, ajustando su reporte si es necesario.
  2. Duración. Con la mayor exactitud posible. La duración standard de un bólido es entre 5 y 10 segundos. También indicar, de ser posible, la duración de la estela en caso de haber quedado una.
  3. Magnitud. Indique la luminosidad comparándolo con la Luna o los planetas. También puede usar fuentes de luz visibles.
  4. Color.
  5. Trayectoria. La única manera de determinar la trayectoria real de un bólido en la atmósfera terrestre es a partir del estudio trigonométrico de las trayectorias aparentes (proyectadas sobre la bóveda celeste) desde diferentes puntos. Para ello se necesita que los observadores sean capaces de observar la trayectoria detenidamente y en su totalidad. Para poder retenerla mentalmente, una vez finalizada, lo ideal es repetirla con la vista y apuntando con el dedo índice, fijándonos en la posición de la trayectoria en referencia a objetos fijos situados en el horizonte (edificios, árboles, postes de luz, etc.). Luego, dibujar la trayectoria en un boceto lo más preciso posible, con indicación de los objetos fijos del horizonte. Antes de abandonar el lugar exacto de observación, registrémoslo con exactitud en el boceto (a tantos metros de tal cosa) y marquémoslo como nos sea posible si estamos en el campo y volver a ubicarlo puede resultar difícil. Es importante el registro exacto del lugar de observación, ya que permitirá la obtención precisa de las coordenadas geográficas (para lo cual es una ayuda inestimable el sistema GPS y el Google Earth). Registre también los puntos cardinales, en lo posible. Puede ayudarse, para determinar la ubicación en el cielo del supuesto bólido, tomando como referencia su propia mano, estirando su brazo delante de sus ojos. Un dedo pulgar equivale a 2º, un puño cerrado a 10º, una mano abierta a 20º.

Si ha observado el bólido en una noche despejada y conocemos las constelaciones podemos indicar la trayectoria del bólido entre las estrellas.

Así se calculan los grados de elevación sobre el horizonte

Resulta muy importante obtener material gráfico. Si los bólidos dejan tras de sí estelas persistentes es de suma importancia tomar fotografías de las mismas en las que aparezcan detalles del horizonte del lugar (edificios, postes de luz), siempre registrando con absoluta precisión (con una diferencia de estima no mayor al metro) el lugar desde el que se tomó la fotografía.
Por supuesto, los registros fotográficos de los bólidos son de enorme importancia, Sin embargo, en contadas ocasiones tendremos tiempo de obtener una fotografía de calidad que reúna los requisitos que enunciamos para las fotografías de las estelas.

Bólidos y Pseudobólidos
No cualquier fenómeno luminoso de gran magnitud es un bólido. Estas son algunas pautas para distinguirlos de otros fenómenos a los que podemos llamar “pseudobólidos”.
• Reentradas de objetos artificiales (módulos o fases de cohetes, satélites, «chatarra espacial»).
La perspectiva de visión de una reentrada es similar a la observación de un bólido, si bien la primera difiere principalmente de la segunda en la velocidad y longitud de la trayectoria del objeto observado. En el caso de la reentrada, el cuerpo en cuestión entra en contacto con las capas altas de la atmósfera a una velocidad sensiblemente inferior. Además, un ingenio espacial está compuesto generalmente de una serie de estructuras elaboradas con materiales muy diversos que ofrecen una resistencia variable a la presión aerodinámica. Por tales motivos, durante el reingreso atmosférico, suelen observarse estructuras separándose del cuerpo principal. Su caída no produce estelas de humo ni sonidos.

Fragmentos de chatarra espacial atravesando la atmósfera

• Destellos de satélites artificiales, cohetes, globos meteorológicos, Estación Espacial Internacional, etc.
Cuando uno de estos aparatos es iluminado por el Sol se hace visible surcando el firmamento, generalmente al anochecer o al amanecer. Su aspecto es muy similar a una estrella que se desplaza por el cielo a una velocidad lenta y con una trayectoria recta. A diferencia de los bólidos, pueden observarse por varios minutos, obviamente no dejan estela ni producen sonidos.

Imágen de un satélite Iridium

AEA: Consultar http://www.aero.org/capabilities/cords/index.html: Center for Orbital and Reentry Debris Studies. Información completísima sobre chatarra espacial, incluidas reentradas anteriores y a producirse.
• Expulsión de combustible / agua desde ingenios espaciales.
La expulsión de combustible suele registrarse en las últimas etapas de los vehículos de lanzamiento, cuando los restos de los cohetes quedan vagando por la órbita terrestre con un remanente de combustible. El aumento de presión que tiene lugar como consecuencia del calentamiento de estas etapas expuestas a la radiación solar provoca pérdidas en los depósitos de combustible, por lo que las sustancias altamente inflamables escapan al espacio formando una nube de gas visible desde Tierra con la apariencia de una cola cometaria extendiéndose desde un punto brillante. La apariencia difusa y su escasa visibilidad (alcanzando magnitudes próximas a +2) diferencia éste fenómeno lumínico de los bólidos.
• Estelas de aeronaves.
Este fenómeno ha sido frecuente y erróneamente confundido con bólidos, tanto por parte de testigos visuales como por medios de comunicación. Estas trazas adquieren una peculiar apariencia durante el amanecer y el atardecer, cuando la inclinación de los rayos solares es
baja. Por este motivo, aunque la iluminación solar es pobre en la superficie terrestre, sigue siendo rica en las cotas de altitud en las que se desplazan las aeronaves, por lo que, tanto los vapores de combustión como aquellos producidos por su desplazamiento (debido a la condensación de vapor a temperaturas bajas) se muestran especialmente brillantes. De este modo, el avión y su traza adquieren una apariencia similar a la que podría adoptar un bólido durante su ingreso atmosférico.

 

 

Atención
La observación y reporte de los bólidos diurnos es de extrema importancia, por cuanto al ser más luminosos, y por ende de mayor masa, es muy probable la caída de meteoritos.
Cuando más bajo aparece un bólido en el horizonte más pálido lo veremos por las perturbaciones visuales generadas por la atmósfera, por ello si observa un bólido no muy brillante pero muy bajo en el horizonte, no dude en contactarnos.
También se observan más bólidos en los máximos de las lluvias de meteoros más importantes, así como al amanecer, por la rotación de la Tierra.
Cuando un bólido se fragmenta (lo que de por sí es indicador de su gran tamaño) suelen escucharse zumbidos y explosiones con un cierto retraso (a veces de hasta algunos minutos). En ese caso trate de recordar el tipo de sonido, por cuanto es un valioso dato cuyo registro está estandarizado. Existe una clasificación de dichos sonidos (que puede encontrar en la bibliografía). Si dispone de una grabadora puede intentar grabar el sonido. Tales grabaciones son extraordinariamente raras y valiosas. Trate de registrar también el espacio de tiempo transcurrido entre la desaparición del bólido y el sonido escuchado.

bolidorusia

Contactar a la AEA
Si Ud. ha podido retener los datos mínimos ya apuntados le rogamos encarecidamente que nos contacte. Con su valiosa colaboración podremos realizar un reporte con todos los datos observacionales necesarios para su remisión a  las entidades internacionales encargadas del estudio de bólidos y meteoros: la Sección Materia Interplanetaria de la LIADA, la Sociedad de Observadores de Meteoros y Cometas de España y la International Meteor Organization, reporte que por supuesto llevará su nombre. Con suerte, y de haberse producidos meteoritos, podremos recuperarlos para su uso científico. Pero, aunque esto no se produzca, el mero reporte de un bólido es un valioso aporte al conocimiento del universo.
Igualmente, en caso de tener dudas sobre si el fenómeno que observó es o no un bólido, le rogamos se contacte igualmente con nuestra asociación para que juntos podamos determinarlo.

Nuestras vías de comunicación son las siguientes:

Celular 0343-154173869

E-Mail observatorioaea@hotmail.com

Facebook: Asociación Entrerriana de Astronomía

Bibliografía
El presente instructivo ha sido realizado a partir de la siguiente bibliografía, a cuyos autores agradecemos:
Guía para el reporte visual de meteoros brillantes y bólidos. Sociedad de Observadores de Meteoros y Cometas de España.
Bólidos. Cómo estudiarlos y distinguirlos de otros fenómenos luminosos. Josep Trigo y otros.

Alberto Anunziato, Dto. de Cometas, Bólidos y Meteoritos – AEA

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