China confirma que su estación Tiangong-1 caerá a la Tierra en 2017

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El programa chino Tiangong o «Palacio Celestial» de acuerdo a su traducción literal tiene como objetivo principal el desarrollo de una estación espacial con características generales (masa y tamaño) similares a las de la inolvidable Mir rusa. La primera fase del programa colocó en órbita al módulo Tiangong-1 en septiembre de 2011, y después de cinco años, las autoridades chinas confirmaron que se desintegrará en la atmósfera a fines de 2017. El problema, es que dicho «reingreso» no será del todo controlado.

Nadie duda que la estación espacial china Tiangong-1 cumplió su misión dentro de los parámetros establecidos. Recibió un total de tres visitas durante sus primeros 24 meses en órbita, a través de las misiones Shenzhou 8, 9 y 10. Las últimas dos de estas misiones fueron tripuladas, y tienen como dato relevante a la inclusión de las primeras astronautas mujeres de China, Liu Yang y Wang Yaping. Con la partida de Shenzhou 10 en junio de 2013, Tiangong-1 quedó en suspensión, por lo tanto, el plan era que permaneciera en órbita un tiempo más largo, transmitiendo datos sobre su integridad. Sin embargo, en marzo de 2016 ese enlace fue interrumpido, y desde entonces, se ha especulado con la posibilidad de que las autoridades chinas perdieron el control de la estación. De acuerdo a la agencia de noticias Xinhua, la directora de la Oficina de Ingeniería para Misiones Tripuladas Wu Ping confirmó que Tiangong-1 caerá a la Tierra en la segunda mitad de 2017, y que la gran mayoría de sus partes se desintegrarán en la atmósfera.

Eso es exactamente lo que incomoda y preocupa a los expertos. «Segunda mitad de 2017» y «la mayoría de sus partes» arrojan un manto de incertidumbre sobre el destino del módulo. Tiangong-1 mide 10.4 metros de largo y su masa supera los 8.500 kilogramos, o sea que no es posible descartar por completo la posibilidad de que algún fragmento cause daños en la superficie. Tal y como lo explica el astrofísico y miembro del observatorio Chandra Jonathan McDowell, el hecho no saber con precisión «cuándo» va a caer significa que no será posible saber «dónde» va a caer, y un cambio en las condiciones atmosféricas podría mover a los restos «de un continente a otro».

Si bien las estadísticas están a favor de la estación (lo más probable es que caiga en el océano o en algún desierto) y las autoridades chinas continuarán monitoreando su trayectoria, nadie quiere ver piezas de 80 o 100 kilogramos sobre un área residencial. Mientras tanto, China ya dio inicio a la segunda fase de su programa Tiangong, con la exitosa puesta en órbita de Tiangong-2 (vídeo más arriba) el pasado 15 de septiembre. El nuevo módulo recibirá a dos astronautas en octubre bajo la misión Shenzhou 11, que podrían permanecer hasta un máximo de 30 días en el espacio.

Fuente:The Guardian

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