Aunque el programa de sondas planetarias ruso se encuentra actualmente congelado tras el fiasco de Fobos-Grunt, los planes de sondas rusas siguen adelante, aunque sea en la fase de diseño. Uno de estos proyectos es Venera-D, una misión para el estudio de Venus.
En principio se pensó en desarrollar una misión con varias sondas de superficie y globos parecidos a los de las históricas misiones VeGa de los años 80, pero finalmente el Instituto de Estudios Espaciales (IKI) y la empresa NPO Lávochkin han elegido un diseño más conservador que recuerda a las sondas soviéticas Venera. Según el último plan, la Venera-D estará formada por una única sonda de superficie de 100 kg que permanecería operativa durante dos o tres horas como mínimo en el infernal ambiente de Venus, además de un orbitador en órbita polar capaz de funcionar durante tres años. El orbitador tendrá un diseño similar al de la Fobos-Grunt, como la mayoría de sondas planetarias rusas de nueva generación.

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