La materia oscura es, en cosmología, aquella cuya existencia no puede ser detectada de forma directa con los medios técnicos actuales (al no emitir ni absorber suficiente radiación electromagnética), pero cuya existencia se hace evidente a través de sus efectos gravitacionales sobre otros cuerpos celestes. Es, por tanto, una hipótesis que sirve para encajar el modelo cosmológico aceptado basado en la Teoría de la Relatividad General de Einstein. Desde la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid, el doctorando Julio Jesús Fernández trata de dar una vuelta de tuerca a este modelo estándar, buscando alternativas que obvien la existencia de materia oscura.

Como ha detallado a DiCYT, se trata básicamente de realizar “un estudio de la alternativa que hay en cosmología a la energía oscura, es decir, qué tipo de módulos matemáticos se pueden llegar a construir sin necesidad de recurrir a una sustancia que hasta el momento no está validada ni reproducida en un laboratorio para tener la total seguridad de que existe”.

Fernández explica que el modelo aceptado se centra, de forma general, en tres hipótesis. La primera es la aceptación de que la Relatividad General es la teoría “matemáticamente correcta tanto a nivel macroscópico como a nivel cosmológico para dar cuenta efectiva de la gravedad”. “Es una suposición con la que tenemos que trabajar, porque no hay otra teoría, pero es una conjetura el pensar que a escalas tan grandes la gravedad seguiría funcionando tal cual funciona”, añade.

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