La NASA ha hecho pública una imagen que muestra los enormes agujeros que sufren las ruedas del rover Curiosity, un mal estado que la agencia espacial ha reconocido desde el año pasado. Desde diciembre de 2013 la nave pasa revisiones periódicas y la misión ha reprogramado la ruta del vehículo para evitar terrenos rocosos y duros y evitar daños mayores.
Los expertos han apuntado que algunos de sus daños son resultado de la fatiga. Cuando las ruedas se impulsan a través de una superficie de roca muy dura –sin arena– su fina piel se dobla varias veces. Las ruedas se han diseñado para doblarse mucho y volver a su forma original, pero la repetida flexión y enderezamiento se hace que la piel acabe cansada y se fracture.
En este sentido, los investigadores han explicado que la flexión no sucede (o no sucede tanto) si el suelo cede bajo el peso del rover, por ejemplo, si hay arena. De ahí que hayan decidido cambiar el recorrido de Curiosity.
Del mismo modo, han explicado que los pinchazos son el resultado de rocas puntiagudas. Obviamente, había constancia de este tipo de superficie en Marte y no fue una sorpresa para el equipo de la misión, de hecho, las ruedas se pusieron a prueba en la Tierra y lo hicieron muy bien. Este es el único aspecto que mantiene algo «desconcertados» a los científicos.
Pero en rasgos generales, los operadores aseguran que este aspecto ya está «controlado». «Es un problema, pero es algo que podemos manejar y podremos continuar con la misión tal y como queríamos», han indicado los responsables de la misión a ‘Space.com’.
Fuente: Europa Press