El meteoro, muy luminoso, pudo ser visible en toda España.
La imagen de la bola de fuego, obtenida por uno de los dispositivos del proyecto SMART ubicado en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo)
Los casos de Covid-19 al alza, el caos dejado por el paso de la borrasca Filomena, la terrible explosión de un edificio en la calle Toledo… Con Madrid sufriendo una de las peores rachas que se recuerdan, el paso durante la madrugada de ayer de una gran bola de fuego sobre la ciudad podría parecer la tragedia que le faltaba, pero, como suele ser habitual con estos fenómenos, solo se ha quedado en una sorpresa para algunos (pocos) noctámbulos -fue tan luminosa que se pudo observar desde prácticamente cualquier punto de la península- y un caso de estudio para los astrónomos.
A las 3.56 horas de la madrugada del jueves el observatorio del Complejo Astronómico de La Hita detectó el impacto contra la atmósfera de una roca a 126.000 kilómetros por hora que explotó como una gran bola de fuego. El fenómeno pudo ser grabado por los detectores que la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa opera en el complejo.
Estos detectores trabajan en el marco del Proyecto SMART, que se desarrolla desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) con el objetivo de monitorizar continuamente el cielo para registrar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar. El paso de la roca también fue grabado por los detectores que este mismo proyecto de investigación tiene instalados en los observatorios de Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada) y Sevilla.
Sobre Puente de Vallecas
El investigador responsable del Proyecto SMART, el astrofísico José María Madiedo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, explica que la roca entró en la atmósfera sobre el oeste de la Comunidad de Madrid. Debido a su elevada velocidad, el brusco rozamiento con el aire hizo que se volviese incandescente a una altura de unos 84 kilómetros casi en el límite con la provincia de Ávila.
La bola de fuego, que mostró varias explosiones a lo largo de su trayectoria, avanzó en dirección sureste y se extinguió sobre la ciudad de Madrid a una altitud de unos 21 kilómetros, prácticamente sobre la vertical del distrito de Puente de Vallecas.
Según Madiedo, el tipo de órbita que llevaba la roca demuestra que procede de un asteroide. La bola de fuego fue tan luminosa que pudo ser vista desde más de 600 kilómetros de distancia. prácticamente en toda España, donde los cielos no estuvieran nublados. Por desgracia, ese no fue el caso de Madrid, cubierta de nubes. El investigador recibió el aviso de avistamiento de algunos particulares, aunque, reconoce, desde la imposición del toque de queda para luchar contra la pandemia este tipo de fenómenos apenas tienen testigos. Otra consecuencia más e inesperada del Covid-19.
Fuente: ABC