El brutal impacto, ocurrido hace 4.000 millones de años, explica la inusual inclinación del planeta y sus bajas temperaturas.
Hace 4.000 millones de años, un misterioso mundo masivo de aproximadamente el doble del tamaño de la Tierra impactó contra Urano, provocando su inusual inclinación. El brutal choque también puede explicar las temperaturas bajo cero del séptimo planeta del Sistema Solar, según una nueva investigación publicada en la revista «The Astrophysical Journal».
Un equipo internacional de astrónomos dirigido por la Universidad de Durham (Reino Unido) realizó simulaciones por computadora de alta resolución de diferentes colisiones masivas con el gigante de hielo para investigar cómo habrían influido en la evolución del planeta. Los resultados confirman un estudio anterior que dice que la posición inclinada de Urano se debe a una colisión con un objeto masivo, probablemente un protoplaneta joven hecho de roca y hielo, de un tamaño como mínimo dos veces superior al de la Tierra.
Las simulaciones también sugirieron que los desechos del impactador podrían haber formado una capa delgada cerca del borde de la capa de hielo del planeta y atrapado el calor que emana del núcleo de Urano. La captura de este calor interno podría en parte ayudar a explicar la temperatura extremadamente fría de la atmósfera exterior de Urano, unos escalofriantes -216ºC.
«Urano gira de costado, con su eje apuntando casi en ángulo recto hacia los de todos los demás planetas del sistema solar. Esto fue casi seguramente causado por un impacto gigante, pero sabemos muy poco acerca de cómo sucedió realmente», explica Jacob Kegerreis, investigador en el Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham y autor principal del estudio.
«Ejecutamos más de 50 escenarios de impacto diferentes usando una súper computadora de gran potencia para ver si podíamos recrear las condiciones que dieron forma a la evolución del planeta», añade. «Nuestros hallazgos confirman que el resultado más probable fue que el joven Urano estuvo involucrado en una colisión catastrófica con un objeto con el doble de masa de la Tierra, si no más grande, golpeándolo de lado y poniendo en proceso los eventos que ayudaron a crear el planeta que vemos hoy».
Anillos y lunas
La investigación también podría ayudar a explicar la formación de los anillos y lunas de Urano, ya que las simulaciones sugieren que el impacto podría haber arrojado rocas y hielo en órbita alrededor del planeta. Estas rocas y hielo podrían haberse agrupado para formar los satélites internos del planeta y quizás alteraron la rotación de las lunas preexistentes que ya orbitaban alrededor de Urano.
Las simulaciones muestran que el impacto podría haber creado hielo fundido y bloques de roca ladeados dentro del planeta. Esto podría ayudar a explicar el campo magnético inclinado y descentrado de Urano.
Urano es similar al tipo más común de exoplanetas, planetas que se encuentran fuera de nuestro sistema solar, y los investigadores esperan que sus hallazgos ayuden a explicar cómo evolucionaron esos mundos y comprender más acerca de su composición química.
«Toda la evidencia apunta a que los impactos gigantes son frecuentes durante la formación de planetas, y con este tipo de investigación ahora estamos adquiriendo una mayor comprensión de su efecto sobre los potenciales exoplanetas habitables», explica Luis Teodoro, del Centro de Investigación Ames de la NASA y coautor del trabajo.
fuente: ABC