William Romoser, profesor emérito de la Universidad de Ohio, afirma que las fotos enviadas por los diferentes rovers que investigan el planeta rojo muestran indicios de fósiles y seres vivos parecidos a insectos e incluso reptiles.
A la vez que los científicos buscan indicios de vida pasada o presente en Marte a través de los datos que proporcionan misiones sobre el terreno como la del rover Curiosity, el entomólogo y profesor emérito William Romoser, de la Universidad de Ohio, hace lo propio mirando fotografías. Y ha llegado a una conclusión cuando menos sorprendente. El científico afirmó en la reunión nacional de la Sociedad Americana de Entomología en St. Louis, Missouri (EE.UU.), que pueden verse seres parecidos a abejas y reptiles en las imagénes enviadas por los distintos robots exploradores.
«Ha habido y todavía hay vida en Marte», aseguró durante la reunión Romoser, especializado en arbovirología y entomología general y médica. A su juicio, después de analizar durante varios años las imágenes del planeta rojo disponibles en internet concluye que existen no solo fósiles, sino también grandes criaturas aún vivas. Ahí queda eso. Para este investigador, los que esperaban encontrar vida microbiana se quedan cortos.
«Existe una aparente diversidad entre la fauna marciana tipo insecto que muestra muchas características similares a los que viven en la Tierra y que se incluyen dentro de los grupos avanzados. Por ejemplo, existe presencia de alas, flexión de las mismas, deslizamiento y vuelo ágil, así como patas con diferentes estructuras de patas», explicó Romoser.
El profesor emérito señala que si bien los rovers marcianos, particularmente el Curiosity, han estado buscando indicadores de actividad orgánica, hay una serie de fotos que muestran claramente las formas de insectos y reptiles. Según dice, numerosas fotos muestran imágenes en las que se pueden seleccionar segmentos corporales de artrópodos, junto con patas, antenas y alas, y uno incluso parece mostrar a uno de estos seres en pleno vuelo.
Forma de estudio
La investigación, que aún no ha sido revisada por pares pero cuyo resumen se encuentra en la web de la Universidad de Ohio, tiene como base el estudio de las imágenes variando los parámetros fotográficos, como el brillo, el contraste, la saturación, la inversión, etc. No se agregó ni eliminó contenido. Además se tuvo en cuenta el entorno, la claridad de la forma, la simetría corporal, su segmentación en diferentes partes, así como formas repetitivas, restos óseos y observación de formas cercanas entre sí. También se analizaron posturas particulares, la evidencia de movimiento, el supuesto vuelo o la interacción aparente según lo sugerido por las posiciones relativas, así como supuestas evidencias de «ojos brillantes» que se consideraron consistentes con la presencia de formas vivas.
«Un exoesqueleto y apéndices articulados son suficientes para establecer la identificación como un artrópodo. Tres regiones del cuerpo, un solo par de antenas y seis patas son tradicionalmente suficientes para establecer la identificación como ‘insecto’ en la Tierra. Estas características también deberían ser válidas para identificar un organismo en Marte como insecto. Sobre estas bases, se pueden ver formas artrópodas, parecidas a insectos en las fotos de los rovers de Marte», señaló Romoser, que primero identificó las imágenes más claras para luego buscar patrones parecidos en otras menos evidentes.
Romoser observó comportamientos diferentes de vuelos en varias imágenes: unas parecen abejorros y otras son similares a las abejas carpinteras de la Tierra. Algunas intentan refugiarse y otras anidar en cuevas. Por otro lado, aseguró haber encontrado una criatura fosilizada parecida a una serpiente.
Dilatada trayectoria
Romoser, quien fue profesor de entomología en la Universidad de Ohio durante 45 años y cofundó su Instituto de Enfermedades Tropicales, también pasó casi 20 años como investigador de enfermedades transmitidas por vectores en el Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de EE. UU. Entre 1973 y 1998, fue autor y coautor de cuatro ediciones del libro de texto «The Science of Entomology», muy utilizado en enseñanza.
Romoser señaló que las interpretaciones de criaturas parecidas a insectos y reptiles que describe pueden cambiar a medida que evoluciona nuestro conocimiento de la vida en Marte, pero que el gran volumen de evidencias es abrumador.
Evidencia de agua
«La presencia de organismos metazoicos superiores en Marte implica la presencia de fuentes y procesos de nutrientes y energía, cadenas y redes alimentarias y agua como elementos que funcionan en un entorno ecológico viable, aunque extremo, suficiente para sostener la vida», señaló.
Además asegura haber encontrado «casos sugestivos de agua estancada o pequeños cursos de agua con meandros evidentes y con el desenfoque esperado de pequeñas rocas sumergidas, rocas emergentes más grandes, un área de banco húmedo y un área más seca más allá del área húmeda». La evidencia de agua en Marte se ha indicado en otras ocasiones, sobre todo grandes masas de agua de la antigüedad. Sin embargo, no hay pruebas de lo que asegura haber hallado Romoser. No parece importarle, porque él afirma que su análisis sirven de «base sólida» para formular «muchas preguntas biológicas, sociales y políticas», así como «una justificación sólida para futuros estudios». Probablemente, su audiencia se quedó de piedra al escucharle, quizás como las criaturas que dice ver en Marte.
Fuente: ABC