La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) junto con la Agencia Federal Espacial rusa (Roscosmos) desarrollarán un programa para explorar los satélites de Júpiter. El grupo científico compuesto por especialistas de ambas instituciones presentará el plan del proyecto el 30 de noviembre.
Fuentes cercanas a Roscosmos dijeron al rotativo ruso Izvéstiya que próximamente iniciarán proyectos conjuntos para estudiar la Luna y lanzar sondas cósmicas al sistema satelital de Júpiter. El vuelo de vehículos no pilotados a los satélites de este planeta tendría que efectuarse en los próximos 10 o 11 años, indicaron los especialistas.
El satélite jupiteriano de mayor interés para estas investigaciones es Europa (en la imágen), que tiene una superficie de hielo bajo la cual se esconde un océano varias veces mayor que el la masa acuática terrestre. Algunos científicos sostienen que este espacio acuoso podría estar poblado por ciertas formas de vida orgánica.
La atmósfera de Europa es de oxígeno molecular. Sin embargo, debido a que el satélite se encuentra a poca distancia de Júpiter, un planeta altamente radioactivo, las condiciones para una larga estancia en Europa están lejos de ser ideales. El cuerpo celeste es un poco menor que la Luna.
La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) junto con la Agencia Federal Espacial rusa (Roscosmos) desarrollarán un programa para explorar los satélites de Júpiter. El grupo científico compuesto por especialistas de ambas instituciones presentará el plan del proyecto el 30 de noviembre.
Fuentes cercanas a Roscosmos dijeron al rotativo ruso Izvéstiya que próximamente iniciarán proyectos conjuntos para estudiar la Luna y lanzar sondas cósmicas al sistema satelital de Júpiter. El vuelo de vehículos no pilotados a los satélites de este planeta tendría que efectuarse en los próximos 10 o 11 años, indicaron los especialistas.
El satélite jupiteriano de mayor interés para estas investigaciones es Europa (en la imágen), que tiene una superficie de hielo bajo la cual se esconde un océano varias veces mayor que el la masa acuática terrestre. Algunos científicos sostienen que este espacio acuoso podría estar poblado por ciertas formas de vida orgánica.
La atmósfera de Europa es de oxígeno molecular. Sin embargo, debido a que el satélite se encuentra a poca distancia de Júpiter, un planeta altamente radioactivo, las condiciones para una larga estancia en Europa están lejos de ser ideales. El cuerpo celeste es un poco menor que la Luna.
Anteriormente, se había desarrollado un proyecto para estudiar el sistema de Júpiter, el Europa Jupiter System Mission (EJSM), en el cual participaban la ESA y la NASA. Pero estas agencias espaciales en realidad crearon dos programas distintos con el mismo objetivo. Se planeaba el vuelo de un vehículo estadounidense a Europa y el lanzamiento de una expedición con un aparato europeo a Ganímedes, otro satélite jupiteriano. Pero debido a los recortes presupuestales de la NASA, los estadounidenses se vieron obligados a suspender varias misiones importantes, incluida la EJSM.
Sin embargo, los europeos siguen desarrollando su parte del proyecto. Durante noviembre, la ESA preparará las directrices de la nueva misión a Júpiter, que incluirá la exploración de Ganímedes y Europa con sondas. A su vez, los científicos rusos consideran necesario que un aparato científico llegue a la superficie de Europa.
Según indica Olég Korablióv, subdirector del Instituto de Estudios Cósmicos ruso, los aterrizajes son el punto fuerte de la ingeniería espacial rusa. Por eso, ellos actualmente analizan la posibilidad de enviar un artefacto que descienda al satélite jupiteriano. Además, en la superficie del cuerpo celeste el impacto de la radiación disminuiría diez veces, lo que aumentaría otras tantas la vida útil del equipo, en comparación con su funcionamiento en órbita, donde se mantendría no más de medio año, explicó el especialista.
Para los lanzamientos de los vehículos cósmicos ambas partes necesitarían un cohete portador pesado Proton M. Solo un lanzamiento de este cohete actualmente cuesta 2.380 millones de rublos (77 millones de dólares). El desarrollo de las sondas también requiere de tecnologías más avanzadas y muchos recursos financieros. La colaboración de Roscosmos y la ESA haría más ejecutable el ambicioso proyecto.
Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/cosmos/issue_31876.html