Por Mariano Andrés Peter
Cometa Lovejoy, fotografido por Luis Trumper (Pte. de la AEA y Dir. del Observatorio de Oro Verde)
Observar un cometa en el firmamento es siempre una experiencia única, una conexión cósmica y un momento de creación. Por que nos recuerda que de allí provenimos.
Los cometas junto con los asteroides y meteoritos aportaron la mayor parte del agua y de las moléculas orgánicas complejas (e inclusive tal vez los primeros microorganismos) que permitieron el surgimiento y evolución de la vida en la Tierra, y que en última instancia dieron origen a los humanos.
Desde esta perspectiva, nosotros seríamos los extraterrestres que tanto hemos buscado y con los que tanto hemos soñado a lo largo de incontables generaciones.
Por Mariano Andrés Peter
Cometa Lovejoy, fotografido por Luis Trumper (Pte. de la AEA y Dir. del Observatorio de Oro Verde)
Observar un cometa en el firmamento es siempre una experiencia única, una conexión cósmica y un momento de creación. Por que nos recuerda que de allí provenimos.
Los cometas junto con los asteroides y meteoritos aportaron la mayor parte del agua y de las moléculas orgánicas complejas (e inclusive tal vez los primeros microorganismos) que permitieron el surgimiento y evolución de la vida en la Tierra, y que en última instancia dieron origen a los humanos.
Desde esta perspectiva, nosotros seríamos los extraterrestres que tanto hemos buscado y con los que tanto hemos soñado a lo largo de incontables generaciones.
Cometa Halley (Dto. de Astrofotografía de la AEA)
En el 2011 el Observatorio Astronómico de Oro Verde cumplió sus primeros 25 años de existencia y como regalo del cielo por este aniversario, pudimos deleitarnos con la belleza y esplendor del cometa Lovejoy.
Curiosamente en 1986, el año de inauguración del Observatorio, también pudimos disfrutar de la visita de otro cometa, el más famoso de todos, el cometa Halley.
En 1994 otro cometa llamo la atención de todos los observadores del cielo, pero esta vez no fue la observación común de un cometa, si no que por el contrario, fue la primera vez en la historia en que pudimos presenciar el impacto de un cometa, el Shoemaker – Levy, con el planeta Júpiter. Si bien los impactos se produjeron en el lado oculto del gigante gaseoso, debido a su rápida rotación a las pocas horas mostraba las marcas oscuras de las explosiones. Si ese cometa hubiera impactado contra la Tierra, se habría producido una extinción masiva y el fin de la civilización humana.
Cometa Hale-Bopp (Dto. de Astrofotografía de la AEA)
Entre 1996 y 1998 tres cometas importantes se hicieron visibles en nuestros cielos australes. En 1996 el cometa Hyakutake fue observado por una multitud de personas desde el Observatorio de Oro Verde hasta altas horas de la madrugada. En 1997 otro gran cometa, el Hale- Bopp atrajo la atención del público que en gran número se acerco al Observatorio para presenciar su recorrido entre las estrellas.
Y en 1998 hizo su aparición el cometa Lee, pero desafortunadamente durante los días de mayor esplendor del cometa, las nubes y la lluvia impidieron cualquier tipo de observación. Fue una gran decepción lamentablemente.
El nuevo milenio trajo nuevos cometas. En 2004 pudimos maravillarnos con la presencia en el mismo sector del cielo de los cometas NEAT y LINEAR. Ver a dos cometas muy cercanos uno del otro en el cielo a simple vista fue una experiencia única para todos.
Cometa Mc Naught (Dto. de Astrofotografía de la AEA)
2007 fue un año que jamás se borrará de nuestras mentes en lo que a observación de cometas se refiere. El Mc Naught fue el cometa más espectacular de los últimos 40 años. Su cauda se desplegó por el cielo como si fuera una gran cola de pavo real. No hizo falta ningún instrumento óptico, fue un espectáculo a simple vista. Algo imposible de ser superado y que ponía la piel de gallina.
Cometa Lulin (Dto. de Astrofotografía de la AEA)
En el año 2009 visito nuestros cielos el cometa Lulin. No fue un gran cometa visualmente hablando, tal vez debido a que el recuerdo del Mc Naught seguía estando muy fresco, pero sí fue un cometa muy fotogénico que dejo magníficas imágenes.
Cometa Hartley (Dto. de Astrofotografía de la AEA)
Y por último, en 2010, llego el cometa Hartley. No era nada espectacular visualmente hablando, ya que solo se pudo observar a través de telescopios y binoculares. Pero el Hartley fue el cometa con el que la AEA comenzó a participar del programa de observación y recolección de datos e imágenes que lleva adelante la Sección Cometas de la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA), de la cual la AEA es miembro pleno.
Desde luego que estos no son los únicos cometas que se han observado desde estas latitudes australes durante los 25 años del Observatorio de Oro Verde, pero sin dudas han sido por diferentes razones los que más recordamos.
Mariano Andrés Peter, coordinador del Observatorio de Oro Verde – AEA