El nuevo Oumuamua ha sido ratificado por los astrónomos como un objeto llegado de fuera de nuestro Sistema Solar.
Ya es oficial: el objeto captado el pasado 30 de agosto es el segundo cuerpo interestelar del que la humanidad tiene constancia. Así ha sido ratificado por la Unión Astronómica Internacional (IAU), que afirma que su origen está más allá de nuestro Sistema Solar de forma «inequívoca». Además, ya tiene nombre: 2I / Borisov.
Hasta ahora, lo que los expertos creen que es un cometa llegado desde más allá de nuestro vecindario cósmico era llamado provisionalmente C / 2019 Q4 (Borisov). La C correspondía a que era un cometa con órbita hiperbólica, seguido del año de su descurbimiento. Borisov viene del apellido del astrónomo aficionado que lo descubrió, Gennadiy Borisov. «En este caso, la IAU ha decidido seguir la tradición de nombrar objetos cometarios después de sus descubridores, por lo que el objeto ha sido nombrado 2I / Borisov», escribe en un comunicado la institución.
El nuevo nombre recoge los símbolos 2I por ser el segundo objeto interestelar que es captado por la tecnología humana. El primero fue el famoso Oumuamua, que en 2017 fue registrado al abandonar nuestro Sistema Solar. Sin embargo, el misterio sigue en torno a nuestro primer visitante, ya que los científicos no se ponen de acuerdo sobre qué es realmente (incluso se han lanzado teorías de que pudiera ser una antigua nave extraterrestre a la deriva).
Lo que se sabe hasta la fecha
Pero los astrónomos no solo han bautizado formalmente a este visitante, sino que también han empezado a indagar acerca de su composición y ruta, lanzando hipótesis acerca del lugar desde el que ha podido llegar. El cometa se acerca al plano orbital planetario, la eclíptica, en un ángulo de alrededor de 40 grados, y viaja a una velocidad vertiginosa de 150.000 kilómetros por hora. Tiene entre 2 y 16 kilómetros de diámetro, y las imágenes del objeto muestran un contorno borroso típico de la desgasificación de cometas, e incluso una cola.
Un análisis previo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) reveló que su composición química probablemente sea similar a la de los cometas del Sistema Solar, lo que indicaría que el lugar de donde viene 2I Borisov es parecido al nuestro. Además, según las observaciones y análisis hasta ahora, el cometa está actualmente entrando hacia el Sol, y alcanzará su aproximación más cercana (perihelio) el 8 de diciembre a una distancia de 300 millones de kilómetros, aproximadamente el doble de la distancia promedio de la Tierra desde el Sol. Esto significa que los investigadores tendrán casi un año para poder realizar más observaciones.
Por otro lado, un nuevo artículo recién publicado por astrónomos polacos sobre el sitio de preimpresión arXiv puede haber rastreado la trayectoria del cometa para tratar de determinar de dónde proviene. Los resultados no apuntan de manera concluyente a un origen, pero el documento sugiere que, hace alrededor de un millón de años, 2I Borisov pasó a la estrella binaria Kruger 60 que se encuentra a 13 años luz de distancia. El cometa «rozó» esa estrella a una distancia relativamente cercana de 5,7 años luz, y a una velocidad menor que la que tiene actualmente, solo 12.348 kilómetros por hora.
Obviamente, ese es un resultado muy preliminar y trazar una trayectoria precisa llevará meses de observaciones, y estudiar el cometa en sí mismo puede dar algunas sorpresas. En particular, será emocionante ver cuán similar es realmente a los cometas del Sistema Solar, y si hay diferencias notables. El nuevo Oumuamua aún puede depararnos grandes sorpresas.
Fuente: ABC