La culpa la tiene el lanzamiento de un cohete de Elon Musk.
La «cámara derretida» de la NASA se ha hecho viral en las redes sociales. La cámara pertenecía Bill Ingalls, un fotógrafo que lleva 30 años trabajando para la agencia espacial, y se quedó chamuscada cuando trataba de inmortalizar el lanzamiento desde la Base de las Fuerzas Aéreas de Vandenberg de un cohete Falcon 9 de la compañía privada SpaceX con varios satélites a bordo. Sin embargo, muchos internautas pusieron en duda la veracidad de la historia. Esto es lo que pasó realmente:
Según explica la NASA en su web, Ingalls es bien conocido por su creatividad y esfuerzos para obtener imágenes únicas. El fotógrafo sabe dónde instalar sus cámaras. Pero, si tiene tanta experiencia, ¿cómo se explica el percance? «Tenía seis controles remotos, dos fuera del perímetro de seguridad de la plataforma de lanzamiento y cuatro adentro», señala Ingalls. «Desafortunadamente, el lanzamiento inició un incendio en la hierba que quemó una de las cámaras fuera del perímetro».
La ubicación y la vegetación se pueden ver en la imagen de la derecha. Una vez que el fuego llegó a la cámara, la envolvió rápidamente y esta comenzó a derretirse. Cuando Ingalls regresó al lugar, los bomberos ya estaban allí. Al ver la cámara destruida, Ingalls forzó su apertura para ver si la tarjeta de memoria podía ser rescatada. Por suerte, estaba intacta.
Irónicamente, las cuatro cámaras instaladas dentro del perímetro no sufrieron daños, al igual que la otra de control remoto. La cámara dañada era una de las más alejadas de la plataforma, a casi medio kilómetro de distancia.
La cámara chamuscada se exhibirá probablemente en algún lugar de la sede central de la NASA en Washington. Mientras tanto, el propio Ingalls viajará pronto a Kazajstán para fotografiar el aterrizaje el 3 de junio de la tripulación de la Expedición 55 de la Estación Espacial Internacional (ISS). Eso sí, espera que sea una tarea completamente normal.
Fuente: ABC