Proponen dar caza al primer visitante de otro sistema solar

Científicos analizan la posibilidad de lanzar una misión para interceptar y explorar el extraño asteroide interestelar mientras se aleja del Sol.

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La primera visita de un viajero interestelar ha supuesto un auténtico acontecimiento para los astrónomos. El pasado 19 de octubre, el telescopio Pan-STARRS1, en Hawái, localizaba un débil punto luminoso que se desplazaba a gran velocidad por el espacio, alejándose del Sol. Por su extraña órbita, pronto se dieron cuenta de que el cuerpo, un asteroide, procedía de más allá del Sistema Solar, llegado de un viaje a través del espacio de varios millones de años. Nunca antes habían visto algo semejante.

Los científicos pudieron describir con detalle el asteroide, bautizado 1I/2017 U1 y conocido popularmente como Oumuamua («mensajero de lejos que llega primero», en hawaiano). Rocoso y metálico, mide 400 metros de largo, unas cuatro veces la altura de la Estatua de la Libertad, y tiene una curiosa forma alargada que recuerda a un extintor de incendios. Las observaciones también revelaron que originalmente provenía de la dirección de Vega, la estrella más brillante en la constelación de Lyra. Hizo su pase más cercano a nuestro Sol en septiembre de 2017, y actualmente regresa al espacio interestelar.

El cuerpo es tan peculiar que ya hay quien pretende llegar hasta el mismo, interceptarlo y explorarlo. La misión, llamada Proyecto Lyra, ha sido presentada en el repositorio para artículos científicos Arxiv por la Iniciativa para Estudios Interestelares (i4iS), una organización formada por científicos e ingenieros que pretende impulsar los viajes espaciales a otros sistemas solares en el futuro cercano. El estudio, respaldado por la compañía de prospección de asteroides Asteroid Initiatives LLC, detalla los retos y los beneficios que podría suponer el proyecto.

Dado que este asteroide es de naturaleza extrasolar, una misión que fuera capaz de estudiarlo de cerca podría revelar muchos secretos sobre el sistema en el que se formó. Para los autores, es probable que el estudio detallado de materiales a distancias interestelares esté a décadas de distancia, incluso para el ambicioso Proyecto Starshot de Breakthrough Initiatives, el plan de Stephen Hawking de enviar sondas exploratorias a Alfa Centauri, la estrella más cercana. Por ese motivo, creen que enviar una nave a Oumuamua supondría una oporturnidad única de hacer observaciones similares con la ventaja de estar a corta distancia.

Pero encontrarse con este asteroide no es fácil. Oumuamua ya está en camino de salir de nuestro Sistema Solar y viaja a una velocidad de 26 km por segundo. Ninguna misión en la historia de la exploración espacial se ha desplazado tan rápido (apenas han llegado a dos tercios de esa velocidad). «Voyager 1, el objeto más rápido que la humanidad haya construido, tiene una velocidad de 16,6 km por segundo. Como Oumuamua ya está saliendo de nuestro sistema solar, cualquier nave espacial lanzada en el futuro tendría que perseguirlo», explican en arxiv.

Con una vela solar

La misión tendría que tener en cuenta una gran cantidad de parámetros, incluida la velocidad a la hora de interceptar el asteroide. Una gran velocidad es preferible en el lanzamiento, ya que el viaje será más rápido, pero durante el encuentro supondría menos tiempo para realizar mediciones y recopilar datos sobre el propio asteroide.

Según explican en Universe Today, el equipo supone que esta misión no involucraría ningún vuelo planetario o solar, y volaría directamente a Oumuamua. «Para una fecha de lanzamiento realista dentro de cinco o diez años, la velocidad excedente hiperbólica sería del orden de 33 a 76 km por segundo, con un encuentro a una distancia mucho más allá de Plutón».

Los autores también consideran el tipo de nave a emplear, ponderando el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la NASA, que según ellos simplificaría el diseño de la misión y podría ser posible dentro de pocos años, y el Big Falcon Rocket (BFR) de SpaceX, que podría permitir una misión directa para 2025 gracias a su técnica de reabastecimiento en el espacio. Sin embargo, este tipo de misiones también requerirían un sobrevuelo de Júpiter para proporcionar una asistencia gravitatoria.

A más a largo plazo, podría considerarse la tecnología de vela solar impulsada, como la del concepto Starshot de Breakthrough Initiatives. Este enfoque implicaría esperar unos años pero resultaría más flexible, directo y podría eliminar la asistencia gravitatoria. También podría permitir enviar pequeños enjambres de sondas para encontrarse con el asteroide. Como explican, «una misión a Oumuamua extenderá el límite de lo que es tecnológicamente posible hoy en día».

Quizás Oumuamua no pueda ser pronto alcanzable, pero su llegada ha despertado el interés por los asteroides interestelares y puede haber otras oportunidades. Según David Jewitt, de la Universidad de California en Los Ángeles, nuestro Sistema Solar puede estar inundado de intrusos interestelares que pasan sin ser detectados. Incluso puede haber unos 10.000 objetos del mismo tamaño más cercanos al Sol que Neptuno en un momento dado y cada uno de ellos recorría el Sistema Solar en aproximadamente 10 años. Si Oumuamua no se deja pillar, quizás otro lo ponga más fácil.

Fuente: ABC

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