Los beneficios de las bacterias fijadoras de nitrógeno podrían ayudar en los esfuerzos por cultivar los suelos del Planeta Rojo.
Diferencias de crecimiento observadas entre el trébol (Melilotus officinalis) inoculado con la bacteria formadora de nódulos Sinorhizobium meliloti (izquierda) y una planta de trébol no inoculada cuando se cultiva en regolito marciano – Harris et al., 2021, PLOS ONE
Debido al crecimiento de la población en la Tierra y que el ser humano está agotando los recursos de nuestro mundo, los científicos se afanan por encontrar otros métodos para poder subsistir más allá, en el espacio. Y Marte es uno de los posibles destinos. Desde hace tiempo, investigadores de varios campos llevan realizando experimentos de ‘botánica marciana’, consiguiendo plantar tréboles en regolito, el polvo de roca que cubre la superficie del Planeta Rojo. Ahora, Franklin Harris de la Universidad Estatal de Colorado (EE. UU.) y sus colegas han conseguido dar un paso más: añadirle unas bacterias para que crezca con más potencia. Los resultados acaban de publicarse en la revista ‘ PLOS ONE’.
El problema fundamental del regolito es que carece de algunos nutrientes vegetales esenciales, incluidas ciertas moléculas que contienen nitrógeno que las plantas necesitan para vivir. Por lo tanto, si pensamos crear campos de cultivo en Marte, tendremos que implementar estrategias para aumentar la cantidad de estos compuestos nitrogenados en aquel pobre suelo.
Harris y su equipo plantean la hipótesis de que las bacterias podrían desempeñar un papel rentable para hacer que los suelos marcianos sean más fértiles. En la Tierra, las bacterias del suelo ayudan a convertir o ‘fijar’ el nitrógeno de la atmósfera en las moléculas que necesitan las plantas. Es más: algunos de estos microbios tienen relaciones simbióticas con los vegetales, fijando en ellos el nitrógeno dentro de los nódulos que se encuentran en sus raíces.
Para explorar un posible papel de estas bacterias ‘fijadoras’ en la astroagricultura, los investigadores cultivaron trébol en un regolito artificial muy parecido al de Marte, como se había hecho anteriormente, pero con una diferencia: inocularon algunas de las plantas con el microbio Sinorhizobium meliloti, que se encuentra comúnmente en los nódulos de las raíces del trébol en la Tierra.
Los investigadores encontraron que el trébol con bacterias experimentó un crecimiento del 75% con respecto al trébol sin inocular. Sin embargo, el regolito que rodea a las plantas inoculadas no mostró signos de NH4 elevado, una molécula que contiene nitrógeno esencial para las plantas, en comparación con el regolito que rodea a las plantas no inoculadas.
Estos hallazgos sugieren que los microbios simbióticos impulsaron el crecimiento del trébol, pero no dieron como resultado una producción excesiva de compuestos nitrogenados que otras plantas que crecen cerca podrían usar (de forma hipotética). Los investigadores también cultivaron un poco de trébol en tierra para macetas y observaron ciertas diferencias en la relación simbiótica al comparar las plantas cultivadas en regolito.
Estos hallazgos sugieren la posibilidad de que la simbiosis entre plantas y bacterias fijadoras de nitrógeno pueda ayudar a la agricultura en Marte. Futuras investigaciones podrían continuar explorando tales relaciones con otros cultivos y abordar problemas con la toxicidad de las plantas en el regolito.
«Este estudio demuestra que la bacteria Sinorhizobium meliloti crea nódulos de nitrógeno en el regolito marciano, lo que mejora significativamente el crecimiento del trébol en un ensayo de invernadero. Este trabajo aumenta nuestra comprensión de cómo las interacciones entre plantas y microbios ayudarán en los esfuerzos para terraformar el regolito de Marte».
Fuente: ABC