La AEA recuerda al Dr. Carlos Desio, ex Presidente de la institución

Por César Bretto 

 

Dr. Carlos Desio, ex Presidente de la AEA 

Al cumplirse en el día de la fecha el primer mes de su inesperada partida, la Asociación Entrerriana de Astronomía (AEA), se siente en el triste deber de recordarlo tal como era: caballero intachable, consejero y amigo, viajero incansable, dueño de vastos conocimientos no solo profesionales, sino también aerodeportivos, astronómicos y radio aficionados resultando en ello un referente destacado en cada una de tales disciplinas.

Por César Bretto 

 

Dr. Carlos Desio, ex Presidente de la AEA 

Al cumplirse en el día de la fecha el primer mes de su inesperada partida, la Asociación Entrerriana de Astronomía (AEA), se siente en el triste deber de recordarlo tal como era: caballero intachable, consejero y amigo, viajero incansable, dueño de vastos conocimientos no solo profesionales, sino también aerodeportivos, astronómicos y radio aficionados resultando en ello un referente destacado en cada una de tales disciplinas.

 

 Imágenes del Dr. Carlos Desio durante la inauguración del Observatorio de Oro Verde en 1986

Durante su Presidencia, la AEA vivió sus mejores momentos: exposiciones, conferencias, congresos de Astronomía, construcción del Observatorio Astronómico de Oro Verde y equipamiento, todo ello gracias a su gestión personal e inmejorables relaciones con distintas administraciones gubernamentales, sin olvidar las valiosas donaciones personales de elementos ópticos.
La nuestra es una deuda de gratitud imposible de saldar.
Por ello rogamos a nuestros asociados y simpatizantes, eleven una oración por su eterno descanso allá entre las estrellas que él tanto amó y que es donde merece estar y en el recuerdo de todos nosotros.

César Bretto, ex Presidente de la AEA

Tunguska, un misterio de cien años

Por Mariano Andrés Peter 

 

La misteriosa explosión dejo unas dos mil hectáreas de bosque arrasado

"Hay más cosas entre el cielo y la tierra de las que sueña vuestra filosofía" William Shakespeare. 

El 30 de Junio de 1908, en una región remota de Siberia cercana al río Tunguska, se produjo una explosión tremenda que arrasó miles de hectáreas de Taiga (bosque siberiano) y que aún hoy, cien años después, se pueden apreciar las devastadoras consecuencias de aquel misterioso incidente en el que oficialmente, solo una persona perdió la vida.

Por Mariano Andrés Peter 

 

La misteriosa explosión dejo unas dos mil hectáreas de bosque arrasado

"Hay más cosas entre el cielo y la tierra de las que sueña vuestra filosofía" William Shakespeare. 

El 30 de Junio de 1908, en una región remota de Siberia cercana al río Tunguska, se produjo una explosión tremenda que arrasó miles de hectáreas de Taiga (bosque siberiano) y que aún hoy, cien años después, se pueden apreciar las devastadoras consecuencias de aquel misterioso incidente en el que oficialmente, solo una persona perdió la vida.

  

Ubicación geográfica de la zona de la explosión

Testigos oculares hablaron de un objeto enorme, más brillante que el Sol, que se desplazaba a una gran velocidad y que produjo un sonido ensordecedor al estallar. Con la luz de la explosión se podía leer de noche en Londres, a más de 10.000 km de distancia. Sismógrafos de toda Rusia y de Europa occidental registraron el cimbronazo de la explosión que se calculó en unos cuarenta megatones, equivalente a una bomba de hidrógeno súper poderosa y miles de veces más que las bombas atómicas que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial, (para algunos científicos la explosión fue de tan solo cuatro o cinco megatones). Lo curioso es que este objeto parece haber estallado en el aire, ya que no se encontró ningún cráter de impacto y además, los troncos de los árboles que se encontraban justo debajo de la explosión, permanecieron de pie mientras que los que se ubicaban más lejos fueron derribados en forma radial. 
 

 

Árboles derribados por la explosión

La primera explicación que se nos puede ocurrir es que se trato de un meteoro, un bólido de gran tamaño desprendido de algún asteroide o cometa que, si hubiese demorado 4 horas y 47 minutos, habría estallado sobre San Petersburgo causando cientos de miles de muertos, según especulan algunos científicos. Pero esta hipótesis deja sin contestar una serie de preguntas que surgen. Según los datos que se pudieron recopilar varios años después, el objeto en cuestión tenía un tamaño aproximado al de una cancha de fútbol, (aunque para algunos científicos el objeto habría tenido un diámetro de 40 m). Siendo así, ¿cómo puede ser que no halla formado un cráter de impacto?. Se propuso como explicación que se trató de un fragmento de cometa y que al estar constituido de hielos (de agua, amoníaco, metano, etc.), se desintegro antes de impactar contra el suelo. Pero hay un problema con esta teoría, un fragmento cometario, por más que esté constituido de hielo, se desplaza a 100.000 o 200.000 km/h y a esa velocidad tardaría como máximo cuatro o cinco segundos en llegar a tierra y de ninguna manera podría desintegrarse en la atmósfera. Sería demasiado grande y la atmósfera no alcanzaría a destruirlo. Tendría que existir un cráter bastante grande.

  

El lago Cheko, supuesto cráyer de impacto

Recientemente se propuso la hipótesis de que dicho cráter seria el lago Cheko, que se encuentra cerca del epicentro de la explosión, a unos 8 km de distancia. El cráter, con el tiempo, se habría llenado de agua formando este lago. Pero hay evidencias contundentes (como la posición de los troncos) que indican que el objeto estalló en el aire y no llego a tocar el suelo.
Otro problema para la teoría del bólido es que, según algunos investigadores, se detecto radiación en el lugar y al analizar los anillos de crecimiento en los troncos de árboles que no fueron derribados, se descubrió un crecimiento desproporcionado, una mal formación genética. Además, la vegetación nunca se recupero en la zona afectada después de 100 años, cuando sabemos por numerosos ejemplos de incendios, erupciones volcánicas, tsunamis, etc. que la flora arrasada en muy poco tiempo se regenera para cubrir de verde nuevamente la región afectada.

  

Cien años después, la vegetación no se ha recuperado en la zona cero

Podría decirse que no hubo diferencia  con una explosión nuclear a gran escala.
Pero hay otras explicaciones. Se dijo que pudo tratarse de un pedazo de antimateria que estalló en la atmósfera, pero de haber sido así, no hubiera quedado radiación (si es que efectivamente existe) y tampoco se hubieran producido tormentas geomagnéticas como ocurrió. Además no hay forma de que la antimateria se forme en la atmósfera.
También se culpo del incidente al genial ingeniero en electrónica Nicolás Tesla. Se dijo que pudo tratarse de un arma futurística que había inventado (el rayo de la muerte), pero hasta donde se sabe, Tesla nunca llegó a construir un arma de este tipo, aunque sí lo había pensado.

Crecimiento anómalo en los anillos de los árboles de la zona luego de 1908

Se dijo también que los rusos habían realizado una prueba nuclear, pero en 1908 eso era absolutamente imposible.
Por último se mencionó la posibilidad de que una nave espacial extraterrestre con combustible nuclear habría tenido un desperfecto que la llevó a explotar en el aire. Está hipótesis cobro fuerza debido a que algunos supuestos testigos afirmaron que el objeto en cuestión cambió de curso antes de hacer explosión y que tenía una apariencia alargada, como un cigarro encendido. He aquí uno de esos relatos: 

 "Yo tenía siete u ocho años en ese momento y lo vi con mi padre, en una pequeña villa cerca de las vías del tren y nunca olvidaré que parecía como una larga chimenea con una cola de fuego. Recuerdo que le dije a todos lo que había visto: de repente bajó pero luego se inclinó un poco y después estuve segura de que había cambiado de posición. Desapareció detrás de un cordón montañoso, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, me pareció que el mundo se iba a terminar, hubo una luz que llenó todo el cielo, me cubrí los ojos y pude ver los huesos de mis manos".
Es este el relato de Svetlana Polonova, uno de los últimos testigos de la misteriosa explosión del meteorito del Tunguska.

 

Representación del objeto atravesando la atmósfera

Pero no hay forma de verificar estos dichos, ni tampoco ha quedado evidencia disponible. Lo único que se pudo recuperar fueron unas pequeñas muestras de metal que, según se supo, fueron llevadas a algún laboratorio de la Unión Soviética varios años más tarde.
La explicación oficial del Gobierno Soviético (y la que consideran correcta la mayoría de los científicos) es que se trato de un bólido gigante. Cien años después, el enigma continúa.

Mariano Andrés Peter, coordinador del Observatorio de Oro Verde – AEA

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La Astrología, una pseudociencia

Por Mariano Andrés Peter 

 

Cada ciencia tiene su contraparte anticientífica, me refiero a las pseudociencias (pseudo significa falso).
La química tiene su contracara en la alquimia, la medicina tiene al curanderismo, la geología al catastrofismo velikovsquiano, la matemática a la numerología, el espiritualismo y la cientología abren el camino a una amplia variedad de trastornos psicológicos y psiquiátricos. La astronomía no es la excepción, su lado oscuro y supersticioso es la astrología.

Por Mariano Andrés Peter 

 

Cada ciencia tiene su contraparte anticientífica, me refiero a las pseudociencias (pseudo significa falso).
La química tiene su contracara en la alquimia, la medicina tiene al curanderismo, la geología al catastrofismo velikovsquiano, la matemática a la numerología, el espiritualismo y la cientología abren el camino a una amplia variedad de trastornos psicológicos y psiquiátricos. La astronomía no es la excepción, su lado oscuro y supersticioso es la astrología.

 Las pseudociencias son disciplinas que no poseen ningún fundamento sólido, desprecian el método científico al cual jamás podrían sobrevivir. Estas prácticas son en realidad un conjunto de creencias, supersticiones, fraudes groseros, charlatanería, misticismo, ignorancia y lo que es peor, son lucrativas para quienes las difunden. Algunas, como la astrología, utilizan también cuidadosos cálculos, observaciones y registros para aparentar seriedad y darle un maquillaje científico. Eso puede confundir a algunas personas incrédulas.
Lo llamativo y lamentable es ver como la astrología se ha metido en la vida de las personas. Si uno se fija en un kiosco cuantas revistas de astronomía y cuantas de astrología están a la venta, la diferencia es muy clara a favor de la astrología. Lo mismo ocurre cuando uno entra en una librería o lee un catálogo de libros.
La gente desperdicia mensajes de texto en consultas astrológicas y los diarios y revistas publican horóscopos todos los días.

 

Los astrólogos han copado también la televisión, donde tienen espacios de varios minutos y en horarios de mucha audiencia. ¿Cómo hacen para pagar esos espacios tan caros a los que ningún astrónomo tiene acceso?
Cuándo conoces gente en alguna fiesta o en el chat, una de las primeras preguntas que se suelen hacer es ¿de qué signo sos? o ¿por casualidad sos de tauro? En cambio veo que nadie hace preguntas como por ej. ¿sabes algo del nuevo planeta que se descubrió? o ¿cuál es le estrella más cercana? Y si saben que te dedicas a la astronomía te suelen preguntar si haces horóscopos o si trabajas en el observatorio “astrológico”.
Y aún más lamentable es cuando algún medio de comunicación llama para consultar sobre el próximo eclipse lunar o sobre el paso de un cometa y como cierre de la nota preguntan si ese fenómeno celeste traerá alguna consecuencia positiva o negativa para el planeta o para nuestras vidas. Hoy hasta nuestro lenguaje posee una conciencia astrológica, por ej. la palabra desastre proviene del griego y significa mala estrella.
Por todo esto creo que es un deber de las instituciones dedicadas a la astronomía, separar la paja del trigo, educar a la gente para que no sean engañadas y para que sepan que la astronomía hoy en día no tiene nada que ver con la astrología. No obstante, la astronomía y la astrología no siempre fueron tan distintas, en casi toda la historia humana una abarcaba a la otra. Pero hubo un momento en la historia, con Johanes Kepler,   cuando  la astronomía y la astrología separaron sus caminos para siempre.
La astrología se basa sobre la creencia de que la posición de los planetas con respecto a las constelaciones al momento del nacimiento de una persona, tendrá sobre esta, una profunda influencia en su destino y en su carácter.
No hay forma de que un planeta pueda influenciar en el carácter y el destino de nuestras vidas. Citando a Carl Sagan: “¿Cómo podría afectarme la aparición de Marte durante mi nacimiento? Nací en una habitación cerrada y la luz de Marte no podía entrar. La única influencia de Marte habría sido su gravedad, pero la influencia gravitatoria del obstetra hubiera sido todavía mucho mayor debido a que, si bien Marte es mucho más grande,  el obstetra está mucho más cerca”.

 

Un dato interesante a tener en cuenta es que todos los astrólogos modernos utilizan un Zodíaco gravemente desfasado. Esto se debe al lento movimiento del eje terrestre  conocido como precesión. La Tierra completa un ciclo de precesión cada 26.000 años aproximadamente y esto trae como consecuencia que, estrellas aparentemente fijas en el cielo durante un período de pocos siglos, vayan desplazándose en su posición aparente en el cielo. Por lo tanto, cuando un astrólogo hace sus predicciones, está considerando el firmamento de hace miles de años y no el actual. El Zodíaco se ha desfasado en un diez por ciento con relación a las épocas antiguas. Esto quiere decir que cuando una persona cree estar bajo la influencia un signo determinado, en realidad lo estaría bajo otro, y por lo tanto los cálculos de predicción sé basarán en un signo equivocado. Pero esto parece no importarle a los astrólogos, para ellos estos cambios no afectan la valides de la astrología.
Además, ¿cómo hacían los astrólogos para diseñar horóscopos en la antigüedad cuando solo se conocían los cinco planetas que son visibles a simple vista y se desconocían por completo Urano, Neptuno y Plutón?, ¿cómo podían hacer predicciones basándose en un sistema solar todavía incompleto? y ¿cómo se las arreglan ahora que Plutón ya dejo de ser considerado un planeta y paso a ser un planeta enano? ¿Cómo puede ser que a pesar de todos los cambios que a sufrido el sistema solar, donde se han agregado y quitado planetas, los astrólogos sigan haciendo sus “predicciones” como si nada hubiera pasado? Ofiuco es una constelación zodiacal, porque entonces los astrólogos no la consideran a la hora de fabricar los horóscopos? Porque no se le asigna un signo a esta constelación? Pareciera ser que en la astrología los nuevos descubrimientos científicos no producen cambios en su seno ni tampoco replanteamientos en sus “bases intelectuales y teóricas”. En la astronomía por el contrario, permanentemente se están reevaluando las teorías y los modelos que hasta ayer se tenían por válidos. Los libros se reescriben continuamente, todo esto es en definitiva lo que se espera una disciplina seria y con sólidos fundamentos científicos. Esta es la gran diferencia con la pseudociencia astrológica.

 

Para poner a prueba la veracidad de la astrología, basta con analizar a los mellizos. Si la astrología es tan sólida y tan certera en sus predicciones, ¿cómo puede ser que dos mellizos que nacieron en el mismo lugar, con minutos de diferencia y con los mismos planetas ubicados en las mismas constelaciones, tengan destinos tan diferentes? ¿Por qué entonces uno de ellos muere de pequeño en un accidente por ej. , mientras que el otro tiene una vida larga y llena de felicidad y prosperidad? ¿No deberían entonces haber tenido el mismo destino y la misma suerte? Hay incontables casos así.
Otra forma de evaluar la seriedad de la astrología es comparando dos o más horóscopos publicados en diarios o revistas del mismo día. Veremos que cada horóscopo dice una cosa totalmente distinta al otro, y muchas veces se contradicen. Pero eso no es todo, si prestamos la suficiente atención nos daremos cuenta de que no hay ninguna predicción, solo hay sugerencias que están escritas en una forma tan vaga y tan ambigua que cualquiera las puede aplicar en cualquier momento de su vida diaria.
¿Cuantas veces hemos escuchado a importantes astrólogos argentinos haciendo predicciones que luego terminaron en lamentables fracasos? Supuestamente íbamos a ganar la guerra de Malvinas, íbamos a ser campeones del mundo en los mundiales de 1990, 1994, 1998, 2002 y 2006, el Presidente Menem seria derrocado y no culminaría su segundo mandato, etc., etc., etc. La lista de patéticos fracasos predictivos es interminable, entonces, ¿por qué la gente sigue confiando en estos charlatanes que se roban su dinero y sus ilusiones? Creo que sería un buen tema de investigación para los sociólogos y psicólogos.

 

El astrónomo francés Jean Claude Pecker dice: “La distancia entre Marte y la Tierra varía con un factor de cinco de año en año. Los astrólogos no tienen en cuenta esa variación y las cartas natales serán idénticas de año en año como si Marte estuviera en el mismo lugar”, y agrega: “Además se olvidan de los grandes satélites que orbitan los grandes planetas, estos tienen la misma talla que Plutón, Mercurio y Marte. ¿Cómo  esos astros no producen ninguna influencia?” Continua diciendo: “Si tal fuerza dependiera de la distancia, entonces la influencia de la Luna sobrepasaría la de todos los otros planetas”. Y por último: “La astronomía ha evolucionado, los horóscopos no”.
Las conjunciones planetarias, los eclipses, los cometas, las lluvias de meteoros, las oposiciones planetarias, las lunas azules y muchos otros fenómenos celestes pueden ser calculados, admirados, disfrutados y estudiados, pero de ninguna manera influyen sobre nuestras vidas, sobre nuestra sociedad o sobre nuestro planeta. No hay forma de que esto ocurra.

 

Las creencias y las supersticiones no forman parte de la ciencia. El conocimiento y las evidencias, sí. El método científico puede no ser perfecto, pero es lo mejor que tenemos, es en definitiva la diferencia entre la fantasía y la realidad. Creo que a la sociedad le hace falta un poco de pensamiento crítico y de análisis racional, una dosis de escepticismo.
Carl Sagan decía: “Afirmaciones extraordinarias requieren siempre de evidencia extraordinaria”, y sinceramente me parece totalmente improbable que un astrólogo en algún momento pueda presentar una evidencia extraordinaria que avale a la astrología.

Mariano Andrés Peter, coordinador del Observatorio de Oro Verde   –   AEA

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Homero y las estrellas

Por Gustavo Blettler 

 

Homero supo, -como nadie- representar en su poesía el mundo griego arcaico. Fue él quien escribió la Ilíada, posiblemente la obra más importante de la literatura épica occidental. Los griegos de todas las épocas se han referido a él como al “maestro de la Hélade”, en alusión a su histórica Grecia natal. Tan grande es su fama que incluso las bellísimas tragedias griegas, esas maravillas de la literatura, no son consideradas más que “migajas del festín de Homero”. En la Ilíada leemos con asombro como los dioses se entrelazan y actúan con los humanos, vemos como desfilan ante nosotros casi todos los sentimientos humanos: amores, odios, celos, ternura, y por supuesto encontramos muchas aventuras y batallas.

Homero utiliza la naturaleza que lo rodea para realizar comparaciones, analogías y  metáforas con las proezas, maquinaciones y sentimientos de sus personajes. Este punto es interesante porque nos muestra como interpretaban en ese momento los distintos fenómenos que observaban. 

Por Gustavo Blettler 

 

Homero supo, -como nadie- representar en su poesía el mundo griego arcaico. Fue él quien escribió la Ilíada, posiblemente la obra más importante de la literatura épica occidental. Los griegos de todas las épocas se han referido a él como al “maestro de la Hélade”, en alusión a su histórica Grecia natal. Tan grande es su fama que incluso las bellísimas tragedias griegas, esas maravillas de la literatura, no son consideradas más que “migajas del festín de Homero”. En la Ilíada leemos con asombro como los dioses se entrelazan y actúan con los humanos, vemos como desfilan ante nosotros casi todos los sentimientos humanos: amores, odios, celos, ternura, y por supuesto encontramos muchas aventuras y batallas.

Homero utiliza la naturaleza que lo rodea para realizar comparaciones, analogías y  metáforas con las proezas, maquinaciones y sentimientos de sus personajes. Este punto es interesante porque nos muestra como interpretaban en ese momento los distintos fenómenos que observaban. 

Si nos centramos en los fenómenos astronómicos exclusivamente, encontramos que Homero en el canto IV relata el recorrido de la diosa Atenea desde el Olimpo a Troya, presurosa como “un astro luminoso del que salen muchas chispas desprendidas”, lo que puede ajustarse muy bien a la descripción de un cometa o quizá un meteoro.

Posteriormente, (canto V) nuestro poeta se refiere al héroe Diómedes como a “la estrella otoñal que con más brillo resplandece, una vez bañada en las aguas del Océano”; naturalmente se está refiriendo a Sirio, la estrella más brillante del firmamento y, también -en forma elíptica-, describe el movimiento aparente de las estrellas sobre el firmamento, Grecia se encuentra ceñida por mar, es normal entonces, contemplar estrellas “saliendo” del mar, poéticamente “bañandose”.    

 

 Ya en el canto XVIII., Homero el bardo, describe el escudo, -regalo del dios Hefestos- que utiliza Aquiles para luchar con Héctor. Aparentemente presentaba una figura circular y estaba decorado con lo que podemos definir como la concepción cosmológica griega del siglo VIII A.C. Veamos que canta el poeta: “tenía figuras en el de la tierra, el cielo y el mar; el infatigable sol y la luna llena, así como todos los astros que coronan el firmamento: las pléyades, las Híadas y el poderoso Orión, la Osa, que también denominan con el nombre del Carro, que gira allí mismo y acecha a Orión Y es la única que no participa de los baños en el Océano”. Aquí, nos enteramos que en esa época ya se conocían algunas constelaciones y asterismos. Se valoraba fundamentalmente las funciones prácticas del cielo, por esto se mencionan las Pléyades y las Híadas que marcaban respectivamente con su aparición el principio y el fin de la estación normal de navegación.

Ya cerca del final de la obra (Canto XXII) el anciano rey de Troya, Príamo observa a Aquiles avanzando amenazadoramente por la llanura y directamente hacia las puertas de Troya, presto a desafiar al paladín troyano Héctor dispuesto a vengar la muerte de su amigo Patroclo (una de las pocas escenas que se ajustan a la descripción de Homero en la película Troy). Príamo lo ve y lleno de pavor no puede evitar compararlo con “el astro que sube en otoño y cuyos deslumbrantes destellos resultan patentes entre las muchas estrellas de la oscuridad de la noche y que denominan perro de Orión”. Luego agrega “Es el más brillante pero constituye un siniestro signo y trae muchas fiebres a los míseros mortales y así brillaba el bronce alrededor del pecho al correr”. El astro que describe es otra vez  Sirio, la estrella más luminosa de la constelación Can Mayor y señala también su cercanía a la constelación de Orión. La superchería sobre las fiebres, es parte de un conjunto de explicaciones que ensayaban ante un fenómeno médico inexplicable para los hombres de ese tiempo.    

A Homero, también se le atribuye la autoría de “La Odisea” y los “Himnos homéricos” y en estos últimos podemos encontrar un interesante fragmento dedicado al dios Sol y la Luna. “Hiparión desposa a Eurifaesa y tiene por hijos a la Aurora, de rosados dedos; el Sol, parecido a los inmortales; y la Luna de lindas trenzas. El Sol, subido a su carro alumbra por igual a mortales e inmortales, echa terribles miradas con sus ojos desde el interior de su áureo casco. La Luna, después de lavar su cuerpo en el Océano, se viste con vestiduras que relumbran de lejos, unce los caballos y acelera el paso por la noche”.     
                
Como puede deducirse de estos pocos fragmentos, la astronomía en época de Aquiles y su pandilla, era fundamentalmente práctica, los astros señalaban el comienzo y final de las estaciones de siembra y navegación. Sin duda esto se condimentaba con un poco de mitología y  se sazonaba con abundante poética para constituir un delicioso plato que aún hoy en día esta servido en el cielo, para quien quiera degustar el “festín de Homero”.

Gustavo Blettler, especialista en Arqueoastronomía – AEA

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Imágenes panorámicas del cometa Boattini 2007 tomadas desde el Observatorio de Oro Verde

Por Walter Latrónico 

  

 

Por Walter Latrónico 

  

 

Cámara:             Canon Rebel XTI de 10.2
Objetivo/s:         18-55
ISO:                     400
Tiempo Exp.:     30´´ (Segundos)
Montaje:            Trípode Manfrotto
Lugar:                Desde el observatorio AEA (Oro Verde, Paraná Entre Ríos)
Autor:                Latrónico Walter Horacio –
www.wrfotografias.com.ar
Nota:                  Cabe aclarar que la toma que abarca toda la constelación del Perro Grande (Canis Major), fue fotografiado
con el gran angular en 18mm. El tiempo de exposición fue de 30 segundos en trípode. Retoques digitales con Adobe Photo Shop Cs3.

Walter Latrónico, especialista en Astrofotografía – AEA