Posibilidad de vida Extraterrestre

  

Hay "abundante" vida extraterreste

Astrónomos en Escocia afirman que ubicaron sitios en nuestra galaxia donde puede haber vida. Y son miles de lugares, dicen.

No somos los únicos. Hay otras civilizaciones inteligentes en nuestra galaxia y podrían ser miles, o al menos ésa es la teoría de científicos en Escocia.

  

Hay "abundante" vida extraterreste

Astrónomos en Escocia afirman que ubicaron sitios en nuestra galaxia donde puede haber vida. Y son miles de lugares, dicen.

No somos los únicos. Hay otras civilizaciones inteligentes en nuestra galaxia y podrían ser miles, o al menos ésa es la teoría de científicos en Escocia.

La investigación -publicada en "International Journal of Astrobiology"

(Revista Internacional de Astrobiología)- afirma que puede haber entre 361 y 38.000 civilizaciones inteligentes en nuestra galaxia.

Según el profesor Duncan Forgan, de la Universidad de Edimburgo, el hallazgo en años recientes de más de 330 planetas fuera de nuestro sistema solar ha ayudado a depurar el número de formas de vida que es probable que existan.

Sin embargo, agrega el científico, es poco probable que podamos hacer contacto con mundos extraterrestres.

Cálculo aproximado

Ésta no es la primera vez que científicos proponen cálculos generales sobre la probabilidad de vida inteligente en el universo.

Se trata de un proceso de estimación aproximada y cálculos recientes han propuesto números que van entre un millón y uno.

"Durante más de 50 años hemos estado descubriendo planetas fuera de nuestro sistema solar" dijo a la BBC el profesor Forgan.

"Hasta ahora hemos descubierto 339 planetas individuales, pero la cifra aumenta diariamente".

Lo que hicieron los investigadores fue crear un modelo computacional de una galaxia muy semejante a la nuestra.

Esto les permitió desarrollar sistemas solares basados en la información que se conoce sobre la existencia de los llamados exoplanetas que se han descubierto en galaxias vecinas.

Estos mundos extraterrestres simulados fueron después sujetos a numerosos escenarios distintos.

Por ejemplo, en uno se asumió que es difícil que se forme vida pero es fácil que ésta evolucione. Y con esto se encontró que podría haber 361 civilizaciones inteligentes en esa galaxia.

Un segundo escenario asumió que se puede formar vida fácilmente pero habría muchos problemas para desarrollar inteligencia.

Bajo estas condiciones los investigadores calcularon que pueden existir 31.513 formas de vida.

El último escenario analizó la posibilidad de que la vida podría pasar de un planeta a otro durante colisiones de asteroides, que es una teoría popular sobre la forma como se formó la vida en la Tierra.

Y este enfoque dio como resultado la existencia de 37.964 civilizaciones inteligentes.

"El principal problema que tenemos en este momento es que en realidad no sabemos cómo comenzó la vida", afirma el profesor Forgan.

"Aquí en la Tierra hemos tenido que hacer muchas suposiciones sobre cómo se formó la vida y ése ha sido nuestro primer obstáculo".

"Si logramos superar ese obstáculo y establecer cuáles planetas podrían tener vida y cuáles no, podríamos sobre esa base seguir un patrón de la evolución en esos planetas".

Sin referencia

Los expertos afirman, sin embargo, que este modelo puede quizás aplicarse con los planetas parecidos a la Tierra, pero aún así hay muchas variables que siguen siendo sólo estimaciones aproximadas.

Por ejemplo, el tiempo desde que se formó un planeta hasta el momento en que apareció la primer destello de vida y de ahí hasta surgió la primera civilización inteligente.

Todas estas son hasta ahora variables aproximadas.

El profesor Forgan afirma que para sus cálculos han asumido que la Tierra es el planeta promedio.

"Por supuesto que todavía hay un elemento de incertidumbre", dice el científico.

"Porque al final, a pesar de todo lo que decimos sobre la vida, hasta ahora solo tenemos una sola referencia, que es el planeta Tierra".

Y aún si existiera vida en otros planetas, explica el científico, eso no necesariamente significa que podamos hacer contacto con ellos porque no sabemos cómo sería esa forma de vida.

"Lo que estamos haciendo en este estudio es tomar los estudios pasados sobre civilizaciones extraterrestres, cuyos cálculos van de 1 a un millón, y decir que el margen de error es mucho más pequeño".

"Es decir, ahora podemos cuantificar nuestra ignorancia de forma más efectiva", agrega.

BBC Mundo.com

Descubren al planeta más pequeño fuera del sistema solar

 

Descubren el exoplaneta más pequeño
Astrónomos han detectado lo que hasta ahora es el planeta más pequeño fuera del Sistema Solar.

El planeta más pequeño que se ha encontrado hasta ahora fuera del Sistema Solar -un mundo rocoso que tiene casi el doble del tamaño de la Tierra -fue detectado por un telescopio espacial francés.

Hasta ahora, sólo se ha detectado un puñado de planetas con una masa comparable a la de la Tierra, Venus, Marte o Mercurio; la mayoría de los cerca de 330 exoplanetas descubiertos son gigantes de gas, similares a Júpiter o Neptuno.

 

Descubren el exoplaneta más pequeño
Astrónomos han detectado lo que hasta ahora es el planeta más pequeño fuera del Sistema Solar.

El planeta más pequeño que se ha encontrado hasta ahora fuera del Sistema Solar -un mundo rocoso que tiene casi el doble del tamaño de la Tierra -fue detectado por un telescopio espacial francés.

Hasta ahora, sólo se ha detectado un puñado de planetas con una masa comparable a la de la Tierra, Venus, Marte o Mercurio; la mayoría de los cerca de 330 exoplanetas descubiertos son gigantes de gas, similares a Júpiter o Neptuno.

El descubrimiento fue hecho por Corot, un observatorio en órbita que cuenta con un telescopio de 27 centímetros de diámetro para buscar planetas que orbiten en otras estrellas.

"Por primera vez, hemos detectado de modo inequívoco un planeta que es 'rocoso' en el mismo sentido que lo es nuestra Tierra", dijo Malcolm Fridlund, científico del proyecto Corot de la Agencia Espacial Europea (AEE).

"Ahora tenemos que entender mejor este objeto para ponerlo en contexto y continuar con Corot nuestra búsqueda de objetos más pequeños y parecidos a la Tierra", agregó.

Contraluz

El nuevo descubrimiento, Corot-Exo-7b, tiene un diámetro que es casi el doble al de la Tierra y le da la vuelta a una estrella como el sol cada 20 horas.

Además, su órbita es muy cercana a su estrella, lo que hace que registre altas temperaturas (entre los 1.000º y 1.500º C). Esto es demasiado caliente para que haya vida en el planeta.

La gran mayoría de los exoplanetas han sido descubiertos usando el método de velocidad radial, que consiste en la búsqueda de signos espectrales que indiquen que una estrella tiene un campo gravitacional de un planeta en órbita.

Astrónomos descubrieron el nuevo planeta mientras pasaba por la cara de su estrella madre, oscureciendo su luz a su paso. Esto es conocido como el método del tránsito.

Ian Roxburgh, profesor de astronomía de la Universidad de Londres, dijo que éste método favorece la detección de planetas grandes, porque bloquean mejor la luz de su estrella madre.

Roxburgh explicó que si tienes una pequeña estrella -como ésta- entonces un planeta de tamaño moderado bloquearía la luz lo suficiente como para ser detectado por telescopios.

El especialista también le explicó a la BBC que todo parece indicar que existe otro planeta orbitando alrededor de esa estrella y que es muy similar a Neptuno.

La misión Corot está dirigida por la Agencia Espacial Francesa, con la contribución de la AEE, Austria, Bélgica, Alemania, España y Brasil.

Sus objetivos primordiales son buscar exoplanetas y estudiar el interior de las estrellas.

BBC Mundo.com

La AEA analizó una roca sospechosa de ser un meteorito

La AEA comunica que el día 18 de Enero fue contactada vía mail por el Dr. J. Martín López, abogado de la Cap. Fed.
El motivo del e-mail fue que deseaba saber si una roca en su poder, traída hace muchos años de Bariloche, podía ser o no un fragmento de meteorito.

La AEA comunica que el día 18 de Enero fue contactada vía mail por el Dr. J. Martín López, abogado de la Cap. Fed.
El motivo del e-mail fue que deseaba saber si una roca en su poder, traída hace muchos años de Bariloche, podía ser o no un fragmento de meteorito.

 

Por tal motivo, me hice presente junto con Silvia Gutiérrez, también integrante de la AEA, el Miércoles 28 de Enero  a las 17:30 hs. en su estudio jurídico de Puerto Madero.
Nos recibió su hermana, Graciela quien con mucha amabilidad nos mostró la roca. Dicha roca no presentaba las características de un meteorito pero era muy similar a las de origen volcánico.
Si bien no se trato de un verdadero meteorito, es importante para la AEA que gente de otros lugares como Bs. As. se contacte y nos pida nuestra opinión, siendo que sería mucho más fácil y rápido recurrir a instituciones locales y prestigiosas como el Planetario o el Museo de Ciencias.
Esto se debe a que la AEA se ha logrado un gran reconocimiento a nivel nacional debido a la excelente labor realizada en la búsqueda, hallazgo e investigación del meteorito Berduc y que tuvo una importante repercusión mediática en todo el país y el mundo.

Al Dr. J. Martín López y a su hermana la Sra. Graciela López, muchas gracias por confiar en nosotros y por habernos contactado para esclarecer este asunto.
Seguramente nos volveremos a encontrar durante el año.
Por último reiteramos el pedido de dar aviso a la AEA ante cualquier meteorito o roca sospechosa de serlo que se encuentre.
No se viola ninguna ley provincial ni nacional al hacerlo.
Es muy importante que estas rocas espaciales caigan en manos de entidades serias y con los conocimientos suficientes y no en manos de coleccionistas privados, traficantes o reparticiones gubernamentales burocráticas que no realizarán ninguna investigación al respecto como ya ha quedado demostrado.

Las vías de comunicación son: 0343-4340229 o 0343-154173869. Por e-mail a observatorioaea@hotmail.com

Atte.

Mariano Andrés Peter, coordinador del Observatorio de Oro Verde – AEA

Las estrellas en el Antiguo Egipto

 Por Gustavo Blettler

Las pirámides de Giza, Egipto
 

Egipto como toda cultura ancestral guardaba una estrecha relación con el cielo. Todo lo particular y exclusivo de su cultura también la proyectaban en la bóveda estrellada. 

Como siempre es conveniente comenzar por el principio, señalemos aquí que el año egipcio comenzaba con el orto helíaco de Sirio o el sepedeth como ellos lo definían. Es decir que el año se iniciaba cuando la brillante estrella Sirio aparecía por el este antes que el sol matinal. Los egipcios eligieron este momento ya que coincidía justamente con la crecida anual del Nilo.

 Por Gustavo Blettler

Las pirámides de Giza, Egipto
 

Egipto como toda cultura ancestral guardaba una estrecha relación con el cielo. Todo lo particular y exclusivo de su cultura también la proyectaban en la bóveda estrellada. 

Como siempre es conveniente comenzar por el principio, señalemos aquí que el año egipcio comenzaba con el orto helíaco de Sirio o el sepedeth como ellos lo definían. Es decir que el año se iniciaba cuando la brillante estrella Sirio aparecía por el este antes que el sol matinal. Los egipcios eligieron este momento ya que coincidía justamente con la crecida anual del Nilo.

 

Representación de Osiris (Orión) e Isis (Sirio)

Los egipcios eligieron este momento ya que coincidía justamente con la crecida anual del Nilo. Esta ocasión era esperada con enorme ansiedad por el pueblo, pues la magnitud de sus cosechas dependía del volumen de agua que desbordara del río. Por esta causa, la estrella Sirio se identificó con una de las diosas más importantes del panteón egipcio, la diosa Isis. Solo que en vez de representar un perro en el firmamento como nuestro Can Maioris, representaba una vaca.

Tampoco el gigante Orión era ajeno a los cielos del Nilo y con una figura más o menos parecida a la actual, recibía el nombre alternativo del dios Osiris, unas veces y Horus otras, según el “domo” o territorio desde donde se realizara la observación.

También la constelación de Bootes mantenía unos límites más o menos parecidos a los actuales, aunque los egipcios la bautizaron como Epet.

De este extraño mundo astronómico egipcio quedan hoy pocos rastros en el firmamento, ya que las constelaciones actuales tienen un origen fundamentalmente babilónico y griego. La única excepción que hoy podemos ver en el cielo de una constelación genuinamente egipcia es Ophiucus, que se ha mantenido fija en el espacio, como una ruina arqueológica o un dinosaurio celeste.  

Para esta milenaria cultura las estrellas eran dioses, en unos casos y almas de los difuntos, en otros. Y a tal extremo llegaba esta asociación que dentro de la Gran Pirámide, fueron especialmente ubicados unos ductos para conducir el alma del rey de la Cámara funeraria, donde descansaban sus restos, a la estrella Sirio, como medio directo de comunicación del alma inmortal del faraón con el cielo imperecedero.

Para este pueblo, los planetas en cambio – aparentemente –   no gozaron de una consideración especial; quizá su transito, continuo y errante por el firmamento despertaba suspicacias por su condición de móviles, cuando una de las características de lo inmortal e imperecedero es la inmovilidad.        

 

Zodíaco de Dendera

Los egipcios adornaron muchas tumbas con “techos astronómicos” como es el caso de la sepultura de Sethi I en el Valle de los Reyes. En este sepulcro se representaron constelaciones y dioses justo encima de la bóveda situada sobre el sarcófago real, lo que permitiría el ascenso mágico del alma del difunto rey y su liberación entre las estrellas.   

Muy cerca, en el Valle de las Reinas, en la tumba de Nefertari, también se representaron estrellas sobre el techo de la bóveda, solo que esta vez de manera uniforme y simbólica, sin formar constelaciones.

En Esna, una localidad donde se rendía culto a Cnum (el divino alfarero) se construyó un templo al dios donde fueron pintadas escenas astronómicas y un calendario que señalaba las principales festividades religiosas.

Finalmente en el templo de Dendera, se representó todo un zodíaco en una de las capillas del complejo. Actualmente esta bellísima obra de arte se encuentra en el Museo del Louvre en París, consecuencia de su descarada rapiña por parte de Napoleón. Actualmente solo una copia ocupa el lugar que corresponde al original robado por los franceses. Sobre un fondo azul pueden verse figuras de peces, cerdos, centauros, serpientes, cocodrilos y muchas figuras humanas, constituyendo el mejor ejemplo de cómo veían el cielo los antiguos egipcios.           

Gustavo Blettler, especialista en Arqueoastronomía – AEA

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