Primer satélite de observación terrestre español

Thales Alenia Space España ya ha terminado de construir el sistema de comunicaciones de imágenes en banda X del satélite Ingenio. Un desarrollo que hará las veces de ‘voz’ del aparato ya que le servirá para transmitir a la Tierra las imágenes y datos que sus instrumentos generen, haciendo así posible la función esencial de la misión.

"Estamos muy orgullosos de suministrar nuestros sistemas de comunicaciones al primer satélite español de observación” declaró Juan Garcés de Marcilla, presidente y director general de Thales Alenia Space España, que siente “satisfacción con este proyecto nacional” porque, en su opinión, permite “mostrar la capacidad tecnológica de nuestra empresa y  en general de la industria del sector espacial español”.

Como recuerda la compañía aeronáutica en un comunicado, el brazo español de la firma es responsable de idear y suministrar los sistemas de comunicaciones de datos en bandas X y S, así como la electrónica de los instrumentos de observación óptica. Una tarea en la que la filial ibérica de la marca tiene sobrada experiencia ya que ya se ha encargado de comunicar otros artefactos como, por ejemplo, el ATV-3.

El sistema de comunicación en banda X es el encargado del envío de datos e imágenes captadas por el instrumento óptico y permite transmitir, gracias a una elevadísima velocidad de transmisión de datos (280 Mb / s), un gran volumen de imágenes desde su posición orbital entre 600 y 700 km. de altitud a las estaciones terrestres.

Thales Alenia Space España ya ha terminado de construir el sistema de comunicaciones de imágenes en banda X del satélite Ingenio. Un desarrollo que hará las veces de ‘voz’ del aparato ya que le servirá para transmitir a la Tierra las imágenes y datos que sus instrumentos generen, haciendo así posible la función esencial de la misión.

"Estamos muy orgullosos de suministrar nuestros sistemas de comunicaciones al primer satélite español de observación” declaró Juan Garcés de Marcilla, presidente y director general de Thales Alenia Space España, que siente “satisfacción con este proyecto nacional” porque, en su opinión, permite “mostrar la capacidad tecnológica de nuestra empresa y  en general de la industria del sector espacial español”.

Como recuerda la compañía aeronáutica en un comunicado, el brazo español de la firma es responsable de idear y suministrar los sistemas de comunicaciones de datos en bandas X y S, así como la electrónica de los instrumentos de observación óptica. Una tarea en la que la filial ibérica de la marca tiene sobrada experiencia ya que ya se ha encargado de comunicar otros artefactos como, por ejemplo, el ATV-3.

El sistema de comunicación en banda X es el encargado del envío de datos e imágenes captadas por el instrumento óptico y permite transmitir, gracias a una elevadísima velocidad de transmisión de datos (280 Mb / s), un gran volumen de imágenes desde su posición orbital entre 600 y 700 km. de altitud a las estaciones terrestres.

“Transmitirá 100 imágenes al día con una resolución entre los 2,5 y los 10 metros por píxel y los datos se descargarán (en pases de 10 minutos) sobre las antenas receptoras situadas en las dos estaciones terrenas de control de Maspalomas (Gran Canaria) y Torrejón de Ardoz (Madrid), para ser después utilizadas por los distintos usuarios del sistema”, promete la empresa.

No solo eso. Además, Thales Alenia Space España ultima las actividades de desarrollo, fabricación y pruebas del sistema de comunicación de los datos de Telemetría, Seguimiento y Comando (TTC) en banda S de última generación. Un sistema que permite a las estaciones de Tierra el control del satélite, conocer su estado de salud, su posición exacta y controlar su órbita, y en caso de necesidad, transmitir órdenes operativas y funcionales del satélite y de la misión.

Finalmente, también es la encargada de entregar toda la electrónica del instrumento óptico, incluyendo unidades de detección multiespectral y pancromática, así como la correspondiente unidad de servicios asociados del instrumento.

EN ÓRBITA EN 2014

El lanzamiento de Ingenio está previsto para 2014, es propiedad del Ministerio de Industria. El programa está gestionado por la Agencia Espacial Europea (ESA) por delegación del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI en el marco del Programa Nacional de Observación de la Tierra por Satélite (PNOT), con una participación mayoritaria de la industria nacional.

El satélite, con una vida útil inicial de siete años, estará orientado a usuarios civiles y proporcionará servicios de observación en áreas tales como el control de los desastres ambientales, vigilancia de la superficie terrestre, ocupación del suelo y los recursos naturales, urbanismo y planificación de infraestructuras, evaluación de incendios forestales, controles fronterizos y aumento de la seguridad de nuestras tropas en el exterior.

Fuente: Infoespacial.com

El satélite argentino SAC-D Aquarius de CONAE y NASA cumple un año en órbita

La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) celebra el 11 de junio el primer aniversario en órbita del satélite SAC-D Aquarius, el mayor ingenio espacial desarrollado hasta la fecha por el país para contribuir al estudio del cambio climático a través del estudio de la salinidad de los mares.

El evento principal está programado a las 15:30 horas en la sede de CONAE de Paseo Colón 751 y estará presidido por Conrado Varotto, director ejecutivo y técnico de la institución, aunque también se llevarán a cabo otros actos en las dependencias de la comisión ubicadas en Buenos Aires, Córdoba, Menzona y San Carlos de Bariloche, según informó La Nación.

“En este primer año de vida de la misión SAC-D Aquarius, luego de aquella primera emoción durante el despegue, hemos transitado paso a paso las distintas etapas por las que pasa un satélite de observación de la Tierra hasta estar operativo”, explicó la doctora Sandra Torrusio, investigadora principal de la Misión SAC-D Aquarius de CONAE.

Optimista y positivo se ha mostrado también el ingeniero Daniel Caruso, jefe de proyecto de la Misión SAC-D Aquarius de CONAE: "Mi balance, luego de un año en órbita es muy positivo. Los equipos del satélite están funcionando satisfactoriamente y los objetivos primarios planteados se ven claramente cumplidos”.

La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) celebra el 11 de junio el primer aniversario en órbita del satélite SAC-D Aquarius, el mayor ingenio espacial desarrollado hasta la fecha por el país para contribuir al estudio del cambio climático a través del estudio de la salinidad de los mares.

El evento principal está programado a las 15:30 horas en la sede de CONAE de Paseo Colón 751 y estará presidido por Conrado Varotto, director ejecutivo y técnico de la institución, aunque también se llevarán a cabo otros actos en las dependencias de la comisión ubicadas en Buenos Aires, Córdoba, Menzona y San Carlos de Bariloche, según informó La Nación.

“En este primer año de vida de la misión SAC-D Aquarius, luego de aquella primera emoción durante el despegue, hemos transitado paso a paso las distintas etapas por las que pasa un satélite de observación de la Tierra hasta estar operativo”, explicó la doctora Sandra Torrusio, investigadora principal de la Misión SAC-D Aquarius de CONAE.

Optimista y positivo se ha mostrado también el ingeniero Daniel Caruso, jefe de proyecto de la Misión SAC-D Aquarius de CONAE: "Mi balance, luego de un año en órbita es muy positivo. Los equipos del satélite están funcionando satisfactoriamente y los objetivos primarios planteados se ven claramente cumplidos”.

“Ninguno de los equipamientos del satélite ha sufrido una falla significativa y/o permanente. Este detalle refleja que la selección de componentes y materiales, la fabricación, los ensayos y la integración final de esos equipos y del satélite tuvieron el nivel de calidad adecuado para esta clase de misión”, subrayó.

Asimismo, el experto no ha dudado en recordar que “hasta el presente no se tuvo que utilizar ninguna de las unidades redundantes (software y hardware alternativo para entrar en funcionamiento cuando sea requerido)” por lo que la vida útil de la misión tiene un futuro “más que alentador".

SATISFACCIÓN EN NASA

Por su parte, los portavoces de la NASA, agencia que colabora estrechamente con Argentina en la Misión SAC-D Aquarius, se han mostrado satisfechos a un año vista de la puesta en órbita del satélite argentino.

"El resultado científico más sorprendente y excitante de esta misión es el nivel de detalle que estamos encontrando en las imágenes de salinidad del Aquarius, especialmente en los trópicos, donde se destacan con muy bajos valores de salinidad, las zonas del mar donde desembocan los ríos Amazonas y Orinoco. Estamos monitoreando cómo cambian con el tiempo dichos valores de salinidad, durante estos primeros nueve meses en que hemos recogido datos”, destacó el doctor Gary Lagerloef, investigador principal del programa por parte de la NASA.

El experto estadounidense repasó algunos de las conclusiones más relevantes alcanzadas a la luz de los datos del ingenio, como por ejemplo la “muy cambiante salinidad en la zona tropical del Océano Pacífico” o “los cambios significativos en la salinidad superficial debido a variaciones estacionales de las lluvias tropicales que caen sobre los océanos”.

“Estos son sólo los comienzos de los muchos descubrimientos científicos que el Aquarius proveerá", prometió Lagerloef según recoge un comunicado emitido por CONAE.

La información recolectada por el Aquarius comenzaron a analizarse el pasado mes de abril. "La sinergia entre los científicos de los datos recolectados por el satélite es uno de los principales objetivos desde que se lanza el satélite. Con estos instrumentos estamos en la frontera del conocimiento y son desafíos tanto para la agencia de Argentina como para Canadá, Francia, Italia y Estados Unidos, que encontramos las mismas soluciones para similares problemas", afirmó entonces Varotto.

Fuente: Infoespacial.com

Hallan la galaxia más distante a 12.900 millones años luz de la Tierra

Los telescopios Subaru y Keck han hallado una nueva galaxia situada a 12.900 millones de años luz, lo que la convierte en la más lejana jamás observada. La luz de la galaxia, llamada SXDF-NB1006-2, ha tardado tanto tiempo en llegar hasta los telescopios terrestres, que lo que se está observando actualmente sólo tiene unos pocos miles de millones de años desde el Big Bang, es decir, probablemente sea una de las primeras galaxias que se formaron tras la creación del Universo.

   Los astrónomos que han llevado a cabo este trabajo, publicado en 'Astrophysical Journal', esperan que el estudio de SXDF-NB1006-2 y otros objetos lejanos ayuden a reconstruir lo que ocurrió en los albores del cosmos.

Los telescopios Subaru y Keck han hallado una nueva galaxia situada a 12.900 millones de años luz, lo que la convierte en la más lejana jamás observada. La luz de la galaxia, llamada SXDF-NB1006-2, ha tardado tanto tiempo en llegar hasta los telescopios terrestres, que lo que se está observando actualmente sólo tiene unos pocos miles de millones de años desde el Big Bang, es decir, probablemente sea una de las primeras galaxias que se formaron tras la creación del Universo.

   Los astrónomos que han llevado a cabo este trabajo, publicado en 'Astrophysical Journal', esperan que el estudio de SXDF-NB1006-2 y otros objetos lejanos ayuden a reconstruir lo que ocurrió en los albores del cosmos.

   Actualmente, junto a esta galaxia, los expertos cuentan con el hallazgo realizado a principios de mayo por la Universidad de Arizona de una galaxia que podría encontrarse a 13.000 millones de años luz de la Tierra, aunque los datos aún no están confirmados. Del mismo modo, el equipo del telescopio espacial Hubble anunciaba en 2011 el descubrimiento de una galaxia que podría estar a 13.200 millones de años luz de la Tierra, pero, tras varias investigaciones, sigue siendo un "candidato galaxia" y está pendiente de confirmación.

   Para observar un objeto tan lejano y débil, los científicos tuvieron que recoger la luz a través de los telescopios durante más de 37 horas, dejando que la luz se acumule para lograr ver lo más profundo posible. Los investigadores, dirigidos por Takatoshi Shibuya de la Universidad de Postgrado para Estudios Avanzados en Japón, cuenta 58.733 objetos en la imagen, y se redujo a dos los posibles candidatos a galaxias extremadamente distantes.

Fuente: Europa Press

Afirman que el lago Cheko es el cráter de impacto del Evento Tunguska

Anomalía observada por el equipo en el lago Cheko. Crédito: Geochemistry, Geophysics, Geosystems.

En las primeras horas de la mañana del 30 de junio de 1908, ocurrió una enorme explosión en un remoto lugar de Siberia cerca del río Tunguska Pedregoso. Tan grande fue el estallido que derribó árboles en un patrón circular de más de 2.000 km2 e iluminó el cielo desde partes de Asia a Gran Bretaña. Lo que causó esta explosión nunca ha sido resuelto con firmeza. La mayoría de los investigadores está de acuerdo en que fue resultado de un cometa o meteoroide, con la mayor parte inclinada hacia el primero debido a la falta tanto de un cráter de impacto como de fragmentos de un meteoroide. Ahora, sin embargo, un equipo de investigación de Italia dice que han encontrado pruebas de que fue, de hecho, un meteorito que golpeó la Tierra y que un lago cercano es el cráter de impacto. El equipo publicó los resultados de sus hallazgos en Geochemistry, Geophysics, Geosystems.

Durante años, tanto aficionados como profesionales han debatido sobre la causa del Evento de Tunguska, como ha llegado a ser conocido. Algunos sugieren que fue obra de extraterrestres mientras que otros dicen que fue la manera de Dios para llamar nuestra atención. Los científicos serios, por el contrario, han sugerido que la causa más probable fue un cometa que se fundió y luego se vaporizó al impactar, sin dejar evidencia. Desafortunadamente, esta teoría no explica el hecho de que los científicos hayan encontrado diferencias en los niveles de carbono, nitrógeno e isótopos de hidrógeno y de iridio, provenientes de las regiones cercanas que son similares en algunos aspectos a aquellos encontrados en ciertos asteroides. Además, diminutas partículas que se asemejan a las que componen los meteoritos han sido encontradas en la madera de los árboles caídos. Ninguna de estas pruebas puede descartar nada, sin embargo, podrían significar que fue un cometa que tenía algo de rocas o un meteorito que se vaporizó debido a su suave composición.

Anomalía observada por el equipo en el lago Cheko. Crédito: Geochemistry, Geophysics, Geosystems.

En las primeras horas de la mañana del 30 de junio de 1908, ocurrió una enorme explosión en un remoto lugar de Siberia cerca del río Tunguska Pedregoso. Tan grande fue el estallido que derribó árboles en un patrón circular de más de 2.000 km2 e iluminó el cielo desde partes de Asia a Gran Bretaña. Lo que causó esta explosión nunca ha sido resuelto con firmeza. La mayoría de los investigadores está de acuerdo en que fue resultado de un cometa o meteoroide, con la mayor parte inclinada hacia el primero debido a la falta tanto de un cráter de impacto como de fragmentos de un meteoroide. Ahora, sin embargo, un equipo de investigación de Italia dice que han encontrado pruebas de que fue, de hecho, un meteorito que golpeó la Tierra y que un lago cercano es el cráter de impacto. El equipo publicó los resultados de sus hallazgos en Geochemistry, Geophysics, Geosystems.

Durante años, tanto aficionados como profesionales han debatido sobre la causa del Evento de Tunguska, como ha llegado a ser conocido. Algunos sugieren que fue obra de extraterrestres mientras que otros dicen que fue la manera de Dios para llamar nuestra atención. Los científicos serios, por el contrario, han sugerido que la causa más probable fue un cometa que se fundió y luego se vaporizó al impactar, sin dejar evidencia. Desafortunadamente, esta teoría no explica el hecho de que los científicos hayan encontrado diferencias en los niveles de carbono, nitrógeno e isótopos de hidrógeno y de iridio, provenientes de las regiones cercanas que son similares en algunos aspectos a aquellos encontrados en ciertos asteroides. Además, diminutas partículas que se asemejan a las que componen los meteoritos han sido encontradas en la madera de los árboles caídos. Ninguna de estas pruebas puede descartar nada, sin embargo, podrían significar que fue un cometa que tenía algo de rocas o un meteorito que se vaporizó debido a su suave composición.

El equipo italiano dice que fue un meteorito y afirma que tienen pruebas de su aseveración en forma de una pieza de algo tangible bajo los sedimentos en el fondo del lago Cheko; un lago poco profundo con forma cónica a aproximadamente 8 kilómetros de donde la mayoría cree que fue la zona cero de la explosión.

El equipo llegó a esta conclusión después de realizar mediciones sísmicas en el fondo del lago en 1999, las que mostraron que el sedimento se había estado formando sólo durante unos cien años, lo que, por supuesto, lo ubica cerca del momento en que ocurrió el Evento Tunguska y también entregó evidencia de algo denso cerca del medio del lago.

Dicen que más pruebas salieron a la luz en 2009 cuando regresaron al lago y realizaron un estudio magnético, el que según ellos mostró una anomalía en la misma ubicación en que sus mediciones sísmicas la habían detectado. Ahora, después de tres años más de estudiar la evidencia que reunieron del sitio, han concluido que el lago Cheko es, de hecho, un cráter de impacto y que el denso objeto bajo el lecho del lago es la evidencia.

Por supuesto que otros no están tan seguros, y es probable que sigan siendo escépticos hasta que alguien desentierre el objeto y lo estudie, probando que es nada más que una roca común, o un objeto del espacio que dejó un cráter de impacto cuando chocó con la Tierra hace un siglo, resolviendo finalmente el misterio.

Fuente de este artículo: Cosmo Noticias
Fuente original: Phys.Org

Un encuentro entre dos galaxias deja un ‘puente’ de hidrógeno

Astrónomos el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO) han hallado un 'puente' de hidrógeno en la Vía Láctea que sería el resultado de un "encuentro cercano" entre dos galaxias vecinas hace miles de millones de años. Concretamente, esta huella de gas comunica a la galaxia gigante Andrómeda, también conocida como M31, y la Galaxia del Triángulo o M33.
Las dos galaxias, que se encuentran a 2,6 y 3 millones de años luz, respectivamente, de la Tierra, son miembros del Grupo Local de galaxias que incluye la Vía Láctea. Por su parte, el 'puente' de hidrógeno fue descubierto en 2004 por los astrónomos usando el Westerbork Synthesis Radio Telescope (Países Bajos), sin embargo su origen fue cuestionado e incluso su existencia.

   Ahora, los estudios detallados con el Telescopio Green Bank (GBT) de alta sensibilidad ha confirmado la existencia del 'puente' y ha mostrado seis densos cúmulos de gas en la corriente. Además, las observaciones han determinado que estos grupos comparten aproximadamente la misma velocidad relativa con respecto a la Tierra que las dos galaxias, lo que fortalece el argumento de que son parte de un puente entre los dos.

Astrónomos el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO) han hallado un 'puente' de hidrógeno en la Vía Láctea que sería el resultado de un "encuentro cercano" entre dos galaxias vecinas hace miles de millones de años. Concretamente, esta huella de gas comunica a la galaxia gigante Andrómeda, también conocida como M31, y la Galaxia del Triángulo o M33.
Las dos galaxias, que se encuentran a 2,6 y 3 millones de años luz, respectivamente, de la Tierra, son miembros del Grupo Local de galaxias que incluye la Vía Láctea. Por su parte, el 'puente' de hidrógeno fue descubierto en 2004 por los astrónomos usando el Westerbork Synthesis Radio Telescope (Países Bajos), sin embargo su origen fue cuestionado e incluso su existencia.

   Ahora, los estudios detallados con el Telescopio Green Bank (GBT) de alta sensibilidad ha confirmado la existencia del 'puente' y ha mostrado seis densos cúmulos de gas en la corriente. Además, las observaciones han determinado que estos grupos comparten aproximadamente la misma velocidad relativa con respecto a la Tierra que las dos galaxias, lo que fortalece el argumento de que son parte de un puente entre los dos.

Así lo ha señalado uno de los autores del tranajo, Jay Lockman, quien ha indicado que "las propiedades del hidrógeno indican que estas dos galaxias pueden haber llegado a rozarse en un pasado distante". Del mismo modo, el astrónomo Spencer Wolfe, ha indicado que "el encuentro entre M31 y M33 tuvo que ser hace mucho tiempo porque ninguna de las dos galaxias muestra evidencias de alteración actualmente".

   Del mismo modo, Lockman ha señalado que "el gas que se ha estudiado es muy tenue y su emisión de radio es tan débil que está fuera del alcance de la mayoría de los radiotelescopios".

   La intención del equipo es continuar trabajando con el GBT y "aprender más sobre el gas y sobre las historias orbitales de las dos galaxias", han apuntado los autores. "El estudio de este 'puente' de hidrógeno puede dar una nueva clave para entender la evolución de ambas galaxias", han concluido.

Fuente: Europa Press