Tecnología brasileña blinda cohetes, misiles y satélites de señales externas

Una tecnología desarrollada por investigadores brasileños blinda a equipos estratégicos, como cohetes, satélites y misiles, de la intervención de señales externas que pueden interrumpir su curso, informaron hoy fuentes oficiales.
El sistema de blindaje electromagnética fue desarrollado por investigadores del Instituto de Estudios Avanzados (IEAB), una institución vinculada al Departamento de Ciencia y Tecnología Aeroespacial (DCTA) de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB).

Una tecnología desarrollada por investigadores brasileños blinda a equipos estratégicos, como cohetes, satélites y misiles, de la intervención de señales externas que pueden interrumpir su curso, informaron hoy fuentes oficiales.
El sistema de blindaje electromagnética fue desarrollado por investigadores del Instituto de Estudios Avanzados (IEAB), una institución vinculada al Departamento de Ciencia y Tecnología Aeroespacial (DCTA) de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB).

La tecnología, protegida este mes con una patente expedida por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial, reviste los circuitos electrónicos de sistemas espaciales, como satélites y cohetes, para protegerlos de los ruidos generados por causas externas típicos en sus ambientes.
El blindaje electromagnético funciona en la frecuencia entre 8 y 12 Gigahercios, según el ingeniero Alberto Reis Freitas, investigador del IEAV y responsable por la innovación.
El sistema protege cohetes y vehículos lanzadores de satélites contra fuentes de interferencias naturales, como fenómenos climáticos y magnéticos, y a los sistemas de misiles de contraórdenes electrónicas enviadas por eventuales enemigos.

AVIÓN-COHETE ECOLÓGICO

La compañía constructora de aviones EADS presentó el lunes la maqueta de un avión hipersónico que tardaría unas dos horas y media entre París y Tokio, tendría bajas emisiones de dióxido de carbono y funcionará con biocarburantes a base de algas, hidrógeno y oxígeno.

El avión-cohete, llamado ZEHST, volará a 5.000 kilómetros por hora y  32 kilómetros de altura, gracias a tres motores (uno de oxígeno, otro de hidrógeno, y uno más grande –con los dos componentes– utilizado en los cohetes espaciales Ariane), el despegue será clásico y cuando llegue a los 23 kilómetros de altitud, se activan un par de motores laterales.

La compañía constructora de aviones EADS presentó el lunes la maqueta de un avión hipersónico que tardaría unas dos horas y media entre París y Tokio, tendría bajas emisiones de dióxido de carbono y funcionará con biocarburantes a base de algas, hidrógeno y oxígeno.

El avión-cohete, llamado ZEHST, volará a 5.000 kilómetros por hora y  32 kilómetros de altura, gracias a tres motores (uno de oxígeno, otro de hidrógeno, y uno más grande –con los dos componentes– utilizado en los cohetes espaciales Ariane), el despegue será clásico y cuando llegue a los 23 kilómetros de altitud, se activan un par de motores laterales.

Según portavoces de EADS, el ZEHST tendrá 80 metros de largo y de 35 a 40 metros de envergadura y podría volar hasta 10.000 kilómetros de forma independiente.

Por su parte el director general de Tecnología e Innovación de EADS Jean Botti, declaró “los motores del ZEHST son totalmente limpios y no emitirán más que vapor de agua. Es más viable comenzar con naves de baja capacidad para implementar poco a poco una tecnología basada en carburantes ecológicos”.

Rusia pone en orbita cinco satélites

Un cohete ruso Soyuz-FG lanzado desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) puso hoy en órbita cinco satélites con ayuda de un bloque acelerador Fregat, informó Roscosmos, la agencia espacial de Rusia.
Un cohete ruso Soyuz-FG lanzado desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) puso hoy en órbita cinco satélites con ayuda de un bloque acelerador Fregat, informó Roscosmos, la agencia espacial de Rusia.
"Los cinco aparatos se separaron con éxito del bloque acelerador a la hora programada", dijo un portavoz de Roscosmo a la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.

Un cohete ruso Soyuz-FG lanzado desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) puso hoy en órbita cinco satélites con ayuda de un bloque acelerador Fregat, informó Roscosmos, la agencia espacial de Rusia.
Un cohete ruso Soyuz-FG lanzado desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) puso hoy en órbita cinco satélites con ayuda de un bloque acelerador Fregat, informó Roscosmos, la agencia espacial de Rusia.
"Los cinco aparatos se separaron con éxito del bloque acelerador a la hora programada", dijo un portavoz de Roscosmo a la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.

El Fregat llevaba enganchados dos satélites rusos y tres aparatos de otros países: Bielorrusia, Canadá y Alemania.
Los dos satélites rusos -el Canopus-B y el MKA-FKI- y el bielorruso -el BKA- están destinado al sondeo de la Tierra, mientras que canadiense -el ADS-1B- permitirá la identificación automática de los barcos mercantes por sus señales de radio, y el alemán -el TET-1- tiene como misión probar nuevas tecnologías de vuelo.
El lanzamiento de estos cinco aparatos, previsto inicialmente para el primer semestre de este año, fue aplazado en varias ocasiones debido a que Kazajistán se negaba a dar su visto bueno.
El país centroasiático, en cuyo territorio de encuentra Baikonur, argumentó su postura con la ausencia de un acuerdo intergubernamental ruso-kazajo sobre la zona de la caída de las etapas del cohete portador.
A mediado de junio pasado, tras reunirse con su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, el primer ministro kazajo, Karim Masímov, autorizó el lanzamiento del Soyuz-FG.

 

Del telescopio Hubble

Usando datos proporcionados por el Telescopio Espacial Hubble, de la NASA, un equipo internacional de astrónomos ha logrado una observación sin precedentes al detectar cambios importantes en la atmósfera de un planeta localizado fuera del sistema solar.

Los científicos arribaron a la conclusión de que las variaciones atmosféricas ocurrieron como respuesta a una poderosa erupción en la estrella anfitriona, evento que fue observado por el satélite Swift, de la NASA. La erupción estelar, la cual golpeó al planeta con una potencia que se puede comparar con 3 millones de erupcións de clase X de nuestro Sol, arrancó material de la atmósfera del planeta (al menos mil toneladas por segundo).

Usando datos proporcionados por el Telescopio Espacial Hubble, de la NASA, un equipo internacional de astrónomos ha logrado una observación sin precedentes al detectar cambios importantes en la atmósfera de un planeta localizado fuera del sistema solar.

Los científicos arribaron a la conclusión de que las variaciones atmosféricas ocurrieron como respuesta a una poderosa erupción en la estrella anfitriona, evento que fue observado por el satélite Swift, de la NASA. La erupción estelar, la cual golpeó al planeta con una potencia que se puede comparar con 3 millones de erupcións de clase X de nuestro Sol, arrancó material de la atmósfera del planeta (al menos mil toneladas por segundo).

El exoplaneta en cuestión es HD 189733b, un gigante gaseoso similar a Júpiter pero que es un 14% más grande y más masivo. El planeta orbita su estrella a una distancia de sólo 4,8 millones de kilómetros (3 millones de millas), lo que es alrededor de 30 veces más cerca de lo que la Tierra está del Sol, y completa una órbita cada 2,2 días. La estrella, llamada HD 189733A, tiene aproximadamente el 80% del tamaño y la masa de nuestro Sol.

Ver:  http://www.nasa.gov/multimedia/videogallery/index.html?media_id=147396961

Extrañas formas de vida descubiertas en Argentina y Chile

Las increíblemente secas laderas de los más altos volcanes en la región de Atacama, donde el equipo de Steve Schmidt y Ryan Lynch, de la Universidad de Colorado en Boulder, recolectaron las muestras de suelo, son lo menos parecido a un medio apto para la vida. Gran parte de la escasa nieve que cae sobre el terreno se sublima regresando a la atmósfera poco después de tocar el estéril suelo, que está tan agotado de nutrientes, que los niveles de nitrógeno, en las muestras obtenidas, estaban por debajo de los límites convencionales de detección.

Por si fuera poco, la radiación ultravioleta en el entorno de gran altitud puede ser dos veces más intensa que en un desierto de baja altitud. Las temperaturas también son hostilmente cambiantes: Durante la permanencia de los investigadores en el lugar, la temperatura descendió a 10 grados centígrados bajo cero (14 grados Fahrenheit) una noche y superó los 56 grados centígrados (133 grados Fahrenheit) al día siguiente.

Es inexplicable cómo los organismos descubiertos pueden sobrevivir en esas circunstancias. Aunque Ryan, Schmidt y sus colegas buscaron genes propios de la fotosíntesis y examinaron las células utilizando técnicas fluorescentes en busca de clorofila, no pudieron encontrar evidencia de que los microorganismos sean fotosintéticos.
Los investigadores creen que los microbios podrían generar lentamente su energía mediante reacciones químicas que extraigan energía y carbono de briznas de gases como el monóxido de carbono y el dimetilsulfuro, que circulan por esas desoladas zonas montañosas. El proceso no tiene un gran rendimiento energético, pero podría ser suficiente ya que la energía se acumula con el paso del tiempo.

Las increíblemente secas laderas de los más altos volcanes en la región de Atacama, donde el equipo de Steve Schmidt y Ryan Lynch, de la Universidad de Colorado en Boulder, recolectaron las muestras de suelo, son lo menos parecido a un medio apto para la vida. Gran parte de la escasa nieve que cae sobre el terreno se sublima regresando a la atmósfera poco después de tocar el estéril suelo, que está tan agotado de nutrientes, que los niveles de nitrógeno, en las muestras obtenidas, estaban por debajo de los límites convencionales de detección.

Por si fuera poco, la radiación ultravioleta en el entorno de gran altitud puede ser dos veces más intensa que en un desierto de baja altitud. Las temperaturas también son hostilmente cambiantes: Durante la permanencia de los investigadores en el lugar, la temperatura descendió a 10 grados centígrados bajo cero (14 grados Fahrenheit) una noche y superó los 56 grados centígrados (133 grados Fahrenheit) al día siguiente.

Es inexplicable cómo los organismos descubiertos pueden sobrevivir en esas circunstancias. Aunque Ryan, Schmidt y sus colegas buscaron genes propios de la fotosíntesis y examinaron las células utilizando técnicas fluorescentes en busca de clorofila, no pudieron encontrar evidencia de que los microorganismos sean fotosintéticos.
Los investigadores creen que los microbios podrían generar lentamente su energía mediante reacciones químicas que extraigan energía y carbono de briznas de gases como el monóxido de carbono y el dimetilsulfuro, que circulan por esas desoladas zonas montañosas. El proceso no tiene un gran rendimiento energético, pero podría ser suficiente ya que la energía se acumula con el paso del tiempo.

Mientras que el suelo normal tiene miles de especies microbianas en sólo un gramo, y los suelos de jardín aún más, la nueva investigación sugiere que muy pocas especies tienen su hogar en el suelo árido de las montañas de Atacama. Encontrar una comunidad dominada por menos de 20 especies es sorprendente para un microbiólogo de los suelos, tal como subraya Schmidt.

En las montañas como los volcanes Llullaillaco y Socompa, la alta radiación ultravioleta y las temperaturas extremas hacen el lugar inhóspito para casi cualquier microorganismo que quede expuesto al aire libre demasiado tiempo. Este entorno es tan dañino, que muchos de los microorganismos que, llevados por el viento, acaban aterrizando en estos páramos, perecen muy pronto.

El siguiente paso para los investigadores será realizar experimentos de laboratorio utilizando una incubadora que imite las fluctuaciones extremas de temperatura, para comprender mejor cómo puede un organismo vivir en un ambiente tan hostil. Estudiar los microbios y entender cómo pueden prosperar en un ambiente tan extremo, puede ayudar a conocer mejor las fronteras de la vida. Existe la posibilidad de que algunos de los extremófilos del lugar sean capaces de utilizar procesos metabólicos de conversión energética desconocidos hasta ahora.

Schmidt también está trabajando con astrobiólogos en un intento de reconstruir el medio ambiente que pudo poseer Marte en el pasado. Los terrenos de esos volcanes de Atacama, con su atmósfera enrarecida y su elevada radiación, figuran entre los lugares de la Tierra que más se parecen al Planeta Rojo.

En la investigación, también han trabajado María Farías del Laboratorio de Investigaciones Microbiológicas de Lagunas Andinas, dependiente del CONICET, en Tucumán, Argentina; Christian Vitry del Museo de Arqueología de Alta Montaña en Salta, Argentina; Andrew King de la CSIRO (por las siglas de Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation) en Australia; y Preston Sowell de Geomega, una empresa de consultoría medioambiental con sede en Boulder, Colorado, Estados Unidos.

Fuente: NCYT