Alfa Centauro podría tener un planeta como el nuestro

Un grupo de astrónomos lidereados por Xavier Dumusque del Observatorio de Ginebra en la Universidad de Oporto dieron a conocer hace unas horas que encontraron señales de un planeta con masa y tamaño similar a la Tierra alrededor de nuestro vecino estelar más cercano, Alfa Centauro.

Esta estrella en realidad son dos, la vemos como una sola por que están muy juntas, pero con un buen telescopio se puede ver que son dos. Una, Alfa Centauro A, es un poco más grande que nuestro Sol, como 10% más grande. La otra, Alfa Centauro B, es un poco más que pequeña que el Sol, como 10% más pequeña. Las dos orbitan entre sí a una distancia que va más o menos de la del Sol a Saturno hasta un poco más lejos de lo que está Neptuno. Alrededor de estas dos hay otra pequeñita que se llama Próxima Centauro, una enana roja que por el momento es la estrella más cercana al Sol. Mira puedes ver como es en esta infografía.

Pues resulta que los astrónomos estuvieron viendo estas estrellas usando el Observatorio Europeo del Sur en el Observatorio de la Silla en Chile y en particular un instrumento llamado Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión, o HARPS para los amigos, percibieron una pequeña variación en la velocidad de Alfa Centauro B, que persistió después de eliminar todas las otras cosas conocidas de este sistema. Una vez eliminado lo conocido lo que queda debe ser desconocido y lo que mejor se ajusta al patrón de esta variación es un planeta de la misma masa que el nuestro, orbitando a una distancia de 6 millones de kilómetros de esta estrella y tarda solo 3.2 días en darle la vuelta.

Un grupo de astrónomos lidereados por Xavier Dumusque del Observatorio de Ginebra en la Universidad de Oporto dieron a conocer hace unas horas que encontraron señales de un planeta con masa y tamaño similar a la Tierra alrededor de nuestro vecino estelar más cercano, Alfa Centauro.

Esta estrella en realidad son dos, la vemos como una sola por que están muy juntas, pero con un buen telescopio se puede ver que son dos. Una, Alfa Centauro A, es un poco más grande que nuestro Sol, como 10% más grande. La otra, Alfa Centauro B, es un poco más que pequeña que el Sol, como 10% más pequeña. Las dos orbitan entre sí a una distancia que va más o menos de la del Sol a Saturno hasta un poco más lejos de lo que está Neptuno. Alrededor de estas dos hay otra pequeñita que se llama Próxima Centauro, una enana roja que por el momento es la estrella más cercana al Sol. Mira puedes ver como es en esta infografía.

Pues resulta que los astrónomos estuvieron viendo estas estrellas usando el Observatorio Europeo del Sur en el Observatorio de la Silla en Chile y en particular un instrumento llamado Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión, o HARPS para los amigos, percibieron una pequeña variación en la velocidad de Alfa Centauro B, que persistió después de eliminar todas las otras cosas conocidas de este sistema. Una vez eliminado lo conocido lo que queda debe ser desconocido y lo que mejor se ajusta al patrón de esta variación es un planeta de la misma masa que el nuestro, orbitando a una distancia de 6 millones de kilómetros de esta estrella y tarda solo 3.2 días en darle la vuelta.

 

Antes de preparar las maletas e ir a comprar un boleto para visitar, toma en cuenta que esa distancia hace que la superficie del planeta esté a más de 1000 grados Celsius, lo más seguro es que no le quede atmósfera y la superficie sea de roca fundida, lava.

De todos modos la comunidad científica está emocionada porque, bueno, para empezar se emocionan fácilmente y, además, donde hay un planeta hay más. Durante mucho tiempo se ha especulado sobre la posibilidad de un planeta o dos que puedan estar en las zonas de habitabilidad de estas estrellas. Aunque algunos dicen que es muy poco probable porque la gravitación de las dos estrellas hubieran impedido que se formara algún planeta, otros decían que entre las dos había suficiente espacio para que hubieran planetas terrestres.

La tecnología que tenemos no es suficientemente buena para descubrir un planeta como el nuestro dentro de la zona habitable de estas estrellas; y este nuevo planeta podría no ser tal, la señal es muy débil y con mayores análisis se puede descubrir que se trata de otra cosa, pero seguro durante los próximos años se explorará Alfa Centauro más detenidamente.

Fuente: Vaca Cosmica

Lluvia de las Orionidas 2012

Se espera que en 2012 la actividad esté en torno a una THZ de 25 meteoros/hora, con máximo el 21 de Octubre. Por tanto, la observación se podrá realizar del sábado al domingo, oportunidad de no debemos desaprovechar.

    La actividad de las Oriónidas en el 2006 fue mayor de THZ 60 meteoros/hora durante tres días, con una relación poblacional muy baja, de 1.6 (meteoros brillantes y algunos bólidos). En el estudio publicado en WGN de abril de 2007, escrito por Jürgen Rendtel, se observó que una parte de las partículas han sido resonantes con Júpiter, y que fueron éstas las que produjeron esas tasas elevadas.

    En el 2007, la actividad fue incluso algo mayor, con THZ de 80 meteoros por hora, lo que correspondió con la fecha del  22 de octubre sobre las 8h TU. Nuevamente se observó que este aumento de la actividad coincidía con el modelo de Sato & Wanatabe (2007). La actividad observada fue producida por partículas eyectadas desde el núcleo de cometa 1P/Halley hace 30 – 45 órbitas.

    Los estudios visuales del 2006 y 2007  confirman que esta actividad es mucho mayor que la observada en los últimos 50 años, y estudiada en una artículo previo escrito por Diubetis en 2003 en WGN, revista de IMO.  Esta actividad media es de 20 ó 30 meteoros por hora.

    Según los estudios orbitales del Halley realizados por  Sato & Wanatabe en el 2007, que hasta ahora se están confirmando, predicen que esta alta actividad se mantendrá hasta el 2011, de ahí que se requiera intenso seguimiento visual ese este periodo a pesar de que las condiciones lunares no sean las más adecuadas en algunos años.

Se espera que en 2012 la actividad esté en torno a una THZ de 25 meteoros/hora, con máximo el 21 de Octubre. Por tanto, la observación se podrá realizar del sábado al domingo, oportunidad de no debemos desaprovechar.

    La actividad de las Oriónidas en el 2006 fue mayor de THZ 60 meteoros/hora durante tres días, con una relación poblacional muy baja, de 1.6 (meteoros brillantes y algunos bólidos). En el estudio publicado en WGN de abril de 2007, escrito por Jürgen Rendtel, se observó que una parte de las partículas han sido resonantes con Júpiter, y que fueron éstas las que produjeron esas tasas elevadas.

    En el 2007, la actividad fue incluso algo mayor, con THZ de 80 meteoros por hora, lo que correspondió con la fecha del  22 de octubre sobre las 8h TU. Nuevamente se observó que este aumento de la actividad coincidía con el modelo de Sato & Wanatabe (2007). La actividad observada fue producida por partículas eyectadas desde el núcleo de cometa 1P/Halley hace 30 – 45 órbitas.

    Los estudios visuales del 2006 y 2007  confirman que esta actividad es mucho mayor que la observada en los últimos 50 años, y estudiada en una artículo previo escrito por Diubetis en 2003 en WGN, revista de IMO.  Esta actividad media es de 20 ó 30 meteoros por hora.

    Según los estudios orbitales del Halley realizados por  Sato & Wanatabe en el 2007, que hasta ahora se están confirmando, predicen que esta alta actividad se mantendrá hasta el 2011, de ahí que se requiera intenso seguimiento visual ese este periodo a pesar de que las condiciones lunares no sean las más adecuadas en algunos años.

Esta resonancia, según los modelos, hará que la actividad baje de nivel paulatinamente en los próximos años, ya que no está claro que exista una periodicidad de 12 de años en el nivel de actividad debido a la resonancia con Júpiter, pero se espera que en 2012 la actividad esté en torno a una THZ de 25 meteoros/hora el 21 de Octubre.

    Cualquier tipo de observación será bien recibida en futuros estudios. El periodo de  actividad de la lluvia será desde el 2 de octubre al 7 de Noviembre.

     Recomendamos revisar la documentación disponible en nuestra web acerca de cómo hacer correctamente la observación visual y remitir datos a la International Meteor Organization.

Fuente: http://www.somyce.org

Descubren un planeta con cuatro soles

Un grupo de astrónomos descubrió un planeta cuyos cielos están iluminados por cuatro soles distintos. Se trata del primero en su tipo que orbita un par de estrellas y también tiene un segundo par estelar girando a su alrededor.

Un grupo de astrónomos descubrió un planeta cuyos cielos están iluminados por cuatro soles distintos. Aún se desconoce cómo el planeta -parecido a Neptuno- ha conseguido evitar ser arrastrado por las fuerzas gravitatorias generadas por sus cuatro estrellas.

El hallazgo fue realizado por dos voluntarios a través del sitio web Planethunters.org. Ellos mismos bautizaron el planeta con el nombre de PH1.
Se cree que se trata de un “gigante gaseoso”, situado a menos de 5.000 años luz de distancia, ligeramente más grande que Neptuno pero más de seis veces el tamaño de la Tierra.

“No hace falta ir muy atrás para saber que hay muchos aspectos que hubiesen podido jugar en contra de este sistema”, explicó a la BBC Chris Lintott, de la Universidad de Oxford.

“Las cuatro estrellas que tiran de él crean un ambiente muy complicado. Y a pesar de ello, el planeta se encuentra en una órbita aparentemente estable”.

“Es realmente confuso y eso es precisamente lo que hace que este descubrimiento sea tan divertido. No se parece a lo que podríamos haber esperado”.

Un grupo de astrónomos descubrió un planeta cuyos cielos están iluminados por cuatro soles distintos. Se trata del primero en su tipo que orbita un par de estrellas y también tiene un segundo par estelar girando a su alrededor.

Un grupo de astrónomos descubrió un planeta cuyos cielos están iluminados por cuatro soles distintos. Aún se desconoce cómo el planeta -parecido a Neptuno- ha conseguido evitar ser arrastrado por las fuerzas gravitatorias generadas por sus cuatro estrellas.

El hallazgo fue realizado por dos voluntarios a través del sitio web Planethunters.org. Ellos mismos bautizaron el planeta con el nombre de PH1.
Se cree que se trata de un “gigante gaseoso”, situado a menos de 5.000 años luz de distancia, ligeramente más grande que Neptuno pero más de seis veces el tamaño de la Tierra.

“No hace falta ir muy atrás para saber que hay muchos aspectos que hubiesen podido jugar en contra de este sistema”, explicó a la BBC Chris Lintott, de la Universidad de Oxford.

“Las cuatro estrellas que tiran de él crean un ambiente muy complicado. Y a pesar de ello, el planeta se encuentra en una órbita aparentemente estable”.

“Es realmente confuso y eso es precisamente lo que hace que este descubrimiento sea tan divertido. No se parece a lo que podríamos haber esperado”.

El trabajo de los voluntarios

Las estrellas binarias -sistemas con pares de estrellas- son comunes. Sin embargo, sólo un puñado de planetas han logrado orbitar en ellos. Y, además, no existe la certeza de que ninguno de ellos tenga otro par de estrellas girando alrededor.

Al ser cuestionado acerca de cómo el planeta sobrevive sin ser arrastrado, Lintott dice: “hay otros seis planetas bien establecidos alrededor de estrellas dobles y todos están muy cerca de las estrellas. Creo que lo que esto nos está diciendo es que los planetas pueden formarse en el interior de los discos protoplanetarios (la nube de gas denso que da lugar a los sistemas planetarios).

“Los planetas se están formando de manera estrecha y son capaces de aferrarse a una órbita estable allí. Un hecho que probablemente tenga implicaciones sobre cómo se forman los planetas en otros lugares”.

PH1 fue descubierto por dos voluntarios estadounidenses, a través de Planethunters.org: Kian Jek de San Francisco y Roberto Gagliano de Cottonwood, Arizona.

Ambos identificaron leves disminuciones de luz generadas cuando el planeta pasaba por delante de sus estrellas madre. El equipo de astrónomos profesionales luego confirmó el descubrimiento utilizando los telescopios Keck en Mauna Kea, Hawaii.

Telescopio Kepler

El descubrimiento se apoyó en información recogida por el telescopio Kepler de la Nasa.

Fundada en 2010, Planethunters.org intenta aprovechar los patrones de reconocimiento para identificar tránsitos, recogidos por el telescopio espacial Kepler de la Nasa.

Kepler fue lanzado en marzo de 2009 para buscar planetas similares a la Tierra que orbitan otras estrellas.

Los visitantes de la página web tienen acceso a datos seleccionados de forma aleatoria, provenientes de una de las estrellas estudiadas por Kepler.

A los voluntarios se les pide que dibujen cuadros para marcar las ubicaciones de los tránsitos visibles: cuando un planeta pasa frente a su estrella madre. Desde diciembre de 2010, más de 170.000 internautas han participado en el proyecto.

Fuente: AIM Digital

Luna llena… de agua

Hallan agua en el interior de cristales de la superficie lunar

La superficie de nuestro satélite contiene cristales con restos significativos de agua en su interior, transportada en forma de iones de hidrógeno por el viento solar, informa la revista científica 'Nature Geoscience'. No obstante, el agua lunar tiene una composición diferente a la de la Tierra.

La geóloga Yang Liu y sus colegas de la Universidad de Tennessee (EE.UU.) analizaron muestras de la superficie lunar traídas a la Tierra por las misiones Apollo, la mayoría de ellas por el astronauta Neil Armstrong, y vieron que contenían restos de agua en algunos de sus componentes.

El análisis de las muestras puso al descubierto similitudes entre estos restos de agua y los iones de hidrógeno presentes en el viento solar, lo que induce a creer que fue este viento el responsable de transportar iones de hidrógeno hasta la Luna.

Hallan agua en el interior de cristales de la superficie lunar

La superficie de nuestro satélite contiene cristales con restos significativos de agua en su interior, transportada en forma de iones de hidrógeno por el viento solar, informa la revista científica 'Nature Geoscience'. No obstante, el agua lunar tiene una composición diferente a la de la Tierra.

La geóloga Yang Liu y sus colegas de la Universidad de Tennessee (EE.UU.) analizaron muestras de la superficie lunar traídas a la Tierra por las misiones Apollo, la mayoría de ellas por el astronauta Neil Armstrong, y vieron que contenían restos de agua en algunos de sus componentes.

El análisis de las muestras puso al descubierto similitudes entre estos restos de agua y los iones de hidrógeno presentes en el viento solar, lo que induce a creer que fue este viento el responsable de transportar iones de hidrógeno hasta la Luna.

"El bombardeo del viento solar es un proceso constante. En la actualidad necesitamos reconsiderar nuestro concepto sobre presencia de agua en nuevos lugares del Sistema Solar", subrayó Liu.

En 2009 la NASA confirmó que la Luna contiene grandes cantidades de agua. La misión 'Satélite de Observación y Detección de Cráter Lunar’ (LCROSS, según sus siglas en ingles) llevada a cabo en octubre de ese año consistió en impactar contra el polo sur de la Luna un cohete de más de dos toneladas, lo que levantó el terreno y permitió que un pequeño satélite de la NASA recogiera muestras y las enviara a la tierra.

Si bien es cierto que los científicos siempre pensaron que en el satélite terrestre no había agua, a lo largo de la década de 1990 la NASA comenzó a detectar evidencias indirectas de su presencia en la Luna. La Misión LCROSS fue diseñada para poner fin a esta especulación.

Fuente: RT

Rusia posará una ‘antena’ sobre Apophis, el asteroide que amenaza la Tierra

Apophis pasando cerca de la Tierra en 2010

Existe la posibilidad de que el asteroide colisione con nuestro planeta en 2036, lo que podría tener consecuencias catastróficas.

Roscosmos, la Agencia Espacial Federal de Rusia, planea enviar una misión a Apophis, el asteroide que puede cambiar su curso y colisionar con la Tierra. Para realizar su seguimiento plantará una radiobaliza sobre el cuerpo celeste.

La noticia de la existencia del asteroide, de 300 metros de diámetro, dio la vuelta al mundo en 2004 cuando la NASA informó sobre la probabilidad de que impactara contra nuestro planeta en 2029. A pesar de que observaciones posteriores demostraron que pasará a una distancia de unos 36.000 kilómetros de la Tierra, el campo gravitatorio de nuestro planeta podría modificar la trayectoria del Apophis y su nuevo acercamiento para 2036 podría terminar en desastre.

Para evaluar mejor los riesgos que supone el meteorito para nuestra civilización, Roscosmos planea lanzar una misión robótica al asteroide, informó Vladimir Popovkin, jefe de la agencia. El plan consiste en "posar un módulo en la superficie de Apophis y establecer allí un radiofaro”, ha anunciado Popovkin en el Instituto de Investigación Espacial en Moscú.

La misión, que se pondrá en marcha después de 2020, permitirá recibir las señales, de tal forma que los astrónomos puedan calcular mejor el movimiento del asteroide y el efecto del sobrevuelo cerca de la Tierra en 2029.

Apophis pasando cerca de la Tierra en 2010

Existe la posibilidad de que el asteroide colisione con nuestro planeta en 2036, lo que podría tener consecuencias catastróficas.

Roscosmos, la Agencia Espacial Federal de Rusia, planea enviar una misión a Apophis, el asteroide que puede cambiar su curso y colisionar con la Tierra. Para realizar su seguimiento plantará una radiobaliza sobre el cuerpo celeste.

La noticia de la existencia del asteroide, de 300 metros de diámetro, dio la vuelta al mundo en 2004 cuando la NASA informó sobre la probabilidad de que impactara contra nuestro planeta en 2029. A pesar de que observaciones posteriores demostraron que pasará a una distancia de unos 36.000 kilómetros de la Tierra, el campo gravitatorio de nuestro planeta podría modificar la trayectoria del Apophis y su nuevo acercamiento para 2036 podría terminar en desastre.

Para evaluar mejor los riesgos que supone el meteorito para nuestra civilización, Roscosmos planea lanzar una misión robótica al asteroide, informó Vladimir Popovkin, jefe de la agencia. El plan consiste en "posar un módulo en la superficie de Apophis y establecer allí un radiofaro”, ha anunciado Popovkin en el Instituto de Investigación Espacial en Moscú.

La misión, que se pondrá en marcha después de 2020, permitirá recibir las señales, de tal forma que los astrónomos puedan calcular mejor el movimiento del asteroide y el efecto del sobrevuelo cerca de la Tierra en 2029.

Otros proyectos rusos
Popovkin también mencionó otros planes a medio plazo de Roscosmos. Estos incluyen un orbitador alrededor de Venus que planean lanzar entre 2020 y 2025, y que se encargará de estudiar la atmósfera del planeta.

Otro objetivo es la luna de Júpiter, Ganímedes, a la que planean enviar una nave espacial en 2022 para buscar indicios de vida. Actualmente se discute una posible colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA, según sus siglas en inglés), que tiene un proyecto similar.

Rusia también planea una nueva misión a Marte. Popovkin dijo que después del fracaso de Fobos-Grunt, en noviembre de 2011, los ingenieros han aprendido de los errores de aquella tentativa de llegar a la luna marciana.

Un plan más inmediato es la misión ‘Luna Glob’ prevista para finales de 2015 en el que se prevé una posible extracción de agua de nuestro satélite.

Fuente: RT