
El astrónomo argentino Ezequiel Treister tiene sólo 32 años y ya ha recorrido varias partes del Universo observándolo a través de telescopios ubicados, entre otros países, en el norte de Chile y en Hawaï.
¿Qué lo motivó a estudiar astronomía?
Siempre, desde muy chico, me interesó entender como funcionaban las cosas. Con el correr del tiempo me fui interesando cada vez más en la física y luego en la astronomía, que trata de entender como funciona el Universo, que es lo más grande que tenemos. Por otra parte, la astronomía se conecta directamente con las preguntas más fundamentales que nos podemos hacer como seres humanos: ¿de dónde venimos? ¿Hacia donde vamos?
Su tema de investigación específico son los agujeros negros supermasivos. ¿Podría definirlos?
Son objetos que tienen más de un millón de veces la masa del Sol y pueden llegar a los 10.000 millones de masas solares. El caso mejor estudiado está en el centro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, donde sabemos que hay un agujero negro supermasivo de aproximadamente 4 millones de masas solares.
¿En qué otros lugares hay agujeros negros supermasivos?
En los centros de (casi) todas las galaxias y por lo tanto son objetos comunes y probablemente relacionados con la formación y la evolución de las galaxias que los hospedan. Mi trabajo consiste en tratar de entender como se formaron y crecieron estos agujeros negros y su relación con la evolución galáctica.



