De visita en nuestro país, el creador de los nuevos trajes espaciales que está probando la NASA, brindó una conferencia en el Planetario de Buenos Aires, donde dejó sus impresiones de los próximos avances espaciales.
Pablo de León es un ingeniero espacial argentino. Pero se lo conoce como «el sastre de la NASA», por los últimos desarrollos exitosos de trajes espaciales, financiados por la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos.
Actualmente, De León dirige el Laboratorio de Vuelos Espaciales Tripulados y es investigador principal del proyecto de la NASA «Estación multi-propósito para misiones futuras al planeta Marte» en la Universidad de Dakota del Norte y en el Centro Espacial Kennedy, en los Estados Unidos.
Pablo de León se presentó en el Planetario de Buenos Aires donde brindó una charla sobre los próximos viajes espaciales
Pero dos o tres veces por año, este ingeniero argentino que vive con su esposa e hija en EEUU, vuelve a la Argentina para verse con sus amigos, familia y colegas. También aprovecha para dar charlas sobre las continuas actualizaciones espaciales de las que está tan al tanto.
Y la última ocurrió esta semana en el Planetario de la ciudad de Buenos Aire, Galileo Galilei, donde presentó una conferencia bajo el título «Ciudades del futuro, el establecimiento de la vida más allá de la Tierra», en el marco de los encuentros BA Lab, el nuevo espacio público de innovación permanente que invita a reflexionar a través de la experiencia, acerca de la ciudad del futuro que construimos cada día.
El ingeniero argentino diseña trajes espaciales para la NASA que son probados en superficies extremas
Durante la charla que se prolongó casi dos horas, De León volcó su pasión por la ingeniería espacial, la historia de los vuelos espaciales y un adelanto de lo que serán las próximas misiones del hombre a la Luna y Marte.
«El próximo paso del hombre es alejarse de los 400 km de la Tierra, donde hoy vive en orbita dentro de la Estación Espacial Internacional para poder alcanzar distancias mas profundas. Volver a la Luna y visitar por primera vez nuestro vecino planeta Marte», afirmó a Infobae el ingeniero espacial argentino.
Pero la empresa no es sencilla. «Se deben estudiar y perfeccionar en los próximos años las interfaces sencillas de los aparatos, los sistemas multipropósitos, que haya compatibilidad en las naves espaciales, la asistencia de Inteligencia Artificial en la cápsula y cohetes, los sistemas autónomos para viajar, la logística de comunicación para que sea robusto y confiable el sistema, y cientos de cosas más», apuntó.
Y enseguida afirmó que «los robots nos ayudan a diseñar la arquitectura del sistema para que se permita el avance humano y su presencia en distintos puntos espaciales, como Marte».
Nuevo paradigma espacial
De León no dudó en afirmar que en los últimos cinco años se está viviendo un nuevo paradigma espacial, con la irrupción del sector privado en la carrera del hombre en el espacio. «Hay un cambio de paradigma en el programa espacial de EEUU. Su desarrollo en los últimos años ha sido muy grande. Primero con el Space Ship One, que obutvo en 2004 el X Prize, un premio de diez millones de dólares para hacer un salto orbital de 100 km distante de la Tierra, sólo un año después de la tragedia del transbordador Columbia», explicó.
También mencionó la aparición en escena de la empresa Blue Origin, de Jeff Bezos, fundador de Amazon. Y por supuesto el innovador empresario Elon Musk, dueño de Space X, que hoy es el principal proveedor de la NASA y realiza envíos de material (comida, piezas y más) a la Estación Espacial Internacional y lanzamientos de satélites privados.
«Hace 3 años, Rusia tenía el 63% de los lanzamientos de satélites o cargas espaciales. Pero hoy en día el 73% es por medio de Space X. Un cambio radical que indica una nueva tendencia», sostuvo.
Y contó una divertida anécdota: «Una vez, hace más de 10 años estaba recorriendo el Centro Espacial Kennedy por cuestiones laborales y me encontré a un grupo de jóvenes armando un cohete. Era el Falcón 9, de Space X. Los veía con la remachadora en la mano y pensaba: ´Estos nunca van a llegar al espacio así´. Y hoy son líderes en lanzamientos espaciales».
De León, destinó una gran parte de la charla para explicar cómo sería en un futuro cercano un viaje a Marte: «Debemos aprender más del comportamiento del hombre en el espacio. Las misiones espaciales durarán más de dos años para ir, permanecer al menos seis meses en Marte y volver al planeta Tierra. Es muy complejo en términos operativos, ya que hay que tener en cuenta los factores ambientales en el espacio, como la falta de oxígeno, de gravedad, de alimentos, de agua, y la radiación espacial, entre varias cosas más de las que no estamos acostumbrados a que nos falte en nuestro planeta», precisó.
«Por eso es más fácil enviar sondas y robots al espacio. Pero la naturaleza del hombre nos impulsa a vivir esa experiencia y a viajar. A salir de nuestro hogar para explorar más allá», agregó el especialista.
Al concluir la charla, de León se dedicó a contestar preguntas por fuera del auditorio del Planetario, sacarse fotos con sus fans y firmar libros. Y prometió volver para seguir difundiendo su saber y los avances más recientes de la NASA y los nuevos actores espaciales.
Bio de un experto espacial
Nacido en Cañuelas, provincia de Buenos Aires hace 53 años, de León fue un apasionado por los temas espaciales desde chico, ya que a los nueve años, comenzó a construir y lanzar cohetes a escala.
Después de completar sus estudios en ingeniería aeroespacial fue becado por la Universidad Internacional del Espacio para realizar un posgrado en estudios espaciales. Fue docente de la maestría en tecnología aeroespacial dictada en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN FRH).
Además, tiene una especialización en ciencias del espacio de la International Space University y es doctor en Historia de la Ciencia y Tecnología. Asimismo es fundador y presidente de la Asociación Argentina de Tecnología Espacial (AATE), y fue el responsable del Proyecto PADE (Paquete Argentino de Experimentos), consistente en siete experimentos argentinos que volaron en el transbordador espacial Endeavour en 2001.
Escribió varios libros, entre los que se destacan dos tomos de la Historia de la Actividad Espacial en la Argentina, con un volumen especial dedicado al proyecto del misil Cóndor. Cada dos años organiza en Argentina el Congreso Argentino de Tecnología Espacial.
Fue el primer argentino (y segundo latinoamericano) en volar en gravedad cero en el año 1997, a bordo del KC-135 de la NASA, donde realizó 80 parábolas, probando experimentos argentinos que volaron al espacio en el Proyecto PADE.
Completó el curso de entrenamiento fisiológico en el Centro Espacial Johnson de la NASA, donde experimento la cámara de altitud y descompresión rápida.
La honorable Cámara de Diputados de la Nación declaró de interés parlamentario su labor, por el invalorable aporte a la ciencia y la tecnología con nivel de jerarquía mundial.
Fuente: Infobae