Esta semana la sonda Mars Express de la ESA nos muestra la cordillera de Phlegra Montes, una región en la que las inspecciones radar indican la existencia de grandes cantidades de agua bajo la superficie. Esta reserva podría abastecer a las futuras misiones tripuladas al Planeta Rojo.
Phlegra Montes es una serpenteante cordillera de montes y crestas que se extiende desde la región noroeste de la provincia volcánica del Elysium (30°N) hasta las tierras bajas del norte (50°N).
Es probable que esta cordillera no tenga un origen volcánico, sino que se formó bajo la acción de las fuerzas tectónicas que comprimieron la región en la antigüedad.
Estas nuevas imágenes, obtenidas con la cámara estéreo de alta resolución que viaja a bordo de la sonda Mars Express de la ESA, permiten observar la cadena montañosa de cerca. En ellas se puede apreciar que prácticamente todas las montañas están rodeadas por ‘abanicos lobulares de derrubios’ (LDAs, en su acrónimo inglés – unas estructuras redondeadas que aparecen con frecuencia entorno a las mesetas y montañas de estas latitudes.
Esta semana la sonda Mars Express de la ESA nos muestra la cordillera de Phlegra Montes, una región en la que las inspecciones radar indican la existencia de grandes cantidades de agua bajo la superficie. Esta reserva podría abastecer a las futuras misiones tripuladas al Planeta Rojo.
Phlegra Montes es una serpenteante cordillera de montes y crestas que se extiende desde la región noroeste de la provincia volcánica del Elysium (30°N) hasta las tierras bajas del norte (50°N).
Es probable que esta cordillera no tenga un origen volcánico, sino que se formó bajo la acción de las fuerzas tectónicas que comprimieron la región en la antigüedad.
Estas nuevas imágenes, obtenidas con la cámara estéreo de alta resolución que viaja a bordo de la sonda Mars Express de la ESA, permiten observar la cadena montañosa de cerca. En ellas se puede apreciar que prácticamente todas las montañas están rodeadas por ‘abanicos lobulares de derrubios’ (LDAs, en su acrónimo inglés – unas estructuras redondeadas que aparecen con frecuencia entorno a las mesetas y montañas de estas latitudes.
Se piensa que este material se fue acumulando a lo largo de los años, fruto de los desprendimientos en las laderas y acantilados que rodean. Morfológicamente, se parecen mucho a las acumulaciones de derrubios que cubren a los glaciares aquí en la Tierra.
Este hecho sugiere que quizás también existan glaciares enterrados bajo la superficie de Marte en esta región.
Esta hipótesis ha sido respaldada por las observaciones realizadas por el radar que viaja a bordo de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA.
Las observaciones radar demuestran que la presencia de abanicos lobulares de derrubios está casi siempre relacionada con la existencia de agua en estado sólido bajo la superficie, a veces a tan sólo 20 metros de profundidad.
Los cráteres de impacto en los alrededores de Phlegra Montes presentan marcas que indican una reciente actividad glacial en la región. Las teorías indican que las crestas del sistema montañoso se formaron cuando los cráteres más antiguos se llenaron de nieve. A lo largo de los años, la nieve se fue compactando hasta dar lugar a los glaciares que erosionaron el fondo de estos cráteres.
En el valle situado en el centro de la imagen se pueden distinguir los característicos surcos glaciales.
Los glaciares de estas latitudes medias se formaron en distintas épocas a lo largo de los últimos cientos de millones de años, cuando el eje polar de Marte era bastante diferente del actual, y consecuentemente, también las condiciones climáticas en la región.
Todos estos indicios sugieren que podría haber grandes cantidades de agua ocultas bajo la superficie de Marte en la región de Phlegra Mons. Si así fuera, estas grandes reservas podrían abastecer de agua a los futuros astronautas que exploren el Planeta Rojo.
Fuente: ESA