Dos misteriosos cuerpos celestes: La estrella Némesis y el planeta X
La estrella Némesis y el planeta X:
Este es uno de los misterios astronómicos más interesantes porque si se llegara a resolver, se podría tener la respuesta al por que de las extinciones masivas cada treinta millones de años.
Según el registro fósil, extinciones en masa como la que acabo con los dinosaurios se producen a intervalos de treinta millones de años y están asociadas grandes impactos de cometas. Los cometas están ubicados, en su mayoría, en una región llamada Nube de Oort. Es un gran conglomerado de trillones de cometas que se encuentra mucho más allá de la órbita de Plutón y que se extiende hasta casi medio camino de la estrella más cercana, el sistema estelar de Alfa Centauro, a 4,3 años luz de distancia. Es el verdadero límite del sistema solar, el sitio donde la influencia gravitacional del Sol y el poder de su viento solar se terminan.
En esta zona de frío y oscuridad perpetua, los cometas recorren órbitas estables y sin mayores cambios alrededor del Sol desde la formación misma del sistema solar hace 4.600 millones de años. Pero algo hace que cada treinta millones de años la Nube de Oort se vea perturbada, provocando que algunos cometas sean enviados hacia el sistema solar interior e impactando contra la Tierra.
Hay tres posibles explicaciones para este fenómeno. La primera afirma que cada treinta millones de años, el sistema solar pasa muy cerca del núcleo galáctico, donde la concentración de estrellas en mucho mayor que en los brazos espirales y por lo tanto hay más posibilidades de acercarce a otras estrellas. Este acercamiento provocaría una perturbación gravitacional en la nube de cometas que podría enviar a varios de ellos hacia el Sol, poniendo en peligro de colisión a los planetas interiores como la Tierra.
Las otras dos teorías también predicen resultados idénticos aunque por causas distintas.
Se piensa que es probable que el Sol tenga una compañera estelar, posiblemente una estrella enana parda que por su pequeño tamaño (poco más que el de Júpiter), su escasa luminosidad y su órbita muy excéntrica en torno al Sol, no ha podido ser observada por los telescopios, pero que podría acercarse periódicamente. La influencia gravitatoria de esta estrella, llamada Némesis, se haría sentir también en las órbitas de los planetas más exteriores. Urano presenta una órbita muy irregular y errática. Esta anomalía motivó la búsqueda de otro planeta gigante que pudiera estar afectando gravitacionalmente a Urano, y así se descubrió Neptuno. Pero luego ocurrió que la órbita de Neptuno también presentaba la misma anomalía y eso condujo a continuar la búsqueda de ese misterioso y masivo objeto, al que algunos también llamaron planeta X, y eso posibilito el descubrimiento de Plutón. Pero Plutón es demasiado pequeño y por lo tanto no puede afectar las órbitas de estos dos grandes planetas. Esto a motivado a continuar la búsqueda de ese masivo y esquivo objeto que estaría en los confines del sistema solar.
Hay una realidad incuestionable, la gran mayoría de las estrellas que vemos en el cielo nocturno, son en realidad sistemas estelares compuestos de dos, tres o más estrellas que se orbitan mutuamente. Las estrellas solitarias como el Sol, son muy raras. Por eso hay algunos astrónomos que sugieren que, en realidad, el Sol sí posee una compañera y que sería la responsable de las extinciones masivas como de las anomalías en las órbitas de los planetas más exteriores. Otros en cambio, prefieren la hipótesis de un planeta gigante, más pequeño que una estrella enana parda pero con un tamaño similar al de los gigantes gaseosos de nuestros sistema solar.
La búsqueda continua.