Las fotografías fueron captadas por un astrónomo aficionado que probaba su nueva cámara.
Ha sido un golpe de suerte. Una simple casualidad, pero de esas que, de vez en cuando, hacen que la ciencia avance. La fortuna, esta vez, le sonrió al astrónomo amateur Victor Buso, un argentino que estaba probando su nueva cámara. Sin quererlo, y justo debajo de la galaxia que estaba fotografiando, apareció un brillante destello. Era el momento exacto en que estallaba una supernova, algo que hasta ahora no se había conseguido jamás. El hallazgo se publica hoy en Nature.
En las imágenes del fotógrafo, de incalculable valor científico, aparece la estrella justo antes, durante y después de su explosión.
«Los astrónomos profesionales -explica el astrónomo de Berkeley Alex Filippenko, de los primeros en seguir el hallazgo desde los telescopios Lick y Leck- llevan mucho tiempo tratando de captar un evento como este. La observación de estrellas en el momento en que empiezan a explotar proporciona una clase de información que no es posible obtener de cualquier otra forma. Los datos de Buso son excepcionales. Y un ejemplo sobresaliente de colaboración entre astrónomos aficionados y profesionales»
La supernova ya tiene nombre: SN 2016gkg, y su historia comenzó el 20 de septiembre de 2016 en Rosario (Argentina), donde Buso estaba probando la nueva cámara que acababa de montar en su telescopio de 16 pulgadas. El objetivo era la galaxia NGC 613, a unos 80 millones de años luz de la Tierra.
Al examinar las imágenes, se dio cuenta de inmediato de un pequeño punto luminoso que empezó a brillar de repente, cerca del extremo de uno de los brazos espirales de la galaxia. El punto luminoso no se apreciaba en la primera tanda de fotografías.
Las posibilidades de que alguien consiga de esta forma captar una supernova en plena explosión son, según la astrónoma argentina Melina Bersten, del Instituto de Astrofísica de La Plata y de las primeras que examinó las fotos del aficionado, de una entre cien millones. En palabras de Filippenko, «es como ganar una lotería cósmica».
Bersten contactó de inmediato con diversos observatorios para reunir un equipo que estudiara el evento. La conclusión fue que se trataba de la explosión de una supernova del tipo IIb. Una estrella muy masiva, veinte veces más que el Sol, que había perdido la mayor parte de su masa, robada probablemente por una estrella compañera. Aunque cuando estalló, era aún cinco veces más masiva que el Sol.
Ahora, el equipo de Filippenko seguirá monitorizando los cambios en la luminosidad de la supernova durante los próximos dos meses.
Fuente: ABC