Tras tres años y medio de viaje, la misión ha llegado al asteroide Ryugu, donde recogerá muestras para traerlas a la Tierra.
Tras un viaje de tres años y medio, la sonda japonesa Hayabusa 2 ha alcanzado este miércoles el asteroide Ryugu, una roca con una extraña forma de peonza situada a 280 millones de kilómetros de nuestro planeta. El objetivo de la misión es recoger muestras de la roca para traerlas a la Tierra y contribuir al estudio de los orígenes de la vida, según ha explicado este miércoles en un comunicado la Agencia de Exploración Espacial nipona (JAXA).
«Todo ha salido según lo planeado -ha anunciado un portavoz de la agencia espacial-, la sonda ha llegado al asteroide». La sala de control ha estallado en aplausos tras la confirmación, con algunos investigadores de pie y sonriendo espléndidamente mientras se daban la mano. «Estamos más que aliviados, pero ahora hay tensión en cuanto a si la misión principal irá bien», ha dicho un funcionario.
La nave no tripulada fue lanzada en diciembre de 2014 desde el centro espacial de Tanegashima (sudoeste de Japón) y tiene previsto regresar a nuestro planeta a finales de 2020. Durante el próximo año y medio, tratará de realizar tres breves aterrizajes en el cuerpo rocoso. Si logra cumplir con éxito su cometido y emprender el viaje de vuelta a la Tierra, las muestras del asteroide podrían aportar valiosas pistas sobre los orígenes del sistema solar y de la vida en la Tierra.
La misión, no obstante, presenta desafíos significativos, como hallar un punto apropiado para ‘aterrizar’ en una superficie muy accidentada, con abundantes cráteres y en la que se registran elevadas temperaturas. Hayabusa 2, que significa halcón en japonés, pasará los próximos meses orbitando unos 20 km por encima del asteroide y mapeando su superficie antes de aterrizar. Luego usará pequeños inyectores para hacer explotar un cráter en la superficie y recoger el material que salga disparado.
La evolución del sistema solar
El asteroide Ryugu -nombre de un palacio mágico submarino del folclore nipón- tiene unos 900 metros de diámetro y una forma ligeramente cúbica que recuerda a un trompo giratorio. Como otros planetas menores, está considerado entre los cuerpos más antiguos del sistema solar y por tanto con potencial para aportar información sobre la evolución del universo.
Las primeras fotos tomadas a 40 km de Ryugu por Hayabusa 2 la semana pasada mostraron una superficie sembrada por grandes rocas. «Los cráteres son visibles y la estructura geográfica parece variar de un lugar a otro», ha comentado Yuichi Tsuda, director de la misión, en el sitio web dedicado a esta nueva aventura espacial.
La JAXA ya emprendió anteriormente una misión espacial entre 2003 y 2010 para tomar muestras de un tipo diferente de asteroide, un proyecto que completó con éxito tras sufrir diversos problemas técnicos y retrasos, que incluyeron la pérdida del contacto con la aeronave. La primera sonda Hayabusa fue incapaz de recolectar tanto material como se esperaba, pero aún así hizo historia al ser la primera en traer muestras de un asteroide.
La NASA también cuenta con una misión similar en marcha, la emprendida en septiembre de 2016 por la sonda Osiris-Rex con destino al asteroide Bennu, al que aspira a llegar a finales de este año para retornar a la tierra con muestras en 2023.
Fuente: ABC