Se trata de Betelgeuse, una supergigante roja en la constelación de Orión.
La mejor imagen hasta la fecha de la estrella Betelgeuse.ALMA
Betelgeuse, la novena estrella más brillante del cielo nocturno, se apaga. Ubicada en la constelación de Orión, esta supergigante roja se ha ido oscureciendo misteriosamente desde octubre hasta que su luminosidad se ha desvanecido a la mitad de la habitual en un fenómeno que puede significar que está a punto de explotar.
Esta estrella, con una masa 12 veces la del Sol y que se extendería hasta casi la órbita de Júpiter si tuviese su centro en medio del Sistema Solar, se encuentra a unos 600 años luz. Agotado ya el combustible en su núcleo que le proporcionaba energía y tras sufrir un enorme aumento de tamaño, está destinada a sufrir una implosión central y un colapso masivo y recomponerse como una supernova de Tipo II, pero no se sabe cuándo.
En un artículo publicado el 8 de diciembre en The Astronomer’s Telegram, investigadores de la Universidad de Villanova daban cuenta de que las estimaciones de la curva de luz -cortesía de la Asociación Estadounidense de Observadores de Estrellas Variables (AAVSO)- verificaban que la estrella se había desvanecido aproximadamente una magnitud.
Demasiado lejos para resultar letal
Un cambio de este tipo no es inusual para una estrella variable como Betelgeuse, cuyas alteraciones fueron detectadas por primera vez por el astrónomo Sir John Herschel en 1836. Sin embargo, el actual desvanecimiento es el más importante durante los 25 años de monitoreo continuo de esta supergigante roja y 50 años de observaciones de banda V fotoeléctrica.
Este cambio en el brillo de Betelgeuse puede obedecer a muchos factores diferentes y hay espacio para el escepticismo. Sin embargo, la proximidad de su explosión es una explicación posible a estas alteraciones.
De estar asistiendo a la génesis de un estallido de supernova, Betelgeuse está suficientemente lejos para resultar inofensiva para la vida en la Tierra. Se halla a más de 600 años luz, muy por encima de los 50 que marcan el límite para la radiación de una explosión así fuese letal en el planeta.
No obstante, su brillo podría ser más de cien veces más intenso que el de Venus, y la haría visible en el cielo diurno.
Fuente: Europa Press