La sonda InSight ha captado ondas sísmicas causadas por el viento sobre la superficie. Los científicos esperan poder detectar terremotos marcianos para estudiar el interior del planeta rojo.
La sonda Insight, un robot de 600 kilogramos de masa y del tamaño de un automóvil pequeño, ya está enviando a la Tierra las primeras lecturas captadas por su sismómetro (de nombre SEIS, Seismic Experiment for Interior Structure), colocado sobre la superficie de Marte. Esto indica que el instrumento está funcionando adecuadamente.
Tal como ha informado Sciencemag.org, desde comienzos de febrero los científicos de la misión, encabezados por el equipo de la Universidad de París Diderot que dirige el instrumento, están captando microseísmos causados por el rozamiento del viento sobre la superficie de Marte: «Realmente creemos que estas señales provienen del planeta», ha dicho Philippe Lognonné, investigador principal de SEIS, en una charla celebrada esta semana con motivo de la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria. Nunca hasta ahora los científicos habían captado microseísmos en un planeta que no fuera la Tierra.
Después de meses de delicadas maniobras, en febrero la InSight logró colocar el sismómetro sobre la superficie. Primero tuvieron que conectar el instrumento con la Insight y después emplazar el escudo que ha de protegerlo de las oscilaciones de temperatura y del viento.
El pulso de Marte
El sismómetro tiene la finalidad de tomar el pulso de Marte por medio de las vibraciones sísmicas. Al igual que cuando golpeamos un objeto nos hacemos una idea de su consistencia, el SEIS tiene la capacidad de captar las ondas s y ondas m (entre otras) provenientes del interior del planeta para tratar de estudiar cómo es.
Lo más esperado es detectar un terremoto marciano, un fenómeno que se cree que se produce con una frecuencia 1.000 veces menor que en la Tierra, y que puede ser crucial para deducir el grosor de la corteza o el punto donde está la unión entre manto y núcleo. Quizás incluso podría ayudarnos a entender si hay agua líquida en el subsuelo y en qué zonas, o quizás si hay plumas volcánicas activas en algún lugar. Además, se espera que el sismómetro capte los sutiles impactos de meteoritos sobre la superficie, y que permita estudiar su frecuencia.
Los microseísmos marcianos
Por el momento, SEIS ha detectado microseísmos, algo así como el ruido de fondo en el que luego se podrán detectar los temblores más potentes. A diferencia de los que ocurren en la Tierra, y que están causados por los vientos, las mareas y las tormentas, en Marte solo están causados por los leves vientos. Según Lognonné, estos provocan unas ondas de periodo largo conocidas como ondas de Rayleigh, y pueden ser útiles para estudiar el subsuelo en el entorno de la Insight.
Los investigadores creen que a una distancia de 1.000 a 2.000 kilómetros de la Insight hay zonas que han experimentado vulcanismo hace uno a diez millones de años, y que la sonda podría detectar las plumas que haya en el subsuelo.
Desde que colocaron el sismómetro en febrero, la NASA ha estado tratando de resolver sus problemas con el instrumento Heat Flow and Physical Properties Probe, HP3, un perforador diseñado para detectar la temperatura del subsuelo a una profundidad de hasta cinco metros.
A mediados de ese mes el taladro se atascó en las rocas a una profundidad de unos 30 centímetros. Según ha dicho Bruce Banerdt, investigador principal de la InSight, ahora pasarán semanas hasta que se pueda decidir qué hacer para desatascar la situación.
Lograrlo es muy relevante porque, con la información de las temperaturas, se deducirá cuánto se está enfriando Marte y cómo es su estructura. Se podrán comprender cosas como si su núcleo está parcialmente líquido o si hay actividad volcánica, lo que es esencial, no solo para comprender Marte, sino también para estudiar la formación de los planetas rocosos. El planeta rojo es todo un fósil que ha sufrido pocas alteraciones desde su formación, hace miles de millones de años.
Fuente: ABC