Con el fin de reducir el consumo de energía, los controladores de la misión han desconectado uno de los calentadores de la nave espacial Voyager 1 de la NASA, bajando la temperatura de su instrumento espectrómetro ultravioleta más de 23 grados Celsius. la nave, lanzada en 1977, es el objeto fabricado por el hombre más alejado de la Tierra. Se encuentra en el confín del Sistema Solar, en la denominada heliopausa.
Ahora está operando a una temperatura por debajo de menos 79 grados Celsius, la temperatura más fría que el instrumento ha tenido que soportar. Este cierre de calentador es un paso más en el manejo cuidadoso de la disminución de potencia eléctrica para que la nave espacial Voyager puede seguir recogiendo y transmitiendo datos hasta el año 2025.
Por el momento, el espectrómetro se ha adptado a su nueva situación y continúa trabajando. Originalmente fue diseñado para funcionar a temperaturas tan bajas como menos 35 grados Celsius, pero no ha dejado de funcionar en temperaturas frías siempre que los calentadores a su alrededor se han apagado en los últimos 17 años de misión.
Con el fin de reducir el consumo de energía, los controladores de la misión han desconectado uno de los calentadores de la nave espacial Voyager 1 de la NASA, bajando la temperatura de su instrumento espectrómetro ultravioleta más de 23 grados Celsius. la nave, lanzada en 1977, es el objeto fabricado por el hombre más alejado de la Tierra. Se encuentra en el confín del Sistema Solar, en la denominada heliopausa.
Ahora está operando a una temperatura por debajo de menos 79 grados Celsius, la temperatura más fría que el instrumento ha tenido que soportar. Este cierre de calentador es un paso más en el manejo cuidadoso de la disminución de potencia eléctrica para que la nave espacial Voyager puede seguir recogiendo y transmitiendo datos hasta el año 2025.
Por el momento, el espectrómetro se ha adptado a su nueva situación y continúa trabajando. Originalmente fue diseñado para funcionar a temperaturas tan bajas como menos 35 grados Celsius, pero no ha dejado de funcionar en temperaturas frías siempre que los calentadores a su alrededor se han apagado en los últimos 17 años de misión.
No se sabía si el espectrómetro iba a seguir trabajando, pero desde 2005, ha estado operando a menos 56 grados Celsius. Así que los ingenieros se han mostrado muy animados una vez que han comprobado que todo sigue en orden tras el apagado del calentador en diciembre. Es probable que el espectrómetro opere a una una temperatura algo inferior a menos 79 grados Celsius, pero el detector de temperatura está al límite.
Los científicos y los encargados de la misión continuarán monitoreando el desempeño del espectrómetro. Fue muy útil durante los encuentros de la Voyager 1 con Júpiter y Saturno, y desde entonces un equipo internacional dirigido por científicos en Francia ha estado analizando los datos del espectrómetro.
Este último calentador de cierre era en realidad parte del espectrómetro de infrarrojo cercano, que en sí no está operativo en la Voyager 1 desde 1998.
Fuente: Europa Press