Por Gustavo Blettler
Imágen del asteroide Vesta
Para los romanos, Vesta era la diosa del hogar. Representaba el arte femenino de mantener el fuego en el hogar. Está relacionada con las doncellas que desde los seis años de edad se dedicaban a mantener las llamas encendidas en hogares y los altares.
Para la astronomía, Vesta es un cuerpo cuasi esférico de unos 530 Km de diámetro que se desplaza alrededor del sol siguiendo una órbita dentro del cinturón de asteroides.
Respecto de sus vecinos celestes, presenta un volumen similar al asteroide Palas, pero es mucho más masivo, de hecho solo el planeta enano Ceres tiene más masa que Vesta por esas regiones.
Las temperaturas en Vesta fluctúan entre los –60 °C y –130 °C, aunque pueden registrarse hasta -190 °C.
Vesta gira sobre si misma en unas 5.3 hs., lo que constituye una velocidad de rotación muy elevada para un asteroide.
Notas
¹ La teoría de la acreción fue propuesta por el geofísico ruso Otto Schmidl en 1944. Explica como los planetas se formaron a partir de la acreción de planetesimales que, a su vez, se formaron por acreción de hielos. En el caso de la tierra, después de estratificarse un núcleo, un manto y una corteza por el proceso de acreción, fue bombardeada en forma masiva por meteoritos y restos de asteroides. Este proceso generó un inmenso calor interior que fundió el polvo cósmico que, de acuerdo con los geólogos, provocó la erupción de los volcanes.
² Desintegración radiactiva del aluminio. El aluminio tiene 9 isótopos cuyas masas atómicas varían entre 23 y 30 u. Tan sólo el 26Al es estable. El Al radiactivo con un periodo de semidesintegración de 7,2×105 años, se encuentran en la naturaleza. El 26Al cosmogénico se aplicó primero en los estudios de la Luna y los meteoritos. Éstos últimos se encuentran sometidos a un intenso bombardeo de rayos cósmicos durante su viaje espacial, produciéndose una cantidad significativa de 26Al. Tras su impacto contra la Tierra, la atmósfera, que filtra los rayos cósmicos, detiene la producción de 26Al permitiendo determinar la fecha en la que el meteorito cayó.
³ La convección es una de las tres formas de transferencia de calor y se caracteriza porque se produce por intermedio de un fluido (aire, agua) que transporta el calor entre zonas con diferentes temperaturas. La convección se produce únicamente por medio de materiales fluidos. Éstos, al calentarse, aumentan de volumen y, por lo tanto, su densidad disminuye y ascienden desplazando el fluido que se encuentra en la parte superior y que está a menor temperatura. Lo que se llama convección en sí, es el transporte de calor por medio de las corrientes ascendente y descendente del fluido.
La cristalización es el proceso por el cual se forma un sólido cristalino, ya sea a partir de un gas, un líquido o una disolución. La operación de cristalización es aquella por medio de la cual se separa un componente de una solución liquida transfiriéndolo a la fase sólida en forma de cristales que precipitan
Magma. Roca fundida en el interior de la corteza de un planeta que es capaz de realizar una intrusión en las rocas adyacentes o de una extrusión hacia la superficie. Las rocas ígneas se derivan del magma a través de la solidificación y los procesos asociados o mediante la erupción del magma sobre la superficie.
6 Las rocas plutónicas o intrusivas son aquellas rocas ígneas que se han formado a partir de un enfriamiento lento, en profundidad y en grandes masas del magma. Se llama plutones a sus yacimientos. Durante su formación el enfriamiento es muy lento, permitiendo así el crecimiento de grandes cristales de minerales puros y resultando una textura heterogénea, granulosa. El granito, la sienita, la diorita y la peridotita son ejemplos de rocas plutónicas. Las rocas plutónicas, y en general las ígneas, son las rocas primarias, a partir de cuyos materiales evolucionan las demás. Constituyen la masa de los planetas telúricos (rocosos), no sólo la Tierra, formada por el enfriamiento y cristalización, tras su fusión, de los materiales silicatados con que se componen los planetas durante su acreción. También tienen presencia, por idénticas causas y mecanismos, en el núcleo de los planetas gigantes, en muchos de los satélites de éstos, o en los asteroides sólidos más grandes.
La diosa Vesta en una moneda romana
Gustavo Blettler, Dto. de cometas, asteroides y meteoritos – AEA