Dione con Saturno y sus anillos al fondo. Esta imagen fue tomada por la nave espacial Cassini el 17 de agosto de 2015. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute
Un océano subterráneo se esconde en las profundidades de la luna Dione de Saturno, según datos nuevos de la misión Cassini en Saturno. Otras dos lunas de Saturno, Titán y Encélado, ya se sabía que albergan océanos globales bajo sus cortezas heladas, y ahora el nuevo estudio sugiere que también existe uno en Dione.
Investigadores del Real Observatorio de Bélgica han demostrado que los datos de gravedad de sobrevuelos recientes de Cassini pueden explicarse si la corteza de Dione flota sobre un océano situado a 100 km por debajo de la superficie. El océano tiene varias decenas de kilómetros de profundidad y rodea un gran núcleo rocoso. Visto desde dentro, Dione es muy parecido a su vecino más cercano, Encélado, cuya región polar del sur expulsa enormes chorros de vapor de agua al espacio. Dione parece estar tranquila ahora, pero su superficie fracturada da testimonio de un pasado más tumultuoso.
Según el nuevo estudio, el océano de Encélado se halla mucho más cerca de la superficie de lo que se pensaba, especialmente cerca del polo sur, donde los géiseres producen erupciones atravesando unos pocos kilómetros de corteza. Esto concuerda con el descubrimiento el año pasado de que Encélado sufre importantes oscilaciones de su órbita, fenómeno llamado libración. La libración de Encélado sería mucho menor si su corteza fuese más gruesa. En cuanto a Dione, esta investigación nueva encuentra que alberga un profundo océano entre su corteza y su núcleo. «Como Encélado, Dione también presenta libración, pero lo hace por debajo del nivel de detección de Cassini», afirma Antony Trinh, coautor del estudio.
El océano de Dione probablemente sobrevivió durante toda la historia de la luna y constituye, por tanto, una zona habitable de larga duración para la vida microbial. «El contacto entre el océano y el núcleo rocoso es crucial», comenta Attilio Rivoldini, coautor del estudio. «Las interacciones entre rocas y agua proporcionan nutrientes clave y una fuente de energía, ambos esenciales para la vida». El océano de Dione parece ser demasiado profundo para tener un acceso fácil, pero Encélado, así como la luna Europa de Júpiter, son suficientemente generosos como para expulsar muestras de agua al espacio, listas para ser recogidas por una nave espacial que pase por allí.
Fuente: Royal Observatory of Belgium / Geophysical Research Letters