Tomada desde la Estación Espacial Internacional, la instantánea muestra una aurora boreal junto con un «airglow».
Foto tomada por la ISS el 16 de marzo de 2020 – NASA
La tripulación de la expedición número 62 a la Estación Espacial Internacional (ISS) ha capturado una instantánea increíble: una aurora boreal junto con una luminiscencia nocturna, dos fenómenos de la atmósfera terrestre en una sola imagen. La foto fue tomada el 16 de marzo, cuando la ISS volaba al sur de la península de Alaska, mientras las partículas de la atmósfera superior interactuaban de diferentes maneras, según indican desde la NASA.
La aurora es lo que más resalta en la foto: en verde brillante con puntos rojos en la zona izquierda, se trata de un fenómeno que se produce cuando las partículas cargadas del viento solar golpean la magnetosfera de la Tierra, una suerte de capa protectora. Mezcladas con gases atmosféricos, como oxígeno y nitrógeno, las partículas crean esos colores verdosos tan vistosos. En cuanto a los puntos rojos, se trata del exceso de energía que liberan los átomos de oxígeno estimulados por la potencia del viento solar.
El otro fenómeno es la banda de luz amarillo y rojo que se puede observar a la derecha de la imagen. Conocido como «airglow» o luminiscencia nocturna, se trata de emisiones de luz causadas por la reestructuración de átomos en forma de moléculas que habían sido ionizadas por la luz solar durante el día, o por rayos cósmicos. Es decir, el oxígeno que se ha descompuesto durante el día se recombina y libera su energía extra como fotones durante la noche.
Las moléculas de nitrógeno y las reacciones entre el nitrógeno y el oxígeno también contribuyen a este brillo. Los fotones liberados en este caso aparecen verdes, como en esta imagen, pero el amarillo a veces ocurre en una capa inferior (alrededor de 80 a 100 kilómetros sobre la superficie de la Tierra). Los meteoritos se rompen en esta capa de la atmósfera y liberan átomos de sodio en el aire, de ahí que se le llame acertadamente capa de sodio; los átomos de sodio crean un resplandor amarillo.
Por otra parte, el sol detrás de la Tierra hace que el borde del planeta parezca azul oscuro. Esto ocurre por la misma razón por la que el cielo es azul durante el día: cuando la luz solar incide en las moléculas de nuestra atmósfera, la luz azul (una de las longitudes de onda más cortas) se dispersa, mientras que la luz de otros colores se deja pasar. Una instantánea mágica que nos recuerda los maravillosos fenómenos que se producen en las capas más altas de nuestro mundo.
Fuente: ABC