Cuando lo haga, se convertirá en la supernova más brillante nunca observada por la Humanidad.
En las cercanías de nuestro sistema solar, una enorme estrella está a punto de explotar. A «solo» 640 años luz de distancia, en efecto, la supergigante roja Betelgeuse se dispone a convertirse en una supernova, uno de los acontecimientos más violentos y energéticos de cuantos se producen en el Universo.
Betelgeuse es, hoy por hoy, la estrella más brillante de la constelación de Orión, y resulta perfectamente visible desde el hemisferio norte de la Tierra. De un característico color rojo anaranjado, la estrella ha venido ocupando la duodécima posición en la lista de las más brillantes. Sin embargo, y en apenas unos años, este auténtico gigante estelar, más de 20 veces más masivo que el Sol, ha ido perdiendo brillo de forma acelerada, hasta descender, en un tiempo record, hasta el puesto 21 de la lista. Por eso, muchos astrónomos han empezado a especular sobre su explosión, que para muchos resulta inminente.
El final de la supergigante roja
Sabemos que cuando una estrella alcanza la etapa de supergigante roja, como es el caso de Betelgeuse, su existencia toca a su fin. En esta fase, en efecto, el perímetro de las estrellas crece enormemente, para después sufrir un colapso que la llevará a explotar como supernova. En la actualidad, Betelgeuse tiene un radio que es aproximadamente 900 veces mayor que el de nuestro Sol. Para darnos una idea, si estuviera en nuestro sistema solar su perímetro llegaría casi hasta Júpiter…
Dado su tamaño y relativa cercanía, además, Betelgeuse es la única estrella, aparte de la nuestra, cuya superficie se puede estudiar con todo detalle. Así, los astrónomos observan desde hace años sus «células de convección», corrientes de material estelar más frío que se hunden en las profundidades de la estrella al mismo tiempo que el material más caliente aflora a su superficie.
El tamaño de cada una de estas células es realmente gigantesco, y al moverse, interactúan con el campo magnético de Betelgeuse. Y dado que el calor de la superficie de una estrella es lo que determina su brillo, Betelgeuse es ahora menos brillante porque el número de manchas oscuras, más frías, ha aumentado.
En cualquier momento en 100.000 años
Con todo, la estrella es lo suficientemente grande y brillante como para ser observada a simple vista, sin necesidad de telescopios. Y un observador atento podría, sin utilizar instrumento alguno, haberse dado cuenta del repentino descenso de brillo de Betelgeuse con solo compararlo al de otras estrellas. Con los poderosos telescopios actuales, por supuesto, la información es mucho mayor, y por eso muchos astrónomos creen que la supergigante roja está a punto de convertirse en supernova. De hecho, es el candidato más cercano que se conoce en vías de hacerlo. ¿Pero cuándo exactamente? En cualquier momento dentro de los próximos 100.000 años, un simple parpadeo en comparación de los miles de millones de años de edad de la estrella.
Los astrónomos no pueden ser más precisos porque aún se desconocen los detalles de cómo varía el brillo de una estrella justo antes de la explosión. De forma que, por si acaso, no le quitan a Betelgeuse los ojos de encima.
Un espectáculo inédito
Para algunos, el estallido es inminente. Y cuando ocurra, Betelgeuse se convertirá en la supernova más brillante jamás observada por el ser humano. En apenas unos días, se volverá más brillante para nosotros que la Luna llena, será perfectamente visible incluso de día y, por las noches, su luz será capaz de proyectar sombras.
Si Betelgeuse se sigue oscureciendo, sería un síntoma más de que su situación es crítica. Al ritmo actual, la estrella dejaría de ser visible en apenas seis años, alterando para siempre el «paisaje» de la constelación de Orión. Después, y sin previo aviso, la estrella explotaría, y la humanidad sería testigo de un espectáculo celeste que muy pocos miembros de nuestra especie han tenido ocasión de ver.
Fuente: ABC