La contaminación lumínica es la contaminación producida por las emisiones de luz que proviene de fuentes artificiales con altas intensidades.
La contaminación lumínica es el brillo que se ve en el cielo por las noches provocado por la iluminación ineficiente. En vez de enviar la luz hacia el suelo, la luz se emite hacia el cielo.
Desperdicio de energía, dificulta el tráfico aéreo y el tráfico marítimo, alteran los ciclos biológicos de algunos animales y plantas, sobre todo las aves, generando desorientación y cambios en sus ciclos biológicos.
La UNESCO declaró el cielo estrellado como Patrimonio de la Humanidad en el año 2008.
Debemos ser responsables: Iluminar sólo las zonas y áreas que lo necesiten, siempre de arriba hacia abajo. Sustituir las lámparas de mercurio por las lámparas de sodio, que son las farolas que emiten una luz más anaranjada, ya que contaminan menos y también consumen menos. Aprobar legislaciones autonómicas que regulen la iluminación para prevenir este tipo de contaminación, teniendo en cuenta la eficiencia y el ahorro energético.