No hace mucho manifestamos “a medida que se avanza en la exploración del espacio próximo, se acentúa la certeza de que es poco lo que conocíamos realmente del mismo cuando se dejaban  de lado las estructuras planetarias y satelitales visitadas por sondas, para penetrar en el ámbito de los cuerpos  menores de nuestro sistema solar. La historia reciente es elocuente de ello”. Sí, hoy en base a un hecho extraño acaecido el 13 de Abril de 1932 en la ciudad de Rosario, podemos agregar algunos elementos de juicio que permitan ampliar el conocimiento adquirido hasta la fecha sobre esas estructuras, incorporando a las mismas un nuevo protagonista: los “Mini cometas” (O “Micro cometas”, si se prefiere extendiendo abusivamente el lenguaje).
Investigando para una relación de la astronomía en la ciudad de Santa Fe, en la que actuamos intensamente durante muchos años, sorpresivamente nos encontramos con un evento inesperado que fuera registrado por la crónica cotidiana como “un rayo” y olvidado a poco de dar vuelta la página de nuestra historia menor.
El análisis de los acontecimientos nos ha sorprendido profundamente; pues los mismos ponen en evidencia un fenómeno del cual no teníamos antecedentes a esa escala y solo existen dos posibilidades que lo puedan explicar, a nuestro limitado juicio:
- El impacto de un “Mini cometa” o “Micro cometa” (Trozo de hielo, pues no se registran impactos de objetos a nivel del suelo, ni lluvia de partículas sólidas).
- Una extraordinaria descarga eléctrica atmosférica “en seco” provocada por material en suspensión cargado electrostáticamente por efecto de las corrientes de chorro en altura; pues la precipitación  de cenizas volcánicas probablemente asociadas por ese “efecto capacitor”, se acusa intensamente en la región.
Veamos algunos hechos anteriores antes de dedicarnos a lo elocuentemente expuesto en la prensa sobre el tema aludido.

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