El fenómeno de las microlentes gravitacionales ha permitido observar exoplanetas más allá de la Vía Láctea que de otra forma serían inalcanzables para los telescopios.
Un equipo de astrofísicos de la Universidad de Oklahoma ha conseguido, por primera vez, localizar planetas fuera de nuestra galaxia. Hasta ahora, en efecto, solo se habían detectado exoplanetas en el interior de nuestra Vía Láctea.
La hazaña científica, recién publicada en The Astrophysical Journal Letters, fue posible gracias al fenómeno astronómico conocido como microlentes gravitacionales, que permitió a los investigadores detectar una amplia población de mundos solitarios (que no orbitan ningún sol), en el espacio interestelar de una lejana galaxia, llamada RX J1131-1231, a 3.800 millones de años luz de distancia de la Tierra.
El efecto de microlentes gravitacionales hace que los rayos de luz procedentes de una fuente luminosa distante (por ejemplo un cuásar) se doblen al atravesar el campo gravitatorio de un objeto intermedio (una estrella o un agujero negro) en su camino hacia la Tierra. Si la fuente de luz se coloca exactamente detrás del objeto intermedio, éste actuará como una «lente» cósmica, creando un disco de luz a su alrededor a medida que los rayos luminosos de la fuente lo rodeen para seguir su camino.
El brillo de ese disco luminoso se ve afectado por la presencia de objetos (como planetas) que estén cerca de la estrella que hace de lente y puede utilizarse para descubrir esos planetas, que de otro modo no podrían ser localizados. De hecho, ningún telescopio ni instrumento hecho en la Tierra sería capaz de detectar directamente planetas tan lejanos.
«Estamos muy excitados con este descubrimiento -afirma Xinyu Dai, de la Universidad de Oklahoma y primer firmante del artículo-. Es la primera vez que alguien descubre planetas fuera de nuestra galaxia».
Planetas solitarios
La masa de los planetas detectados por los investigadores varía desde la de la Luna hasta la de Júpiter, pero todos ellos parecen tener en común el hecho de ser «planetas solitarios», esto es, que no orbitan alrededor de una estrella en un sistema solar convencional, sino que vagan libremente en el espacio que hay entre las estrellas de la lejana galaxia RX J1131-1231.
«Esta galaxia -explica por su parte Eduardo Guerras, coautor del estudio- se encuentra a 3.800 millones de años luz de distancia, y no existe la menor posibilidad de observar estos planetas directamente, ni siquiera con el mejor telescopio que uno pueda imaginar en un escenario de ciencia ficción. A pesar de ello, hemos logrado estudiarlos, revelar su presencia e incluso hacernos una idea de cuáles son sus masas. Es una ciencia genial».
En su trabajo, los dos astrofísicos utilizaron el Observatorio de rayos X Chandra, de la NASA, un telescopio espacial controlado por el Instituto Smithsonian. Después analizaron las observaciones en el Centro de Supercomputación de la Universidad de Oklahoma. La mista técnica de microlentes gravitacionales ya había sido utilizada para descubrir cientos de planetas dentro de nuestra propia galaxia, pero el trabajo de Dai y Guerras la ha empujado a nuevas y hasta ahora inexploradas fronteras.
Fuente: ABC