Con raíces salvadoreñas, ha explicado en una rueda de prensa que fue el apoyo de su madre, su mujer y sus hijos lo que le dieron fuerzas para continuar:
«Nos dieron pocos detalles sobre el incidente con la Soyuz; pero confiaba plenamente en el equipo en Tierra».
El astronauta Frank Rubio (izquierda) junto con los dos cosmonautas rusos Propkopiev (centro) y Petelin, ROSCOSMOS
No estaba en los planes iniciales de nadie: ni de la NASA, ni de la agencia espacial rusa Roscosmos. Ni de él mismo. Pero el pasado 27 de septiembre, Frank Rubio se convertía en el astronauta norteamericano que más tiempo ha pasado en el espacio, 371 días, adelantando a su compañero Mark Vande Hei, quien ostentaba el título con 355 jornadas en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). Y todo por un incidente con una Soyuz rusa en la que se suponía que tendría que haber regresado en marzo de 2023. Sin embargo, se quedó seis meses más.
«Fue duro saber que iba a estar otros seis meses en el espacio, separado de mi familia. Pero tengo compañeros en el ejército al que les prolongan las misiones en condiciones mucho más duras, así que no podía autocompadecerme», ha afirmado en un encuentro con los medios retransmitido por la NASA. En esta rueda de prensa ha querido recalcar el enorme apoyo que ha supuesto su familia («lo más importante para aguantar ha sido nuestra fe», ha confesado) y la confianza en el equipo «centenares de personas que trabajan para que allí arriba estemos bien».
Rubio, estadounidense de padres salvadoreños, compartía nave con los cosmonautas Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin, quienes han pasado el mismo tiempo que él, regresando en la misma Soyuz. En total, los tres han recorrido 253,3 millones de kilómetros, completando 5.963 órbitas de la Tierra, según la NASA.
Todo cambió cuando se registró una espectacular fuga de refrigerante en la Soyuz MS-22, en la que los tres habían viajado a la ida. Y en la que se supone que debían regresar. Mientras se investigaban las causas -que aún no están oficialmente esclarecidas, pero las hipótesis van desde un micrometeorito a un posible defecto de fabricación-, también se puso en marcha el plan de rescate de los tres astronautas varados, que se encontraban en una situación inédita en la ISS: si la tripulación de la estación hubiese tenido que abandonar las instalaciones por una situación de emergencia, había solo cuatro asientos de la nave Crew Dragon de SpaceX, insuficientes para los siete astronautas que se encontraban en ese momento en el laboratorio espacial.
«Nos dieron pocos detalles sobre el incidente. Pero tenía plena confianza en el equipo que está en tierra. Son cientos de personas trabajando las 24 horas para que estemos a salvo allí, así que estaba tranquilo», ha señalado al respecto Rubio.
Finalmente, una nueva Soyuz fue lanzada vacía hacia la ISS desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) el 24 de febrero. Sin embargo, se decidió que los tres astronautas prolongaran su misión seis meses más. «No fue un proceso de un día, fue largo. Así que nos fuimos preparando. También la gente del equipo nos dio mucho apoyo, lo que hizo más llevadero todo el proceso».
Este agujero no ha sido el único registrado en los sistemas rusos: apenas un mes y medio después del primer agujero se registró un segundo en la nave de carga Progress MS-21. Y hace tan solo una semana, el módulo científico Nauka registraba otra fuga en un radiador secundario. Sin duda, un año complicado para Roscosmos, más aún si se suma el fracaso de la misión de vuelta a la Luna, que acabó estrellada contra la superficie de nuestro satélite.
A pesar del incidente, Rubio ha dicho que echará de menos varias cosas de su estancia en la ISS: «Lo primero, mis compañeros; sé que les volveré a ver, extraño pasar momentos con ellos allí. También las vistas: terminar un duro día y quedarte unos minutos flotando, mirando por la escotilla, era un momento fantástico. Y flotar. Flotar te hace sentir como un niño de diez años. Todo el mundo debería pasar al menos un día en el espacio».
También ha afirmado que ha sido afortunado a la vuelta, a pesar de que un año en el espacio puede pasar factura: «Cuando volví tenía la mente clara, no estaba aturdido. Aunque al principio el cuerpo no me respondía como yo quería. Los primeros días notaba molestias en los pies y la espalda al final del día, después de estar de pie. Pero antes de una semana había recuperado la fuerza».
Récords mundiales en el espacio
Rubio no ha marcado un récord mundial ya que la mejor marca aún la ostenta Valeri Polyakov, cosmonauta ruso que permaneció 437 días a bordo de la estación espacial rusa Mir, entre enero de 1994 y marzo de 1995. También un compatriota suyo, Gennadi Padalka, es la persona que más tiempo ha pasado en el espacio: un total de 879 días, si bien en el transcurso de cinco vuelos espaciales diferentes. Entre los astronautas de la NASA, es Peggy Whitson quién más días acumula en órbita (también en diferentes misiones), un total de 665 días.
Sin embargo, aún está a tiempo de batir su propio récord: la ISS estará operativa hasta 2030, y las misiones se seguirán sucediendo hasta entonces. A la pregunta de si quiere volver, Rubio ha contestado que hay tres condicionantes: su familia, su cuerpo y la propia NASA. «Pero espero regresar».
Fuente: ABC