El autor analiza el éxito del lanzamiento del nuevo cohete superpesado de SpaceX, una hazaña de Elon Musk que sitúa a la empresa privada en la vanguardia de la exploración del espacio.
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El cohete que nos llevará a Marte es ya una realidad. El éxito del lanzamiento del Falcon Heavy, en efecto, abre las puertas a toda una nueva etapa de la era espacial. Una en la que será posible llevar cargas pesadas al espacio (hasta 65 toneladas) para construir bases lunares, estaciones orbitales, trasladar astronautas y hacer todo lo necesario para que la humanidad empiece su expansión por el Sistema Solar.
De la mano del visionario Elon Musk, dueño de Space X, pero también de empresas como Tesla Motors o PayPal, los cohetes espaciales se han vuelto reutilizables, lo cual abaratará drásticamente los costes de cada lanzamiento. Y si bien es cierto que de las tres partes del Falcon Heavy solo dos lograron volver con éxito a la Tierra (la fase principal se estrelló en el mar por falta de combustible), también lo es que el vuelo experimental salió mucho mejor de lo que muchos, entre ellos el propio Musk, predecían.
Al poder reutilizar los mismos cohetes en múltiples misiones, el coste de un lanzamiento pasa de cerca de 400 millones de euros a 90. Por no hablar de las posibilidades que entraña el uso de esos mismos cohetes reutilizables para vuelos comerciales. El pasado septiembre, en efecto, Musk anunció que los utilizaría para que las personas pudieran, por ejemplo, recorrer la distancia entre Nueva York y Hong Kong en apenas veinte minutos, y pagando el mismo precio que el de un vuelo en clase turista.
Por supuesto, el éxito de esta nueva tecnología acerca también al millonario americano a su sueño de enviar humanos a Marte en 2020 para crear allí una colonia.
La empresa privada, pues, ha tomado ahora las riendas de la conquista espacial. Y el mundo, una vez más, jamas volverá ya a ser el que era.
Fuente: ABC