Estudian y miden por primera vez la materia fuera del sistema solar

Desde que IBEX fue lanzada al espacio en 2008, estudia las partículas cósmicas que llegan a los barrios vecinos de nuestro Sistema Solar y nos ubica al borde de una enorme nube que abandonaremos en unos miles de años.

La tierra tiene un fuerte escudo protector. Si no fuera así estaríamos fritos; casi literalmente. Del espacio recibimos constantemente bombardeos de partículas subatómicas de distintas partes del cosmos, no sólo del Sol. De hecho, es el viento solar, que se trata realmente de partículas con carga eléctrica originadas en la superficie solar, que crea una burbuja protectora a nuestro alrededor que desvía a estas partículas enviándolas nuevamente al espacio. Esta burbuja se llama la heliosfera, y sin ese paraguas protector no sobreviviríamos al bombardeo cósmico.

Pues bien, en el 2008, la agencia espacial estadounidense, NASA, lanzó al espacio una nave que ha mantenido desde entonces una órbita elíptica alrededor de la Tierra mientras lleva a cabo su misión principal: capturar y analizar átomos neutros interestelares. Se llama Interstellar Boundary Explorer (IBEX) y se trata de un explorador en las fronteras interestelares que se dedica a probar material proveniente de lugares lejanos y que han sido empujados hacia acá por vientos estelares. Los átomos examinados pertenecen al borde de nuestro sistema solar y sus vecindarios periféricos.

“Las partículas interestelares es el material crudo que forma estrellas, planetas y hasta a nosotros. Al principio sólo había hidrógeno y helio. Estos dos elementos formaron las primeras estrellas. Cuando esas estrellas colapsaron y murieron liberaron su material hacia el espacio, que incluía los elementos que la crearon a través del proceso de fusión nuclear. Podemos decir mucho sobre la evolución del universo y ganar más profundidad en el conocimiento sobre otras galaxias y sistemas planetarios, analizando estas partículas”, explica Eberhard Moebius, miembro del equipo de IBEX de laUniversidad de New Hampshire.

Desde que IBEX fue lanzada al espacio en 2008, estudia las partículas cósmicas que llegan a los barrios vecinos de nuestro Sistema Solar y nos ubica al borde de una enorme nube que abandonaremos en unos miles de años.

La tierra tiene un fuerte escudo protector. Si no fuera así estaríamos fritos; casi literalmente. Del espacio recibimos constantemente bombardeos de partículas subatómicas de distintas partes del cosmos, no sólo del Sol. De hecho, es el viento solar, que se trata realmente de partículas con carga eléctrica originadas en la superficie solar, que crea una burbuja protectora a nuestro alrededor que desvía a estas partículas enviándolas nuevamente al espacio. Esta burbuja se llama la heliosfera, y sin ese paraguas protector no sobreviviríamos al bombardeo cósmico.

Pues bien, en el 2008, la agencia espacial estadounidense, NASA, lanzó al espacio una nave que ha mantenido desde entonces una órbita elíptica alrededor de la Tierra mientras lleva a cabo su misión principal: capturar y analizar átomos neutros interestelares. Se llama Interstellar Boundary Explorer (IBEX) y se trata de un explorador en las fronteras interestelares que se dedica a probar material proveniente de lugares lejanos y que han sido empujados hacia acá por vientos estelares. Los átomos examinados pertenecen al borde de nuestro sistema solar y sus vecindarios periféricos.

“Las partículas interestelares es el material crudo que forma estrellas, planetas y hasta a nosotros. Al principio sólo había hidrógeno y helio. Estos dos elementos formaron las primeras estrellas. Cuando esas estrellas colapsaron y murieron liberaron su material hacia el espacio, que incluía los elementos que la crearon a través del proceso de fusión nuclear. Podemos decir mucho sobre la evolución del universo y ganar más profundidad en el conocimiento sobre otras galaxias y sistemas planetarios, analizando estas partículas”, explica Eberhard Moebius, miembro del equipo de IBEX de laUniversidad de New Hampshire.

Con dos cámaras y la capacidad para analizar helio, hidrógeno, neón y oxígeno, la sonda investigativa informa sobre los componentes fuera del vecindario y nos trae afirmaciones curiosas sobre la evolución del barrio que aloja a la Tierra.

“La diferencia en proporciones sugiere que el lugar donde el Sol se encuentra hoy no es el sitio donde nació. También nos dice que una cantidad significativa de oxígeno puede estar enlazada en granos de polvo que flota por el espacio interestelar. El equipo ha descubierto, además, que el viento interestelar sopla a más de cien mil kilómetros por hora; unos 15 mil kilómetros menos de las mediciones tomadas anteriormente”, explica Moebius.

Vecindario solar

Ciertamente, IBEX es capaz de medir la dirección del flujo de estas partículas con alta precisión, además nos ha posicionado mejor con respecto a las nubes interestelares en los vecindarios a nuestro alrededor. El equipo nos dice que el Sistema Solar se encuentra en la Nube Interestelar Local. “La Tierra está viajando en las fronteras de esta nube y se alejará de ella en los próximos miles de años, que es un pestañeo en términos astronómicos. Cuando esto ocurra, la heliosfera puede que se expanda significativamente pues estará menos comprimida”, explica.

En este viaje extraordinario del vecindario solar con su planeta azul, el objetivo parece ser las regiones del centro de la Vía Láctea y antes de llegar atravesaremos otro sistema de nubes conocido como G. “Las naves Voyager saldrán de la heliosfera en la próxima década, son muchas las sorpresas que se esperan descubrir. Es maravilloso conocer el lugar en el que estamos en nuestra galaxia”, asegura.

Y distinguir todas esas velocidades extremas que son manejadas allá afuera. Pensar que vamos veloces, todo el vecindario, hacia regiones en el centro galáctico, donde por cierto vive el supermasivo agujero negro A*, puede causar más que un simple mareo. Ciertamente, la aventura que es la vida se vislumbra mucho más grande al salir del planeta y del Sistema Solar.

http://www.hechosdehoy.com/estudian-y-miden-por-primera-vez-la-materia-fuera-del-sistema-14620.htm

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