Unos astrofísicos han encontrado nuevas evidencias de agujeros negros despedazando estrellas, un fenómeno largamente buscado que, entre otras cosas, proporciona una nueva ventana a la relatividad general.
El estudio lo han llevado a cabo principalmente Glennys Farrar y Sjoert van Velzen del Centro para la Cosmología y la Física de Partículas de la Universidad de Nueva York, y también ha contado con la colaboración de Linda Ostman de la Universidad Autónoma de Barcelona en España, y Nidia Morrell del Observatorio Las Campanas en Chile, entre otros científicos.
Unos astrofísicos han encontrado nuevas evidencias de agujeros negros despedazando estrellas, un fenómeno largamente buscado que, entre otras cosas, proporciona una nueva ventana a la relatividad general.
El estudio lo han llevado a cabo principalmente Glennys Farrar y Sjoert van Velzen del Centro para la Cosmología y la Física de Partículas de la Universidad de Nueva York, y también ha contado con la colaboración de Linda Ostman de la Universidad Autónoma de Barcelona en España, y Nidia Morrell del Observatorio Las Campanas en Chile, entre otros científicos.
Los cosmólogos han calculado que, en ocasiones, la órbita de una estrella puede ser perturbada de tal manera que acabe pasando muy cerca del agujero negro supermasivo del centro de la galaxia, pero no tan cerca como para que ese agujero la capture por completo. La estrella a la que le ocurre eso es destrozada por las fuerzas de mareas extremas que experimenta: La fuerza de gravedad en el lado de la estrella más cercano al agujero negro es mucho más fuerte que la ejercida en el otro lado, y la fuerza gravitatoria propia de la estrella, que la mantiene unida, se ve superada por la del agujero negro, con el resultado de que la estrella es despedazada. Aunque una porción de la materia de la estrella cae hacia el agujero negro, otra gran parte continúa circulando, fragmentada, con sus restos trazando órbitas caóticas y colisionando unos contra otros, a la par que producen una intensa radiación durante días o meses.
La dificultad para detectar este fenómeno es debido en gran parte al desafío que supone distinguir estos casos de los casos de supernovas. Además, por cada despedazamiento de estrella perpetrado por un agujero negro, hay cerca de mil supernovas. Por otra parte, algunos discos de acreción alrededor de los agujeros negros pueden experimentar fenómenos explosivos que también son fáciles de confundir con la fragmentación de una estrella.
En la nueva investigación, se ha llegado a la conclusión de que dos casos de estallidos estelares, acaecidos en años recientes, se deben al despedazamiento de una estrella por un agujero negro.
Éste puede ser, por tanto, un buen punto de partida para comenzar a estudiar este escurridizo fenómeno a través de casos específicos en vez de sólo mediante la teoría.
Fuente: LIADA